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María Elena Molina, una chilena de 80 años de edad, que ha residido en Estados Unidos la mitad de su vida muestra uno de sus nacimientos hecho con vidrio pintado a mano, en su casa en Tucson, Arizona. EFE

Navidad latina: Tradiciones que no se olvidan

Las posadas navideñas, la novena de aguinaldo, los nacimientos o pesebres y los diferentes platillos típicos de cada país reviven cada diciembre las…

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Las posadas navideñas, la novena de aguinaldo, los nacimientos o pesebres y los diferentes platillos típicos de cada país reviven cada diciembre las tradiciones que conservan los inmigrantes latinoamericanos en Estados Unidos.

"Nosotros celebramos la posada, que es una fiesta tradicional que empezó en España y la adoptó México. La tradición aquí es reunirnos con amigos, caminar y tocar puertas pidiendo posada. En el camino cantamos villancicos y el canto típico pidiendo posada, también es una tradición en la posada romper la piñata", dijo Gaby Fuentes, nacida en México de madre mexicana y padre originario de España, y quien reside en Estados Unidos desde hace tres años.

Fuentes asistió a una posada donde hubo tamales, ponche navideño y piñatas traídas de México cargadas de dulces mexicanos, una tradición que conservan muchos inmigrantes del país azteca.

"La piñata tiene su significado, debe ser una estrella y cada pico representa los pecados capitales, pegarle a la piñata es pegarle al mal y los dulces que caen al reventarla son las bendiciones", explicó.

Los salvadoreños y guatemaltecos también celebran la tradición de la posada con algunas diferencias a la que tienen los mexicanos.

"El migrante guatemalteco ha traído su tradición, desde los juegos pirotécnicos hasta la gastronomía navideña. El tamal que también lo hacemos por esta época es diferente al mexicano, porque el tamal chapín viene envuelto en hoja de plátano", dijo el guatemalteco Walter Batres.

"La decoración incluye plantas de pascua, hoja de pacaya, pino, musgo, fruta de manzanilla, uva y manzana", comentó Batres.

A diferencia de los mexicanos, los guatemaltecos caminan cantando música tradicional navideña con marimba para acompañar los coros de los villancicos.

"Llevamos en la procesión de la posada los faroles de diferentes colores, chinchines y maracas", explicó.

Otra de sus tradiciones es robarse el niño Dios del pesebre y regresarlo el 2 de febrero cuando realizan otra fiesta.

Los salvadoreños también conservan sus tradiciones en la distancia y la cena navideña la celebran la noche del 24 con pavo y esperan a la media noche para entregar los regalos.

"Nosotros celebramos en familia, invitamos algunos amigos que están solos, ponemos los regalos debajo del arbolito y los abrimos hasta las doce que es la hora en que nació el niño", comentó Blanca Alvarenga, una salvadoreña que reside desde hace más de dos décadas en Estados Unidos.

"Preparamos pavo con sabor salvadoreño, si no hay dinero pollo o tamales", añadió.

Alvarenga resaltó que cada año es más difícil mantener estas tradiciones en las segundas y terceras generaciones por la adicción que tienen los jóvenes al uso de la tecnología.

El Club Colombia en Tucson, Arizona, celebra cada año la novena de aguinaldo, una tradición colombiana que reúne amigos y familiares en torno al pesebre para cantar villancicos y rezar por nueve noches a José, María y el niño Jesús.

"La novena es algo de nuestra cultura que podemos conservar y es una oportunidad de reunirnos, reencontrarnos, comer cosas de Colombia. La hacemos igual que en Colombia, primero rezamos la oración de todos los días, luego la oración a la Virgen, a San José y al niño Jesús, también cantamos los villancicos", relató Patty Martin, una colombiana que celebró este fin de semana la novena en su residencia con varios invitados.

La presidente del club toca la guitarra, otra persona toca la flauta y los demás las acompañan con otros instrumentos como tambores y maracas.

"Como buenos colombianos nos gusta hacer ruido y así recordamos nuestra tradición", dijo Martin.

Al concluir la novena comen los platillos típicos de diciembre como natilla, arroz con leche, buñuelos, que a diferencia de los mexicanos son de queso y cocadas.

Más al sur del continente las tradiciones cambian. Para María Elena Molina, una chilena de 80 años de edad, que ha residido en Estados Unidos la mitad de su vida, la navidad es la época más especial del año.

"Nosotros en Chile hacemos la peregrinación de la virgen todo el mes de diciembre, también nos reunimos a cantar junto a los nacimientos", contó la mujer devota de la Virgen del Carmen, cuya imagen lleva con orgullo en una cadena colgada en su pecho.

En su hogar, al este de Tucson, tiene tres nacimientos que guarda con recelo y delicadeza desde hace varios años para que no se le quiebre ninguna pieza.

"La tradición de la virgen peregrina no la conservan muchos chilenos en Estados Unidos, recuerdo que cada domingo la virgen visita una casa diferente y para despedirla hacen cánticos, oraciones, toman café y pastelitos con figuras", recordó Molina.

Desde la entrada de su casa se respira el ambiente de la Navidad: adornos, decoraciones y sus nacimientos uno en la mesa de centro de su sala que es hecho a mano en vidrio pintado, y otro en miniatura colgando en la pared realizado en madera, conocido como retablo peruano.

En la navidad, dijo la chilena, su familia tiene como costumbre comer los platos típicos de su país como son las humitas, que son pasteles de maíz envueltos en la hoja del grano. También comen chilenitos, un dulce típico hecho con harina y manjar blanco.

"Ahora todo es muy comercial, sólo piensan en los regalos. Es triste ver que la gente se olvida de la razón real de la navidad que es el nacimiento de Jesús, el hijo de Dios", puntualizó Molina.

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