El regreso de una enfermedad que se consideraba erradicada desde hace diez años, en forma de un brote de sarampión que, en lo que va de año, suma más de un centenar y medio de contagios a lo largo de todo el país ha reabierto, como era de esperar, el debate sobre la si la vacunación debería ser o no obligatoria. Una polémica sobre la que poco tardaron en pronunciarse figuras públicas como el presidente Obama, Hilary Clinton, Chris Christie o el senador Bob Casey — quien, mediante una carta, animó a la población de Pennsylvania a vacunar a sus hijos —. Sin embargo, ¿qué opina la población norteamericana al respecto?

Una encuesta, realizada por CNN y ORC International entre el 12 y el 15 de febrero, revela que un 78 por ciento considera que debería ser obligatorio vacunar a los niños, siempre y cuando no esté contraindicado; frente a un 22 por ciento que se manifiesta a favor de la libertad de los padres a decidir. 

Por edades, la población mayor de 50 años se muestra más a favor del requerimiento de vacunar a los niños — un 83 por ciento de los encuestados de entre 50 y 66 y un 87 por ciento de los mayores de 65 —, mientras que entre los habitantes de entre 18 y 34 el 'sí’ gana solo con un 67 por ciento. 

Un 81 por ciento de las mujeres piensa que debería ser obligatorio este procedimiento médico, frente a un 75 por ciento de los hombres. En cuanto a la ideología política, los demócratas — con un 86 por ciento —, seguidos por los moderados — 81 por ciento — son los más partidarios de requerir la vacunación; una medida que solo convence al 72 por ciento de los republicanos. 

Esta muestra, en la que han participado 1.027 adultos, también ha lanzado la controvertida pregunta de si los niños que, pese a no tener ningún problema médico que lo impida, no están vacunados deberían acudir al colegio. En el caso de los centros públicos, un 58 por ciento considera que no. Un porcentaje que se eleva al 61 por ciento en las guarderías. Por el contrario, en centros privados un 51 por ciento defiende que los menores no vacunados sí tendrían que tener permitido participar, frente a un 48 por ciento que sostiene que no.