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 Guaco, la famosa banda musical de Venezuela, durante su último concierto en Barcelona, el pasado 9 de diciembre. Sus conciertos son un motivo de alegría y de reconexión con la madre patria para la comunidad venezolana en el exilio. Foto: GUACO

Guaco: “Nuestra única política es dar alegría a la gente”

AL DIA conversó en Barcelona con Guaco, la famosa banda venezolana, ganadora de un Grammy Latino 2016. Guaco empezó en los años 60 como un conjunto tradicional…

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A medida que se acercan las Navidades, los venezolanos tienen por costumbre escuchar gaitas. Y escuchar gaitas significa escuchar a Guaco, una conocida banda musical nacida en Maracaibo en los años 60 que empezó tocando estas típicas canciones navideñas, que se tocan con furrucos, charrascas y tamboras.

Hoy en día, Guaco sigue interpretando gaitas cuando sus conciertos coinciden con la Navidad. Sin embargo, la banda ha ido creando su peculiar estilo -mezcla de ritmos tropicales, salsa, pop, funk y ritmos urbanos- cuya originalidad se vio reconocida finalmente a nivel internacional el pasado noviembre al ganar la banda un Grammy Latino al Mejor Álbum Tropical Contemporáneo.

 “Guaco es toda una institución en Venezuela”, explica David Escalante, un creativo venezolano residente en Barcelona, donde el grupo tocó el pasado 9 de diciembre.

A las pocas semanas de recibir el Grammy, Guaco inició una pequeña gira por España y Estados Unidos- Houston, Orlando y Miami - para la alegría de la comunidad venezolana expatriada. Y muy especialmente, para los miles de inmigrantes que se han visto obligados a huir del país en los últimos años a causa de la complicada situación política y económica, con la incerteza de no saber cuándo van a poder volver. Se trata de una emigración masiva: se calcula que cerca de dos millones de personas han abandonado el país, la mayoría jóvenes con estudios, como David, que tiene menos de 30 años.

 

Estamos aquí por nuestra lucha

Jóvenes o viejos, todos saben quién es Gustavo Aguado, el único integrante original del grupo, fundado en la ciudad de Maracaibo en los años 60. Le preguntan cómo es posible que una banda tradicional haya podido durar tantos años, sin haber pasado de moda. “Pues la verdad es que nadie lo entiende, ojalá se perpetúe en el tiempo”, responde Aguado, sonriendo. Viene acompañado de tres músicos jóvenes, con quien ha grabado Guaco Histórico 2, el álbum merecedor del Grammy Latino, y los cuatro desprenden entusiasmo y buen humor.

“Estamos contentos de poder tocar en Barcelona, nos sentimos muy bien acompañados acá, entre tantos venezolanos. La verdad es que no hay demasiadas diferencias entre dar un concierto en Venezuela, en España o en EEUU: el público venezolano se comporta igual dondequiera que esté: es impulsivo, reverente, tiene sentimiento: así somos los venezolanos ”, dice Aguado.

El venezolano sigue sonriendo, sigue bailando

"Como Sera", "Lo Eres Todo", "Eres Mas", "Pideme", "Si fuera tu bailo conmigo", "Las Caraquenas" …sus grandes éxitos siguen llenando las salas de conciertos tanto en el extranjero como en su país. “ Y eso tiene mérito, porque tal y como está la situación  en el país– inmerso en espiral de crisis, inflación y violencia – el venezolano sigue sonriendo, sigue bailando”, dice el cantante veterano. “Por eso exactamente estamos hoy aquí: por nuestra lucha,  por nuestra batalla por establecer un patrimonio venezolano, que ya dura más de 50 años”, concluye.

Gustavo Aguado y el resto de los componentes de Guaco durante la rueda de prensa en Barcelona

En sus últimos álbumes, Guaco experimenta con ritmos hispanos, música urbana, Pop flamenco. Poco queda de las gaitas zulianas que tocaban en los 60.  “Nunca imaginé que iríamos a poder vivir de esto”, admite Aguado. El pasado octubre, la Súper Banda de Venezuela estuvo casi un mes de gira por Japón, invitados por un fan de su música, un “guaquero” nipón, que costeó los gastos del viaje. “En Japón cantaban nuestras canciones sin saber ni papa de español”, bromea el cantante.  

De cara al año que viene, el grupo planea lanzamiento de un nuevo álbum y el estreno de la película Guaco: Semblanza, un documental que recogerá los cincuenta años de carrera artística de la agrupación, que está en la última fase de rodaje.

 

Un paliativo para la diáspora

“El año pasado vinieron a Barcelona en junio. Fue raro escucharles en verano, ya que los venezolanos asociamos Guaco a las gaitas, y las gaitas, a la Navidad”, explica David, que espera sentado a poder hacerse una foto junto a su ídolo. Esta vez, el concierto en Barcelona no podía caer en una fecha mejor: tres semanas antes de Navidad.

Para los venezolanos en la diáspora, somos una especie de denominador común, somos un paliativo”, explica Gustavo. “¿Y la música sirve para eso, no? Para calmar los sentimientos”, dice el cantante, a quién no le gusta hablar de política. “Mi única política es dar alegría a la gente”, dice.

 La política de verdad, se la deja a los políticos, por los que siente poco respeto, tanto por los venezolanos como los del resto del mundo. “La palabra política en sí es una alteración de la verdad, y eso es un hábito a nivel mundial. Sino, cómo se entiende que la política pueda llevar a un batracio como Trump a la presidencia de los EEUU?”, exclama, sonrojado.  Reconoce que en su país, la situación es crítica, “estamos a punto de ebullición”, pero evita criticar abiertamente al régimen de Nicolas Maduro, como han hecho otros cantantes venezolanos. Es el caso del dúo Chino y Nacho, que han arremetido públicamente contra Maduro en varios  conciertos y exigen su renuncia inmediata. “Lo que debemos hacer es ir a votar, ir a votar siempre”,  se limita a decir Gustavo.

La palabra política en sí es una alteración de la verdad, y eso es un hábito a nivel mundial.

Gracias a la experimentación con el Pop y la música urbana, Guaco sigue siendo un fenómeno que no pasa de moda. “La música pasa por un proceso de masificación, hay que adaptarse a ese proceso”, dice el músico, orgulloso de que Guaco esté de moda entre los adolescentes venezolanos y se escuche de nuevo en las escuelas.

En el próximo año quieren expandirse por Latinoamérica, especialmente en México, un mercado que consideran fundamental. Pero por ahora se conformaran con tres bolos en Estados Unidos y un gran concierto de fin de año en Venezuela.

A David y a su amiga, Cristina Bolívar, les gustaría pasar las Navidades y el fin de año junto a sus familias, en Caracas, pero tendrán que conformarse con el pequeño concierto de Guaco en Barcelona para telentrasportarse a su país.

Me vine a Barcelona sola, a la aventura”, explica Cristina,  de 28 años, que llegó a España hace menos de un año con un visado de asilo político. En Caracas, Cristina trabajaba de reportera de política para el periódico 6to Poder, hasta que el gobierno de Maduro ordenó su cierre y confiscación de los bienes. “El director está ahora en los tribunales”, explica Cristina. “Como comprenderás, no es lo más fácil ser periodista política en Venezuela en estos momentos”, añade la joven venezolana.

Cristina no tiene familia en Barcelona, pero tenía muy claro que tenía que marcharse de Caracas, costase lo que costase. “Con la inflación que tenemos y la divisa por el suelo nos cuesta muy caro. Pero la situación allí  está terrible”, admite. 

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