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Foto: Pixabay.
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La oxcitocina, ¿mucho más que la 'hormona del amor'?

Dos estudios recientes e independientes entre sí demuestran dos efectos ‘desconocidos’ de la oxicitocina: combatir el efecto del alcohol y ayudar a controlar…

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Se libera en grandes cantidades durante el parto y también en la lactancia. Aunque los niveles de oxcitocina también aumentan con el enamoramiento y durante el orgasmo; por algo es popularmente conocida como ‘la hormona del amor’ o ‘del placer’. También interviene en la sensación de la felicidad y hasta hay estudios que la vinculan con la fidelidad. Ahora, dos recientes investigaciones (independientes entre sí) demuestran que la sombra de la oxcitocina puede resultar ser incluso más alargada de lo que se creía, atribuyéndole dos posibles nuevas ‘cualidades': reducir los efectos del alcohol y colaborar en el control del apetito. 

 

Sobriedad y amor

Un grupo de investigadores de la University of Sydney y la University of Regensburg han estudiado el papel de la hormona del amor en los efectos del alcohol. Para llevar a cabo este trabajo, publicado el pasado 24 de febrero en la revista científica Proceedings of the National Academy Science, se utilizaron dos grupos de ratas a los que se les administró alcohol, y a uno de ellos también oxcitocina. Las pruebas demostraron que las ratas que recibieron oxicitocina tenían una mejor coordinación (uno de los síntomas característicos de la ebriedad) que aquellas que solo consumieron alcohol. ¿Serán estos resultados extrapolables a los humanos? Los responsables del estudio esperan poder despejar la duda en un futuro cercano. 

 

Control del apetito

La segunda investigación reciente que ha tenido a esta hormona como protagonista ha sido la liderada por la Dr. Elizabeth Lawson, del Harvard Medical School, con el objeto de comprobar el efecto de la oxcitocina tanto en el sexo masculino como en el apetito. 

Para ello se eligieron dos grupos de hombres a los que se les administró un spray nasal (a unos con oxcitocina y a otros simple placebo). Un hora después se les ofreció un desayuno con diferentes alimentos a elegir. El recuento de calorías posterior demostró que el grupo que recibió oxcitocina consumió de media una 122 calorías y nueve gramos de gasa menos que aquellos a los que se les administró placebo.

Según ha explicado Lawson a Science of Us, el primer grupo no reportó sentirse menos hambriento. Ademas, la oxcitocina tampoco afectó a los niveles de otras ¨hormonas reguladoras del apetito de la sangre¨. Por lo que este efecto de la oxcitocina todavía no está claro. Lo que sí lo está es la meta, demostrar si esta hormona podría utilizarse para el tratamiento de la obesidad y enfermedades relacionadas con el sobrepeso en un futuro.