Unos 390 millones de personas contraen el dengue cada año (y 3.900 millones están en riesgo de infección en 128 países), según datos de la Organización Mundial de la Salud. Asia, África y Sudamérica son tres de las zonas más afectadas por esta enfermedad transmitida por el mosquito Aedes aegypti para la que hasta ahora no existía vacuna.

Hasta el pasado miércoles 9 de diciembre, cuando México se convirtió en el primer país del mundo en aprobar la vacuna contra el dengue, desarrollada por el grupo farmacéutico francés Sanofi y probada en 40.000 personas de 15 países.

Dengvaxia, como se ha bautizado a este compuesto, comenzará a aplicarse a personas de entre 9 y 45 años que residan en lugares donde la enfermedad es endémica. Sin embargo, por el momento, no se administrará ni a niños menores de 9 años (los principales contagiados) ni a turistas.

Pese a que esta vacuna preventiva cuenta con un grado de eficacia del 60,8 por ciento (de acuerdo a un informe de la OMS publicado en 2014), mucho más bajo de lo habitual, se ha mostrado especialmente efectiva en los casos más extremos.

Además de la desarrollado por la empresa francesa, que ha anunciado que espera comenzar a comercializar la vacuna en México el próximo mes de enero, hay dos vacunas similares que se encuentran en fase de desarrollo y cuentan con el beneplácito de la OMS.

Los principales síntomas de la enfermedad, para la que no existe tratamiento específico, son fiebre elevada (40 °C) acompañada de dos de la siguiente lista: dolor de cabeza muy intenso, dolor detrás de los globos oculares, dolores musculares y articulares, náuseas, vómitos, agrandamiento de ganglios linfáticos o salpullido. El periodo de incubación es de entre 4 y 10 días, mientras que la enfermedad tiene una duración de entre 2 y 7 días.