Estados Unidos no es el único país que, a raíz del brote desatado en un parque de atracciones del estado de California a finales de 2014, mantiene una cruzada contra el sarampión; en el continente europeo esta enfermedad también se ha convertido en un problema sanitario que despierta gran preocupación. 

Así lo ha hecho saber la Organización Mundial de la Salud mediante un comunicado en el que ha instado, tanto a gobiernos como a sanitarios y padres, a colaborar en sus esfuerzos por erradicar la enfermedad en el continente mediante la vacunación, especialmente de aquellos grupos en edad de riesgo.  

Y es que, desde principios de 2014 y hasta la actualidad, se han registrado más de 22.000 casos en siete países de Europa. Kirguistán, con 7.477 infecciones, y Bosnia, con 5.340, son las dos naciones más afectadas por una enfermedad que también está presente en Rusia y Georgia — donde se registraron cerca de 3.200 casos, respectivamente—, Italia — 1.674 —, Alemania — 583 infectados y un niño de un año y medio fallecido — y Kazakhstan  — 537 —.

Unas cifras que han sido calificadas como un ¨retroceso¨, según palabras de la directora regional de la OMS, Zsuzsanna Jakab. Sobre todo si se tiene en cuenta que en las dos últimas décadas el continente ha reducido un 96 por ciento el número de casos. “Debemos responder colectivamente y sin retraso alguno. Es inaceptable que después de 50 años de esfuerzos para contar con vacunas seguras y efectivas, el sarampión continúe costando vidas, dinero y tiempo”.