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Hasta un 70% de los guatemaltecos trabaja en la venta informal. 
Hasta un 70% de los guatemaltecos trabaja en la venta informal. 

En Guatemala casi no existe el desempleo (y no es una buena noticia)

Con una tasa de desocupación de apenas un 2% que la equipara a Suiza, en Guatemala se cumple una extraña paradoja: ¿Puede un país ser “paraíso” económico e…

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Tiene el flamante récord de ser la nación latinoamericana con menor índice de desempleo, y si solo nos ciñéramos a los datos –un bendito 2,5%- cualquier avezado economista podría calificarla de paraíso de desempleo “a la suiza”, superando en ocupación a otros países como Estados Unidos, Dinamarca o la civilizada Finlandia.

Pero hay una razón para todo… Apenas uno rasque un poco en a superficie la verdad sale a la luz:

Debido a la carencia de empleo “formal”, en Guatemala la gente ha dejado de buscar.

Así lo explicaba a la BBC Luis Linares, coordinador del Área de Estudios Laborales de la Asociación de Investigación y Estudios Sociales (ASIES), para quien esta cifra no es solamente “engañosa”, sino que “en Guatemala hay una verdadera catástrofe humanitaria silenciosa”.

La ilusión de “casi” el pleno empleo

Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la mitad de la población del país latinoamericano vive en condiciones de pobreza y padece el mayor índice de desnutrición infantil de toda América Latina.

¿Cómo puede una nación tan pobre aparentar ser “saludable” a los ojos de los estadísticos?

La explicación es que la mayor parte de los guatemaltecos –hasta un 70%, de acuerdo al gobierno- sobreviven realizando trabajos que no están regulados por un contrato y un salario, y empeora cuando se trata de las mujeres, la mayoría de las cuales no participa de los mercados de trabajo.

“El trabajo de muchas personas es vender cualquier cosa en la calle”, dice el experto. Añade que “la pobreza no ha cambiado en dos décadas y el salario mínimo (360 dólares mensuales) no cubre el costo de la canasta de alimentos”.

Emigrar a la desesperada

En un país que no cuenta con desarrollo industrial ni una infraestructura adecuada para competir en un mundo global y cuya máxima fuente de ingresos es la exportación de azúcar y café, ni el gobierno puede recaudar en impuestos para invertir en políticas públicas, ni sus ciudadanos prosperar. Aunque, de acuerdo a BBC, la economía guatemalteca esté creciendo a un saludable ritmo del 3,4%.

Las desigualdades sociales, eso sí, son abismales.

“Tenemos la clase media más pequeña de América Latina”, señala Luis Linares, quien agrega que el desarrollo del país se ve entorpecido por una mezcla de corrupción y concentración de riqueza en pocas manos.

Con un panorama tan precario, no es de extrañar que al menos unas 100.000 personas se aventuren cada año a una más que probable muerte, cuando no la detención, tratando de cruzar la frontera hasta el vecino México con el sueño de alcanzar Estados Unidos. Si a eso le sumamos los cientos de migrantes hondureños que en estos últimos días están llegando al país en una huida desesperada de la violencia y la hambruna, lo que ocurre en Guatemala supera y mucho las estadísticas.

A fin de cuentas, las personas nunca fueron ni serán números.