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Renata AÌvila, abogada internacional de derechos humanos, en el marco del Premio Internacional a la Innovación Cultural entregado por el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB). Foto cortesía del CCCB.
Renata AÌvila, abogada internacional de derechos humanos, en el marco del Premio Internacional a la Innovación Cultural entregado por el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB). Foto cortesía del CCCB.

Renata Ávila: “La ciudadanía digital es un músculo que debe entrenarse”

La ciudadanía digital puede crear cambios en las políticas de los gobiernos de Estados Unidos como de Latinoamérica. La especialista en derechos digitales,…

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En el marco del Premio Internacional a la Innovación Cultural entregado por el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB) entrevistamos a Renata Ávila, abogada y activista guatemalteca especializada en tecnología y derechos humanos, quien no solo es una de las defensoras de Julian Assange, sino que además dirige Fundación Ciudadanía Inteligente - una plataforma que se encarga del desarrollo del empoderamiento ciudadano.

Para Ávila “el ejercicio de la ciudadanía tiene poco que ver con leyes y más con la consciencia del poder que tienes”. 

La abogada guatemalteca está convencida que las respuestas para propiciar un cambio en las democracias no están únicamente en las plataformas ni en Internet, sino en la intersección entre ciudadanía y  tecnología. 

“Las elecciones más recientes han generado un gran desánimo por la tecnología y por la gente. Una combinación de gente con poca consciencia de su entorno y altas dosis de interacción con sus teléfonos, lo que se ve reflejado en democracias debilitadas”. 

No es un problema meramente de intereses, pero quizás sí de prioridades. “Mientras la gente esté más interesada en quién va a quedar electo como American Idol que en vez de quién será su próximo presidente e ir a votar, las democracias se debilitan a través de las altas cifras de abstención,” afirma la especialista, haciendo énfasis en el desgaste emocional de los procesos electorales y la frustración a la que suele conllevar. 

Lucha cívica y actividad ciudadana

“La ciudadanía es un músculo que debe entrenarse constantemente porque si no se atrofia” afirma la abogada. Los hábitos ciudadanos empiezan desde “la dieta de la información” hasta el cuidado de los mecanismos de participación ciudadana con las instituciones que tantos años costó alcanzar. 

Hasta hace 70 años las mujeres no tenían derecho al voto, este tipo de logros son los que Ávila desea cuidar y proteger: derechos ciudadanos que las democracias debilitadas pueden arrebatar.

Latinoamérica tiene las tasas más bajas de mujeres en política y, sin embargo, hay muchos ejemplos frescos como todas las presidentas que han habido en países latinoamericanos - así como las olas de diputadas y congresistas jóvenes en Estados Unidos como Alexandria Ocasio-Cortez quien, para la abogada guatemalteca, es un impulso de confianza para las generaciones de mujeres más jóvenes que quieren lanzarse al ruedo político.

Educación e infraestructura

En la actualidad hay mucha tecnología que parece venderse para el interés público pero es de interés privado, por ejemplo: las redes sociales. 

Ante esta afirmación Ávila confirma que mientras no haya beneficio de los gobiernos o de las empresas, no existirá interés en crear tecnología o infraestructura para las ciudadanía.

Las radio aficionadas son ejemplo de mecanismos de expresión independiente alimentados por la ciudadanía. 

Esto es lo que ella llama tecnología cívica es un concepto previo a las redes sociales: plataformas que existían para dar información sobre votaciones y candidatos pero que fueron desplazadas por las redes sociales debido al volumen de usuarios que se vieron atraidos a estas últimas.

Sin embargo, estas plataformas son un nuevo boom: se han revendido y se están comenzando a popularizar. 

La plataforma de su fundación es un caso de estudio de transparencia ciudadana: no se enmascara el código de la página, no se financia a través de clicks, por lo tanto, no hay una pérdida de tiempo por parte del usuario para poder informarse. Tampoco se queda con sus datos y proveen a los usuarios de una agenda informativa diáfana para que la ciudadanía fiscalice y participe.

¿Cómo sobrepasar el ruido y la distancia en Estados Unidos y Latinoamérica?

Para la abogada no existe desconexión entre los latinos de Estados Unidos y los latinos del resto de Latinoamérica, si no una falta de redes propias. 

“Es muy importante que se tejan redes de solidaridad. La incidencia que tienen los latinos en Estados Unidos no puede estar desconectada con el liderazgo legitimo de tu país. Hemos dependido de filantropía norteamericana blanca por mucho tiempo y es el momento de empezar a financiar las iniciativas ciudadanas de Latinoamérica de otra manera”.

Ciudadanía, ciudadano digital, tecnología cívica

El altruismo latino en Estados Unidos debe crearse a través de infraestructuras que sean acordes a las necesidades y valores latinoamericanos. 

“Ya no nos van a dar plata, Estados Unidos tiene demasiados problemas internos en la actualidad. Una idea podría ser trabajar por censos: hay un millón de salvadoreños, si un 10% de esos salvadoreños diera 100 dólares al año imagina el poder para movilizar y apoyar o para incidir. Se podría hacer lobby ciudadano y ejercer presión en las autoridades electas. Tenemos que cambiar. Todos los peces juntos asustan al pez grande”.

De igual forma que es importante el financiamiento de plataformas ciudadanas, lo es entender el funcionamiento de las políticas de Washington y cómo influyen en la agenda política Latinoamericana. “Una diáspora latinoamericana bien organizada puede incidir en los senadores y congresistas que están en Washington porque toda la política latinoamericana, pasa por Washington, Londres y por Bruselas”, aseguró.

Para Ávila la política no es solo nacional o hiperlocal. “Soy alérgica a pequeñas iniciativas de ciudadanos estilo ‘plantemos el arbolito’ porque creo que los problemas que tenemos en la actualidad son sistémicos, de gran tamaño y complejidad,” concluyó. “Entonces no solo plantar un árbol y reciclar la basura basta para parar el cáncer que vivimos en la actualidad, porque ya trasciende nuestra familia y nuestro pequeño círculo de amigos. Hay que adoptar acciones cívicas locales pero con fines mayores”.