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Luis y Danny Moncada regresaron el 13 de agosto como “los primos” en la cuarta temporada de la serie de AMC, “Better Call Saul.” Foto cortesía de AMC.
Luis y Danny Moncada regresaron el 13 de agosto como “los primos” en la cuarta temporada de la serie de AMC, “Better Call Saul.” Foto cortesía de AMC.

De la prisión a 'Breaking Bad', la historia de los Hermanos Moncada

Los hermanos Moncada encontraron su vocación al interpretar a los gemelos Salamanca en la serie de AMC, y volverán en la temporada actual de “Beter Call Saul”…

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Luis y Danny Moncada, mejor conocidos como “los primos” en la aclamada serie de AMC Breaking Bad (2008) y en su secuela Better Call Saul (2015), volverán a la televisión de grandes audiencias el lunes por la noche como los amenazantes gemelos asesinos del cartel de Salamanca.

Los hermanos Moncada acosan silenciosamente durante la tercera temporada de Breaking Bad, y sólo tienen un par de líneas en el guión – frecuentemente una sola palabra en español – pero son sin duda los asesinos más memorables del cartel en todo el show por su estoico e inquebrantable comportamiento a la hora de asesinar brutalmente. Leonel (Danny) y Marco (Luis) entran en la serie con la misión de vengar el asesinato de su primo Tuco (Raymond Cruz) y rendir homenaje a la Santa Muerte, poderosa diosa mexicana.

Los personajes son presentados a la audiencia en México, vistiendo trajes de piel de tiburón y botas puntiagudas de vaquero con cráneos de plata detallados en las puntas. Se disfrazan y cruzan la frontera de Estados Unidos en un camión de heno, mezclándose con una docena de inmigrantes en su camino a Texas, hasta que son reconocidos por sus botas como los infames asesinos.

Los gemelos intercambian una fría mirada cómplice, y asesinan a todas las personas en el camión. Como si nada hubiese pasado, descienden, Leonel enciende un cigarrillo, y detona el camión en una explosión demoledora que envuelve el escenario en llamas detrás de ellos. Mientras se alejan, los gemelos no vacilan, no miran para atrás ni cambian sus expresiones faciales endurecidas.

Leonel da una larga calada a su cigarrillo.

Es una escena en la que los hermanos Moncada, sin utilizar dobles o protección contra explosiones, recuerdan muy bien. Era la primera semana de Danny como actor, y el galardonado Bryan Cranston estaba dirigiendo la escena, contando con explosivos tan sólo para una toma. Tenía que ser perfecta, natural, casual, como si matar a una docena de inocentes y luego quemar sus cuerpos fuera “un paseo por el parque”, Cranston dijo a los hermanos.

“Esto es cualquier cosa para ustedes. Es como tomar café un sábado por la mañana”, le dijo Luis (quien había estado actuando por siete años antes de sumarse al equipo de Breaking Bad) a Danny. “Cuando matas a alguien, es cualquier cosa”.

Posteriormente, Cranston – a quien Danny había admirado desde que le vio en Malcolm in the Middle (2000) mientras estaba en prisión – corrió hacia los hermanos y les dio un abrazo, aturdido por lo perfecta que había quedado la toma y preguntándoles cómo habían hecho para no parpadear. Pero para los Moncadas, era sencillo. Breaking Bad fue la primera oportunidad de Danny para actuar, pero ni para Luis ni para él había sido la primera experiencia cercana a la muerte, la violencia y la destrucción.

“Quisiera decir que nuestro trasfondo son pandillas, prisión y cambio”, dijo Luis. “Entonces empezamos a actuar y lo hemos estado haciendo desde entonces".

“Aprendimos con los golpes, con la vida dura”, dijo Danny. “Fuimos capaces de cambiar eso y ser nosotros mismos”.

Descubrir el mundo fuera de 'las pandillas, el barrio, y la frontera'

Los hermanos Moncada no rehúyen a compartir cómo su historial criminal ha ayudado a su representación de los primos bandidos.

Luis (que es tres años mayor) y Danny se involucraron por primera vez con la vida de pandilla como adolescentes en 1991, poco después de haber migrado a Los Angeles. En su hogar en Honduras fueron testigos de la violencia y sobrevivieron un brutal ataque con machetes cuando eran niños. Cuando empezaron la escuela básica en Estados Unidos eran molestados por no saber inglés, lo que les llevó a unirse a pandillas para poder defenderse y encontrar un lugar al que pudieran pertenecer.

“Vi el respeto que inspiraban los chicos que estaban en pandillas, aún si no hablaban inglés. Vi como las personas les temían y les respetaban”, dijo Luis. “Y lo entendí. Me dije que quería ese respeto. Quería que las personas me miraran así, no como si yo no fuera nada”. 

Danny asegura que siguió los pasos de su hermano mayor. Las pandillas eran endémicas en los barrios de Hollywood y Echo Park en Los Ángeles, donde solían vivir. Luis recordó cómo avanzó en las filas con una pandilla y sufrió las consecuencias, cumpliendo múltiples condenas en la cárcel del condado y luego en la prisión, con Danny siguiéndole los pasos.

Pasaron la mayor parte de su vida adulta tras las rejas. Danny no presenció los primeros siete años de su hijo, cumpliendo una condena entre los 19 y los 26 años. Finalmente, Luis pasó seis meses en “el hoyo” – confinamiento solitario – dónde se dio cuenta de que estaba desperdiciando su vida. Danny llegó a la misma conclusión poco después, y ambos desarrollaron un nuevo respeto por la ley y por el trabajo, que ahora intentan comunicar a los jóvenes en riesgo.

“Siempre recordaré la primera vez que uno de los oficiales me estrechó la mano”, dijo Luis. “Salí de mi automóvil, y era la primera vez en mi vida que entraba a una estación voluntariamente. Sigues creciendo, te pones a pensar, ‘este hombre es una persona normal, como yo. Una persona normal haciendo su trabajo. Yo era el que estaba buscando problemas, y él estaba intentando evitar que yo lo hiciera’”.

“Aprendí paciencia, aprendí a tratar a las personas como quería ser tratado”, recuerda Danny. “Las personas piensan ‘¡Oh! En la cárcel están un montón de animales’, pero muchas de las personas allí son muy inteligentes, porque han tenido tiempo para pensar”.

Cuando Luis salió de la cárcel, comenzó a trabajar en una compañía de seguridad y como guardaespaldas en los sets de películas en Hollywood. Él reconoce que tiene una apariencia intimidadora: “vamos, tatuajes, calvicie, miembro de pandilla”; y un día un director se le acercó y le preguntó si quería estar en una película. A partir de ahí, tomó papeles menores como “gang-banger” y “asesino a sangre fría”. Luego vino el casting para los primos.

Danny no formaba parte de un sindicato, y nunca antes había estado frente a la cámara, pero audicionaron de todos modos, presentando dos escenas y una improvisación en español. Dos días después, los hermanos tenían el papel en Breaking Bad. Dos semanas más tarde, estaban en Nuevo México en el set.

El director Vince Gilligan les dijo que sus roles tendrían un diálogo mínimo. Sin embargo, Danny dijo que, aunque no había líneas para memorizar, las miradas, las expresiones, el lenguaje corporal y la sincronización de los primos eran aún más importantes a la hora de perfeccionar. Los Moncadas tuvieron que desarrollar sus personajes e infundir miedo en la audiencia sin la ayuda de una historia hablada.

“Se podría decir que fue un poco de suerte, pero no creo que nadie más lo pudo haber hecho como nosotros en Breaking Bad”, dijo Dany. “No creo que muchas personas fueran capaces de lograr lo que nosotros logramos debido a la conexión que tenemos. La forma en que miramos, la forma en que interactuamos entre nosotros, es única”. ​​​​​

Casi una década después del estreno de Breaking Bad – y una década desde que Danny terminara su última sentencia en prisión – los fanáticos todavía están recuperándose de la actuación de los hermanos cuando regresan en Better Call Saul. Han pasado a tener papeles en películas como Fast & Furious (2009), The Mule (con Clint Eastwood) y Kidding (con Jim Carrey), que aún no se ha estrenado. A veces audicionan para papeles de dúo, pero a veces lo hacen individualmente.

Con frecuencia dan charlas motivacionales a los jóvenes en el sistema de justicia penal, y en los gimnasios de artes marciales mixtas (MMA), donde promueven la lucha profesional como una salida para la violencia. Realizan sus propias acrobacias siempre que sea posible, y practican Muay Thai, boxeo y otras formas de MMA. Animan a los niños a “meterse en el gimnasio, ir a golpear el saco”, y mirar más allá de las drogas y las pandillas, con la esperanza de dirigirlos hacia el camino que desearían haber tomado hace años en sus propias vidas.

Luis tiene tatuajes que dicen “F--- you” en los párpados, pero ahora ambos hermanos se excusan antes de decir improperios. Danny tiene una novia “increíble” que lucha AMM profesionalmente. Luis ha estado casado durante 14 años con una mujer que era oficial de libertad condicional, y ahora tienen dos hijos.

Luis y Danny siempre se han considerado a sí mismos “tontos”, y cuando no están filmando como los primos “silenciosos pero letales”, están bromeando en el set como adolescentes. Incluso cuando estaban envueltos en el mundo de las pandillas, recuerdan que siempre se reían, eran siempre positivos y estaban siempre juntos.

“Toda esa mala energía que estaba antes allí, logramos canalizarla, y la tiramos a la pantalla para realmente parecernos a esos muchachos, pero no somos esos tipos en la vida real, porque si fuera así… no seríamos libres”, dijo Danny. “Es una de esas situaciones en las que tienes que tomar los demonios que tenías antes y usarlos de manera positiva, que en nuestro caso es la actuación”.

Todo natural

Para consternación de sus admiradores – que dicen que la actuación de los hermanos los asusta hasta el hueso, aunque de buena manera – la aparición los mellizos de Salamanca en Breaking Bad es efímera. Llegan con el objetivo de matar a Walter White o “Heisenberg”, el profesor de química que Cranston convierte en un cocinero de metanfetamina, pero en su lugar recurren a Hank Schrader (Dean Norris), el cuñado de White agente de la DEA. Los dos van tras Schrader en el estacionamiento de un centro comercial.

Entonces se inicia el épico intercambio de balas entre Schrader y Marco, quien inmoviliza al agente de la DEA, gravemente herido en el suelo sin que le queden balas, a excepción de una que Marco había dejado caer antes. Pero duda antes de terminar con Schrader y dice “No, muy fácil. Demasiado fácil”, y se va para agarrar su hacha de plata. Al regresar, Schrader le dispara a bocajarro en la cabeza. En la vida real, a Luis le habían disparado antes, algo que le ayudó en su actuación.

“Un par de veces, recibir un disparo en el set me trajo recuerdos de cuando me estaban disparando de verdad”, dijo Luis. “Me hizo sentir un poco incómodo”.

Lidiar con recuerdos de sus propias experiencias traumáticos es algo que Danny también tuvo que enfrentar en el transcurso de la historia de su personaje.

En el programa, Schrader sobrevive, al igual que Leonel, quien debe amputarse las piernas rotas en el hospital, amargado y vengativo después de presenciar la muerte de su hermano. Su última escena viva es cuando ve a White, a quien reconoce como su objetivo original, en la puerta de su habitación. Se quita la manta de un tirón para exponer los muñones vendados que solían ser sus piernas y salta de la cama del hospital. Se arrastra hacia la puerta, dejando un rastro de sangre y, furioso, empieza a reptar sin piernas, recordando la escena inicial de los primos en México, cuando hacían el peregrinaje a la Santa Muerte.

Para esta escena, Danny tuvo que recrear una sensación de entumecimiento en sus piernas, algo que sintió en sus brazos cuando era niño en Honduras después de ser atacado con un machete. Dijo que tenía los brazos cortados, hasta el hueso, y que no podía sentirlos desde el codo hacia abajo. Durante el rodaje, tuvo flashbacks desagradables del ataque al recordar la sensación física, pero canalizó el doloroso recuerdo en su personaje.

"Esa es la belleza: puedes crear estos personajes que no son reales, pero en el momento en que los estás haciendo, se ve muy real", dijo Danny. "Y la cámara capta esa realidad, esa autenticidad, que no mucha gente podría traer. Usas las cosas malas de tu pasado que has vivido y las usas para bien. Lo pones en la pantalla”.

En secuela de AMC, Better Call Saul, que detalla la vida del abogado de White, Saul Goodman (Bob Odenkirk) antes de Breaking Bad, los primos son más jóvenes pero igual de amenazantes para los enemigos del cartel de Salamanca. Los Moncadas hacen dos apariciones breves en la segunda temporada del programa, pero están entusiasmados por participar más en la cuarta temporada, que comenzó a transmitirse el 6 de agosto.

Los primos aparecerán comenzando en el segundo episodio el 13 de agosto. Luis le dijo a AL DÍA News que la temporada nueva es la mejor, la que más acción tiene, con "alianzas inesperadas”.

Con los gemelos Salamanca involucrados, no hay duda de que las cosas se pondrán violentas.

"Va a ser feo", dijo.

*Editor's note: A former version of this article misstated that Luis was married.