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Las jugadas claves de los latinos

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No fueron las grandes figuras en la Serie Mundial que dejó campeones por segunda vez en su historia a los Filis de Filadelfia, pero el dominicano Pedro Feliz, el puertorriqueño J.C.Romero y el panameño Carlos Ruiz si se convirtieron en los peloteros que protagonizaron las jugadas claves

Feliz lo hizo con el sencillo que impulsó la carrera del triunfo en el quinto y definitivo partido; Romero lanzó en la intermedia para conseguir dos triunfos en el "Clásico de Otoño", y Ruiz estuvo magistral en la receptoría para capturar el último "out" de la serie.

El tercera base dominicano no le preocupa la fama de las grandes figuras, simplemente es un profesional que sabe hacer bien las cosas, como cuando salió en la parte baja de la séptima entrada para conectar el imparable que significó la carrera más importante de la temporada.

Feliz, que llegó al equipo como agente libre al inicio de la temporada después de dejar a los Gigantes de San Francisco, bateó un sencillo que remolcó desde la antesala al corredor emergente Eric Bruntlett con la anotación del 4-3 que iba a ser definitivo ante los Rays de Tampa Bay.

"Todo lo que tenía en la cabeza era traer esa carrera", comentó Feliz mientras era rociado con champaña en el vestuario de los Filis. "La clave fue que estaba relajado y sólo traté de hacer el contacto, sin hacer nada extraño, así de simple es el béisbol, pereo a la vez grandioso".

Sin embargo, Feliz pudo no haber vivido esa gran experiencia porque el manager de los Filis, Charlie Manuel, reconoció que por su mente se le cruzó la idea de sustituirlo al enfrentar al relevista Chad Bradford, un derecho.

"Pero al mismo tiempo sabía que es un buen bateador de bola baja y el que estaba en la lomita es un pitcher de sinkers, y sentía que él podía hacer contacto. No se poncha mucho. Pone la bola en juego y eso era lo que necesitábamos", explicó Manuel. "Mi segundo pensamiento fue el que válido y Pedro respondió genial".

Feliz llegó a los Filis como una de las dos adquisiciones clave hechas por el club y que el miércoles fueron fundamentales en la conquista de su segunda corona en 126 años de historia. La primera fue en 1980.

El segundo gran refuerzo conseguido por los Filis en el descanso invernal fue el cerrador Brad Lidge, quien frustrado con la irregular temporada que había tenido con los Astros de Houston se recuperó para concluir el año perfecto al conseguir su rescate número 48 en igual número de oportunidades.

"Llegué al sitio adecuado en el momento perfecto", comentó Feliz, quien aceptó firmar con los Filis tras ocho años de jugar con los Gigantes.

Feliz mostró regularidad con el bateo al conseguir .249 de promedio, 14 jonrones y 58 impulsadas, en su primera campaña regular en Filadelfia.

Mientras que en la Serie Mundial conectó seis imparables, todos sencillos en 18 turnos al bate, para alcanzar un promedio de .333, que estableció la diferencia a favor de los Filis.R

Rubén Amaro, el asistente a la gerencia, que fue uno de los que recomendó el fichaje de Feliz, admitió que no sólo es un gran deportista sino una excelente persona.

"Ganar una Serie Mundial es algo muy grande, que no se olvidará nunca porque has esperado mucho tiempo para conseguirlo, pero si además has puesto tu granito de arena para conseguirlo, entonces la satisfacción es mayor", subrayó Feliz.

La misma experiencia le toco vivir a Romero, pero desde el montículo, cuando tuvo que enfrentarse a la artillería pesada de los Rays para silenciarla a partir de la séptima entrada.

"Yo cargo las bendiciones como vienen, pero la victoria es de equipo. El triunfo se la apuntan al jugador que está en el lugar correcto en el momento correcto, pero Cole Hamels fue quien nos dio la oportunidad de ganar la Serie Mundial", confesó Romero. "El gran victorioso fue Cole no yo".

Es cierto que Hamels fue nombrado el Jugador Más Valioso (MVP) de la Serie Mundial, pero toda la presión la tuvo Romero cuando entró en el séptimo episodio y sacó el último "out" para luego ver como en la parte baja Feliz impulsaba la carrera del triunfo.

Manuel confió de nuevo en Romero a pesar que le conectaron un par de hit, el lanzador zurdo puertorriqueño estuvo magistral al forzar una rola que pegó B.J.Upton para el campo corto, donde Jimmy Rollins sin problemas trabajo la doble matanza.

"No quería sacar poches, quería poner la pelota en movimiento para forzar la doble matanza y retirar a dos por uno", explicó romero. "Todo salió perfecto y ahora es una bendición que tenga de nuevo un título de campeón de la Serie Mundial".

Romero el pasado año también recibió el anillo de campeón después de haber jugado la mitad de la temporada con los Medias Rojas de Boston, pero el conseguido con los Filis, siendo además ganador de dos partidos, se quedó con el triunfo en el tercero, será siempre el especial.

"Este título si que lo siento mío, es una gran bendición y lo voy a disfrutar de verdad", subrayó Romero, que no permitió anotación en la serie.

Pero si Feliz y Romero surgieron en el quinto partido con las jugadas claves, Ruiz fue el símbolo perfecto del líder que dirigió a los Filis en los momentos difíciles y complicados.

Como en los primeros dos juegos cuando los bateadores estelares de los Filis no hicieron contacto con la pelota y Ruiz fue el que mantuvo la serenidad y la paciencia en el plato para producir las carreras que ayudaron a poner la serie 2-1 a su favor.

"Mi labor fue siempre la de ayudar al equipo y estuve convencido que íbamos a ganar la Serie Mundial si hacíamos bien las cosas", declaró Ruiz. "Ahora es el momento de la celebración y disfrutar del gran triunfo que hemos conseguido".