Cerca de 47 millones de personas sufren demencia en el mundo, un 60 por ciento de las cuales reside en países considerados con economías medias y bajas; un problema mucho mayor, si se tiene en cuenta el elevado coste que conlleva el tratamiento y el cuidado de los enfermos (en 2010 se invirtieron en el mundo 604 millardos de dólares). Y las expectativas de la enfermedad no son mucho más alentadoras. El envejecimiento de la población supondría la multiplicación por tres de los pacientes de demencia en el año 2050. Razones más que poderosas para motivar la creación de primer fondo mundial contra la demencia. 

La Organización Mundial de la Salud anunció la semana pasada, en el marco de la primera conferencia ministerial de la Acción Mundial contra la Demencia, el lanzamiento de esta iniciativa, capitaneada por los departamentos de salud del Reino Unido, Irlanda del Norte y la Organization for Economic Cooperation and Development (OECD). 

El proyecto, que contará con una inversión inicial de 100 millones de dólares, agrupa a grandes compañías farmacéuticas, organizaciones no gubernamentales como la Alzheimer’s Research UK y gobiernos como el del Reino Unido bajo el compromiso de financiar la investigación de la demencia. ¨Necesitamos ver mayores inversiones para el desarrollo de una cura, pero también para mejorar la calidad de vida de las personas que viven con demencia y la ayuda que reciben sus cuidadores¨, explica la directora general de WHO, Dr Margaret Chan.

Pese a que en la actualidad se estima que al menos unos 19 países disponen de fondos o iniciativas nacionales para la demencia, este encuentro dejó clara la necesidad de coordinar esfuerzos para investigar la evolución de la enfermedad, crear políticas para abordar su impacto y llevar a cabo investigaciones para mejorar el tratamiento y el cuidado de los enfermos. 

¨Llevamos corriendo tras la demencia durante mucho tiempo. Pero descubrimientos recientes nos hacen pensar que estamos atrapándola. Necesitamos entrelazar todas esta nuevas iniciativas para crear un plan que pueda funcionar en todos los países. El compromiso de los gobiernos será la clave¨, sentenció Chan.