Sin claras ‘vencedoras', pero tampoco con sonoros desatinos (salvo muy contadas excepciones). Aunque el estilo, al igual que la belleza, es una cualidad de lo más subjetiva; si hubiera que definir la alfombra roja más esperada del año, la de la 87 edición de los Oscar, en una palabra, la elegida sería ¨predecible¨. Las protagonistas de la noche prefirieron apostar sobre seguro en la gran noche del cine recurriendo para ello a diseños sencillos, convertidos en la tónica general de una cita en la que las latinas brillaron con luz propia. 

Cuatro mujeres fueron las encargadas de poner el acento latino a la ‘red carpet’ desplegada a la entrada del Dolby Theater. ¿Una de las más aclamadas? La dominicana Zoe Saldana, quien recurrió a un sobrio vestido color nude, firmado por Atelier Versace. Otra de las que apostó por un tono claro fue Jennifer Lopez, quien, sin embargo, y pese a cambiar a Zuhair Murad (uno de sus diseñadores favoritos) por el libanés Elie Saab, fue tachada de demasiado previsible. 

La nota de color la pusieron la actriz de raíces hondureñas, America Ferrera y su vestido verde con transparencias de la diseñadora Jenny Packham; mientras que Gina Rodriguez se coronó como la más ‘eco’ de la mano de un diseño 100 por ciento sostenible, creado por la estudiante de moda Manon Gabard dentro de la iniciativa Red Carpet Green Dress. 

También el diseño latino se hizo un hueco sobre la 'red carpet’ de los Oscar gracias al vestido de inspiración oriental, obra de Gabriela Cadena, que lució una de las protagonistas de ‘Boyhood’, Lorelei Linklater. Tampoco faltó la presencia de una de las habituales, la colombiana Sofia Vergara que, aunque no acudió a la gala, sí se dejó ver por una de las after parties enfundada en un diseño azul con pedrería y escote corazón de Zuhair Murad. 

Por último, pero no por ello menos importante, el protagonista indiscutible de la noche, Alejandro González Iñárritu. El director mexicano recogió sus Oscar como el pasado año lo hizo su amigo Alfonso Cuarón: vestido de Prada.