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El escritor y profesor de Lengua Española Eduardo Cabrera impartiendo una clase de radio en Millikin University, IL. Archivo particular

Eduardo Cabrera: “Tengo esperanza en los jóvenes norteamericanos”

Conversamos con Eduardo Cabrera, Director del Departamento de Lenguas Modernas de Millikin University y autor de “Nueve cuentos de inmigrantes en los Estados…

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A diferencia del gran flujo de inmigrantes latinoamericanos que llegan a los Estados Unidos en busca de oportunidades económicas, Eduardo Cabrera llegó a este país por amor. Un detalle que, sin embargo, no impidió que la inmigración y los problemas que sufren los indocumentados al llegar a los Estados Unidos acabaran convirtiéndose igualmente en uno de sus principales temas de interés, tanto como escritor, como profesor y dramaturgo.

“Me enamoré de una salvadoreña, y por ella me vine a Los Angeles”, recuerda Cabrera.

Nacido en la Argentina, Cabrera estudió Artes Dramáticas en Buenos Aires y actualmente es profesor de Español y director del Departamento de Lenguas Modernas de la Universidad Millikin, en Decatur, IL.

Para entender cómo este dramaturgo y escritor argentino, finalista en los Latino Book Awards 2018 por su libro “Nueve Cuentos de Inmigrantes en los Estados Unidos”, terminó siendo profesor universitario en Illinois, hay que rebobinar en el tiempo.

Después de graduarse en Arte Dramático y Sociología, Cabrera empezó a ganarse la vida como profesor de ajedrez en Buenos Aires. “Siempre me interesó un poco todo, el ajedrez, la política, el arte…”, recuerda.  

Su vida dio un giro cuando a principios de los 80 aceptó la oferta de un amigo de pasar un año dando clases de ajedrez en El Salvador, invitado por la Federación Salvadoreña de Ajedrez. Además del ajedrez, Cabrera organizaba obras de teatro y programas de televisión, y fue así cómo conoció a su futura esposa, una actriz salvadoreña a quien contrató para uno de los programas. Desafortunadamente, estalló la guerra civil, forzando a su novia a emigrar a los Los Angeles y a él a regresar a la Argentina.

Por suerte, California

Pasado un tiempo, Cabrera se mudó con ella a Los Angeles, y se casaron. Era el año 1986. “Tuvimos suerte de llegar a California, un estado muy progresista, muy cosmopolita, que da oportunidades para hacer lo que quieras”, recuerda.

En su barrio montaron una escuela de teatro en español, “que fue un éxito rotundo” - comenta Cabrera, orgulloso- y allí nacieron sus tres hijos, los tres músicos. Uno vive en Buenos Aires, otro en Holanda, otro en Los Angeles. “A los tres les inspiramos el amor al arte”, explica Cabrera.

Al llegar a Estados Unidos, Cabrera decidió ampliar sus estudios y acabó doctorándose en Español, con una especialización en Teatro Latinoamericano en la Universidad de California en Irvine. Eso le abrió las puertas al mundo académico estadounidense, y pronto le surgió una oferta laboral en una universidad de Kentucky. La familia completa se mudó al Medio Oeste. “Fue un cambio muy rotundo”, recuerda el profesor. “Kentucky es un estado conservador, con muy pocos latinos”, dice. Más tarde, la familia se mudó a Texas, también por una oferta de trabajo en una universidad. La experiencia fue similar. “Texas es un estado ultraconservador, opresivo, especialmente para los latinos. Por primera vez me sentí extranjero”, dice Cabrera, contento de poder volver a vivir en un estado progresista como Illinois.

Extranjero en casa

Precisamente, en su último libro, “Nueve cuentos de inmigrantes en los Estados Unidos”, una compilación de historias de inmigrantes, publicado en 2017, Cabrera se inspira en su experiencia personal. Uno de sus cuentos, por ejemplo, está protagonizado por un inmigrante latino que debe mudarse por trabajo de California a Kentucky. “En mis cuentos analizo la vida en los diferentes estados”, dice Cabrera, recordando el shock cultural que su familia tuvo al mudarse por primera vez al Medio Oeste. “Después de vivir en California, donde uno se siente bienvenido, donde llegan permanentemente nuevos inmigrantes - y por eso el español está tan vivo - tuvimos que experimentar por primera vez la discriminación”, dice.

Actualmente, el Dr. Cabrera y su esposa viven en Decatur, IL, donde reparte su tiempo entre las clases de Literatura y Cultura Española y Latinoamericana en Millikin University, las colaboraciones de radio y la escritura de libros y artículos académicos. Sus ensayos sobre literatura, teatro, cultura y política han sido publicado en medios profesionales de Argentina, Chile, Colombia, Cuba, México, Estados Unidos entre otros. Además, es autor de los libros: Teatro Argentino: La Dirección Teatral en Buenos Aires, y Teatro breve para la clase y el escenario, que se utilizan en algunas escuelas secundarias y universidades del país.

Una de las cosas de las que se siente más orgulloso Cabrera es de su colaboración en un programa de radio de Millikin University, donde hace difusión de temas sobre cultura latina, desde política latinoamericana y española, a temas de interés para los latinos en los Estados Unidos, como la inmigración o la situación de los DACA.

“El presidente Trump quiere eliminar el DACA y en las universidades tenemos muchos alumnos en este estatus”, dice Cabrera, que también está implicado en diversos grupos activistas de Illinois. Las dos principales causas por las que luchan son el fracking y la situación de los DACA, el programa de protección de menores indocumentados que instauró el presidente Obama en 2012.

“El tema de la inmigración sigue siendo un tema de inspiración muy importante para mi carrera”, comenta Cabrera. “Por suerte, mi esposa y yo no tuvimos problemas de papeles, pero la inmigración y los indocumentados son un tema que me preocupa y es una constante en mis libros”, dice el autor.

Otro de los cuentos de su libro se inspira en el drama de los niños inmigrantes que llegan solos a la frontera con Estados Unidos, especialmente durante el mandato de Obama. El tema es muy parecido a la situación actual de los más de 1200 centroamericanos, en su mayoría niños y mujeres hondureños, que salieron de su país hace 15 meses, huyendo de la violencia y el desempleo, con la esperanza de entrar en los Estados Unidos como refugiados políticos. Solo 400 personas de este contingente de inmigrantes, conocido como la “Caravana Migrante”, ha logrado llegar hasta Tijuana, en la frontera con San Diego, y ahora se ve obligada a esperar a que el gobierno de Trump les garantice el asilo político. No obstante, ante el avance de la caravana, el inquilino de la Casa Blanca ordenó el despliegue de la Guardia Nacional en los límites fronterizos, una medida de presión más para que México frenase a los más de 1.000 migrantes centroamericanos –entre ellos unos 300 niños-, la mayoría de ellos hondureños, que salieron desde la frontera con Guatemala, informó El País el mes pasado.

El año pasado, la Illinois Humanities Organization concedió una beca al Dr. Cabrera para disertar sobre su obra teatral “Los Inmigrantes” por todo el estado. La obra explora la compleja vida de los inmigrantes en los Estados Unidos, a través de las experiencias de Martín, un hombre joven de clase media baja que se enfrenta a los típicos problemas que se viven en una comunidad de inmigrantes, y que ayuda al espectador a superar la visión estereotipada del inmigrante. “La obra no hace hincapié en las necesidades materiales sino en las ambiciones intelectuales del protagonista”, explica Cabrera, que hace poco viajó a Colombia invitado por la universidad de Minnesota para hablar de teatro y literatura en español.

Ciudadanos globales

Aparte de escribir, a Cabrera le encanta su trabajo de profesor universitario. “Nosotros no enseñamos solo Español, sino toda una cultura”, dice. Lo que más le satisface es ver que logra despertar en sus alumnos un interés por la cultura y el idioma de sus padres. “Algunos deciden viajar a España, o a Latinoamérica, en un programa de intercambio. Y vuelven a Estados Unidos absolutamente cambiados. Muchos ni siquiera habían salido antes de su propio estado”, dice el profesor. “Vuelven con una mentalidad más abierta, quieren volver a viajar. El objetivo de nuestra universidad es formar a ciudadanos globales”, dice.

Este no es precisamente el espíritu del actual presidente de los Estados Unidos, pero Cabrera dice tener “una gran esperanza” en los jóvenes norteamericanos, mucho más progresistas de lo que parece. “No creo que Trump vuelva a ganar las elecciones. Pronto veremos un nuevo gobierno progresista”, dice.

Además, añade, “cuando el número de latinos crece, también crece el número de votos progresistas. “Por eso Trump se opone tanto a nosotros”, comenta.

Desde su posición de profesor de Lengua y Cultura española, Cabrera ha constatado además que cada vez más anglosajones se interesan por nuestra cultura y nuestro idioma. “Se dan cuenta que sin el español no llegan a ningún lado”, dice. Especialmente en grandes ciudades como Nueva York, Los Angeles o Miami, donde saber español implica tener muchas más oportunidades laborales, sea como empresario, enfermero en un hospital o como profesor de escuela. “Un profesor de secundaria que sabe español está muy valorado, porque puede comunicarse en español con los padres de un niño latino”, dice,

En su casa, él siempre lo tuvo siempre muy claro: sus tres hijos fueron educados en una cultura bilingüe y bicultural, “algo que ahora valoran mucho, pues les ha abierto muchas oportunidades profesionales”, dice.

Otra cosa que Cabrera tiene también muy clara es que fue un afortunado por haber llegado primero a California, un estado donde la identidad latina se mantiene viva gracias a la llegada continua de inmigrantes, mientras que en otros estados hubiera sido más complicado mantener la cultura bicultural, o que sus hijos hablaran español sin demasiados prejuicios. Y hoy en día, a pesar de la retórica anti-latina de Trump, cree que aún es más fácil mantener el español vivo, pues los inmigrantes latinoamericanos, al menos en California, “cada vez llegan con más estudios y formación universitaria. Es diferente de hace unas décadas”, dice. California también es un estado donde los latinos ya tienen representación política en todos los estamentos políticos.

En los próximos años, Cabrera tiene intención de seguir escribiendo y publicando en español, aunque suponga un reto. Lamenta la mala distribución de la literatura en español producida en Estados Unidos, pero confía en que “tarde o temprano las editoriales van a entender el potencial del mercado latino. Se trata de una falta de visión por su parte, no ven que hay un mercado muy interesado en nuestros temas”, dice. “Lo constato cada día en mi programa de radio”, añade. “Además, la llegada de inmigrantes con mayor nivel educativo favorece la difusión de la lectura y cultura en español”, concluye el profesor, convencido de la importancia de fomentar la cultura bilingüe en Estados Unidos.

Una de las cosas que más le gusta cuando visita a su hijo - violinista de tango - en Holanda, es ver lo políglotas que son los holandeses. “Saber idiomas te abre mucho la mente”, dice.

Al parte de su interés por el idioma y la cultura hispana, el Dr. Cabrera no tiene intención de abandonar su activismo social y al defensa de los derechos humanos,una pasión que empezó a desarrollar de joven, cuando era estudiante de teatro y sociología en Buenos Aires natal, y que acabó de consolidar durante su estancia en El Salvador como entrenador de ajedrez. “Tuve ocasión de conocer en persona algunos de los militares que dieron el golpe de estado, como el Coronel Majano, así que sé de qué hablo”.

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