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Cómo reducir el riesgo de enfermedad cardiovascular

Cómo reducir el riesgo de enfermedad cardiovascular

Las enfermedades cardiovasculares se han convertido en la primera causa de muerte de la población hispana que reside en los Estados Unidos. Según datos de la American Heart Association, un  33,4 por ciento de los hombres mexicanoamericanos mayores de 20 años padece una enfermedad del corazón (en el caso de las mujeres el porcentaje es del 30,7 por ciento).

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Las enfermedades cardiovasculares se han convertido en la primera causa de muerte de la población hispana que reside en los Estados Unidos. Según datos de la American Heart Association, un  33,4 por ciento de los hombres mexicanoamericanos mayores de 20 años padece una enfermedad del corazón (en el caso de las mujeres el porcentaje es del 30,7 por ciento).
Aunque la herencia genética y la predisposición de ciertas razas a sufrir alguno de los considerados como factores de riesgo (tal y como recogen diversos estudios) estan directamente relacionados con las dolencias cardiacas; lo cierto es que nadie es inmune, por lo que la prevención juega un papel fundamental. En el caso de las razas más propensas, como es el caso de los latinos, evitar conductas de riesgo se convierte en  imprescindible.
“Aunque es verdad que si alguien tiene una predisposición genética a padecer algún tipo de enfermedad de este tipo, eso no puede evitarse, sí puedes cambiar o controlar los factores de riesgo”, asegura Teresa Conejo, ‘registered nurse’ y voluntaria de la American Heart Association.
Las lista de factores a los que se refiere Conejo está encabezada por la presión arterial alta, un aspecto que tiene una mayor incidencia tanto en los afroamericanos como en los adolescentes mexicanoamericanos (en comparación con los blancos). Aunque menor, también es común en los adultos hispanos (un 22,2 por ciento la padece). Por país de prodecencia, los puertorriqeños son los que tienen la mayor tasa de muertes relacionadas con la presión arterial alta y los cubanos la menor.
Directamente relacionada con la presión arterial está la dieta, y por consiguiente, otro de los factores de riesgo de enfermedades del corazón: la obesidad.
“No solo tienes que vigilar la sal y las grasas, también tienes que vigilar el peso”, explica Conejo. “En muchos de estos casos el sobrepeso se debe a las costumbres culinarias culturales: el uso de mucha sal, grasas, las recetas que han pasado de generación en generación... La gente tiende a pensar que para que un plato sepa bien tiene que tener los ingredientes que antiguamente usaba su abuela. Sin embargo, puedes sustituirlos y seguir conservando el sabor. Tan solo es cuestión de educar a la gente cómo cocinar la misma comida pero de una manera un poco diferente”, añade.

También el ambiente podría ser considerado un factor. “En la familias hispanas generalmente los dos padres trabajan, por lo que es dificil encontrar tiempo para preparar estas comidas. Cocinar platos saludables lleva tiempo. Nosotros estamos acostumbrados a comer lo que resulta más sencillo, como la comida basura, que tiene un alto contenido en sal y grasas”, señala Conejo.

Tampoco conviene olvidar la influencia de una de las enfermedades más prevalentes entre la comunidad latina: la diabetes. “Los pacientes de diabetes tienen más posibilidades de tener problemas con la presión sanguínea y también con los riñones, lo que también afecta al corazón”, explica Conejo.

El la lista de factores que atentan contra la salud del corazón no falta el tabaco,  pese a que los estudios demuestran que su consumo no está tan extendido entre los hispanos como entre los blancos. Según datos de 2011, un 16,2 por ciento de los hombres latinos fumaba cigarrillos; más bajo es el porcentaje de mujeres fumadoras, un 8,2 por ciento.

Más preocupantes en el seno de la comunidad latina es la inactividad física, especialmente significativa en el caso de las niñas hispanas (21,3 por ciento) y que se reduce a casi la mitad cuando se trata de los niños varones (10,7 por ciento).

El idioma y la carencia de seguro médico, principales barreras

“Un gran problema que existe dentro de la comunidad latina es la barrera del lenguaje, pero también la dicultad de acceder a cuidado médico y por supuesto la carencia de un seguro. En ocasiones es muy costoso visitar a un médico y realizar pruebas rutinarias para medir su presión arterial; por lo que la prevención desaparece”, asegura Conejo; quien también explica que los estudios demuestran que los latinos son más propensos a retrasar sus visitas al médico, especialmente las mujeres. “Ponen a su familia por delante. Además, cuando los síntomas desaparecen dejan de ir al médico”.
Prevención a través de sencillos gestos
Entre las principales recomendaciones de la American Heart Association para prevenir una presión arterial alta se encuentra bajar de peso (si padece sobrepeso) y adoptar una dieta saludable (con bajo contenido en grasas saturadas, grasas trans, sal y azúcar agregado), además de reducir la ingesta de alcohol y ser activo físicamente. 

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