Para encontrar el primer vestigio del célebre chef mexicano Richard  Sandoval entre fogones hay que remontarse a su infancia en la cocina de su abuela.

“Pasé mucho tiempo con mi abuela, creo que ahí realmente es cuando empieza a formarse mi paladar [...] Desde muy chiquito siempre tenían quesos importados, mantequillas importadas... Entonces desde esa edad empiezo a probar ingredientes muy diferentes y creo que me ayudó mucho en mi carrera”, cuenta a AL DÍA News.

Sin embargo, y aunque su padre era restaurantero en México, durante su niñez y su adolescencia el sueño profesional de Sandoval se encontraba más cercano al mundo de la raqueta que al de la gastronomía. Dos disciplinas que, según asegura, comparten esa inyección de adrenalina que asegura necesitar.

Cuando a los 18 años llegó el momento de elegir entre continuar con su carrera en el tenis o dedicarse por completo a la cocina, Sandoval decidió decantarse por esta última.

Así entró a formarse en el Culinary Institute of America, en la ciudad de Nueva York. Al finalizar sus estudios regresó a México para trabajar con su padre, que poseía varios restaurantes en Acapulco.

Tras cuatro años junto a él, fue el turno de emprender su camino en solitario con la apertura de un restaurante de sabor francés bautizado Savann and Savann.

Desde entonces sus restaurantes se cuentan por decenas, concretamente cuatro, y se extienden por todo el mundo. Desde Estados Unidos hasta Dubai , Qatar, Serbia, Hong Kong o Tokio.

“El denominador que todos tienen en común es que todos tienen comida latina. Hay algunos restaurantes en los que tenemos una fusión con asiático, pero son los únicos”, explica Sandoval.

“La comida latina para mí es una de la cocinas más diversas, especialmente la mexicana. Tenemos muchas variedades de chiles, hierbas, especias, hay muchisimos moles etc... Es una cocina superdiversa, con sabores muy interesantes. A mí me gusta decir que es como una montaña rusa en tu paladar”.

Además de los restaurantes de creación propia, Sandoval también cuenta con alianzas con diversos hoteles de renombre para la creación de sus restaurantes. El último en requerir su experiencia ha sido The Ritz-Carlton de Filadelfia, donde el pasado jueves 23 de junio abría sus puertas Aquimero (10 Avenue of the Art Philadelphia, PA 19102. Tel. 215.523.8200).

“Es un restaurante que yo llamo de marisco sostenible. Tratamos de buscar que los pescados que usamos sean sostenibles, es un menú como de las costas de México con sabor”, explica el chef.

Su intención a la hora de desarrollar este restaurante, en cuya creación ha invertido cerca de dos años —y alrededor de seis meses en la elaboración del menú—, es que el público deguste el marisco a la mexicana.

“Quería que la gente probara ese estilo de comer los mariscos con un poquito más de sabor, con especias y hierbas”, aclara.

La carta también contiene sushi, ceviche, chicharrón de camarones, tacos de langosta, sopas y ensaladas.

Por otro lado se encuentra lo que ha bautizado como ‘las especialidades del chef’, “que son platillos más elaborados”. Y por último, la parrilla, que permite al comensal elegir la proteína que desea y la marinación, además del ‘side’.

Pero la variedad no solo se deja sentir en la comida, también en un menú de bebidas que incluye desde vinos, cervezas y cócteles hasta licores menos comunes como el sake o el Mezcal.