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La "Década de las Turbulencias" ha llegado. Photo: Diálogo Político
La "Década de las Turbulencias" ha llegado. Photo: Diálogo Político

La ‘Generación pandemial’: Así es cómo la COVID ya empieza a marcar nuestro futuro

Globalización, millennials, posmodernidad… Etiquetas con las que ordenamos nuestro mundo a la luz de los cambios sociales. Ahora enfrentamos otro giro más. …

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Vivimos tiempos pandémicos que están provocando cambios sociales que no tienen nada de paulatinos: el teletrabajo se ha instalado como una realidad para una mayoría de trabajadores que antes solían acudir a las oficinas, nos hemos acostumbrado a hablar de “burbujas” familiares, de distancia social y reducido nuestras actividades en público. E incluso hay quien ya se sueña desde el pasado año con mascarilla. 

Como ha ocurrido con otros fenómenos en nuestra historia -el neoliberalismo, la posmodernidad, la globalización, el surgimiento de la generación millennial y la Z... -, desde la academia y los medios se inventan nuevas etiquetas para nombrar lo que nos está sucediendo y tratar de analizarlo. 

Porque, de alguna forma, sólo lo nombrado puede existir. Y esta es una realidad para todos. 

La semana pasada, el diario argentino Clarín publicaba una entrevista con el economista Federico Domínguez, quien acaba de publicar un libro donde reflexiona sobre la nueva generación de estos tiempos, los “pandemials”, y los retos políticos, sociales y económicos que enfrentan. Además de la nueva filosofía de vida que nace a su alrededor.

En La Rebelión de los Pandemials (Editores Argentinos), Domínguez acota el término para recordarnos que no todos nosotros lo somos. 

“Los pandemials son aquellos jóvenes que están entrando al mundo laboral junto con la crisis de la COVID-19”, señala. 

El economista describe a esta nueva generación de una forma optimista, como personas con “fuertes valores éticos y conciencia ecológica debido a que nacieron sabiendo que el planeta está en riesgo”.

Los pandemials, en suma, salen al mundo para encontrarse sociedades donde la incertidumbre, la soledad, el agotamiento de recursos, la burbuja digital y el fin de la meritocracia son nuestro pan de cada día. Muchos de ellos, en busca de un modelo con el que enfrentarse a estos nuevos tiempos, miran hacia el pasado: en utopías propias del siglo XX y viejos sistemas. 

Para Federico Domínguez, el futuro será si cabe más liberal que el presente y lo asegura analizando los Ciclos Humanos -el Ciclo de Inequidad, el Ciclo de la Naturaleza, el Ciclo de las Tecnologías y el Ciclo del Espíritu Humano-, y apunta que mientras que el liberalismo parecía la ideología para todos, ha acabado siendo “una empresa de cruceros administrada por su propia élite”. 

Es decir, de la esencia del liberalismo original queda muy poco ya, e incluso el concepto de “meritocracia” está desdibujado y es casi un eufemismo en estos tiempos. 

La Década de las Turbulencias

Si bien el libro postula que son necesarias nuevas miradas para afrontar los problemas políticos y económicos de esta situación traída por la pandemia -a la que hay que sumar los otros problemas que ya arrastrábamos, como el cambio climático-, y urge una nueva agenda política global que busque democratizar el conocimiento (qué extraño que en la era digital siga siendo un bien en pocas manos, “baneado” y controlado) y baje los impuestos, el liberalismo permanecerá y con más fuerza.

Esa es la tesis de Domínguez en La Rebelión de los Pandemials, porque el estilo de vida basado en el hedonismo y el individualismo seguirá instalado. Esta es su predicción: 

 “La Década de las Turbulencias –la del 2020-2029– será compleja, intensa y transformadora. [...] Por momentos parecerá que los autoritarismos se impondrán, que el liberalismo parecerá quedar relegado y que los jóvenes marcharán en nombre de algún populismo para prender fuego las ciudades en diferentes partes del planeta. Pero finalmente, como ha sucedido una y otra vez a lo largo de sus más de 250 años de historia, el liberalismo triunfará. Lo hará por la superioridad económica, tecnológica y social que emerge de sus formulaciones, instituciones y de las libertades que ofrece. Y lo hará porque los ciudadanos que viven bajo los beneficios de este sistema, no querrán volver atrás”.

Pero no se engañen por la palabra “rebelión” -si bien, parece más un deseo que una tendencia de futuro-, ya que la sociedad que dibuja Domínguez está caracterizada por la supresión de las libertades, sobre todo a la luz de las redes sociales que se han vuelto el paisaje y refugio de los pandemials y los intentos de las plataformas por extender su control cada vez más invirtiendo en IA. 

Un panorama político-económico que es como la zanahoria y el caballo y en el que nadie puede salirse del redil. Un fortín o una megaestructura invisible de contención de la disidencia. 

La cuestión es si realmente los pandemials podrán propiciar una revolución que dinamite las toxicidades de un liberalismo extremo para un mundo más humano o seguirán levantando el pulgar cibernético y haciendo “share” metidos en una espiral de amenazas víricas e incertidumbre.