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Cuidar lo que comemos y fijar algunos hábitos saludables pueden mejorar de forma considerable el estado de nuestro corazón, así como disminuir los riesgos de sufrir una enfermedad. 
Cuidar lo que comemos y fijar algunos hábitos saludables pueden mejorar de forma considerable el estado de nuestro corazón, así como disminuir los riesgos de sufrir una enfermedad. 

Cuando poner su corazón a dieta puede salvarle la vida

Las mujeres latinas pueden desarrollar enfermedades cardiacas hasta 10 años antes que las mujeres caucásicas, según varios estudios. Unos ligeros cambios en la…

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Febrero es el mes del corazón. Durante esta época oirá hablar mucho de los hábitos saludables que debería poner en marcha para proteger la salud de su corazón. Sin embargo, deberíamos estar pendientes de esta información durante todo el año, ya que las enfermedades cardiacas afectan con especial hincapié a la población latina. 

Según las proyecciones de la American Heart Association, en el año 2030, 3,4 millones de adultos americanos sufrirán un ataque al corazón, lo que supone un incremento del 20.5% desde el año 2012. El grupo de población más afectado será el de los hombres hispanos, con un incremento del riesgo del 29%. 

La mujer latina, en el punto de mira
Las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de muerte entre las mujeres latinas de Estados Unidos. Sin embargo, la mayoría de ellas desconoce estas cifras. Y es que poco o nada se ha hablado de cómo sufre la mujer estas enfermedades. Seguramente, usted esté al corriente de cuáles son los síntomas de un ataque al corazón (dolor en el brazo, presión intensa en el pecho…). Sin embargo, es habitual que desconozca que los síntomas pueden variar ligeramente en el caso de la mujer. 

Igual que los hombres, las mujeres pueden sentir ciertos signos de alerta antes de un ataque cardiaco. El síntoma más común en ambos sexos es el dolor en el pecho. En el caso de las mujeres, estas también pueden presentar otros síntomas, como dolor en otras partes del cuerpo, entre las que se encuentran ambos brazos, espalda, cuello, estómago o mandíbula. Además el ataque puede ir acompañado de náuseas e incluso vómitos. 

A la hora de sobrevivir a un ataque cardiaco, la rapidez es fundamental. Por eso es importante que la mujer aprenda a discernir sus síntomas y no se rija únicamente por los síntomas asociados al ataque cardiaco en un hombre. 

Poner el corazón a dieta

Hacer más deporte, vivir una vida menos sedentaria, dejar de fumar y evitar el estrés son algunas de las recomendaciones para tener un corazón saludable. Sin embargo, si hay algo que influye fuertemente en nuestra salud cardiovascular es nuestra dieta. Cuidar lo que comemos y fijar algunos hábitos saludables pueden mejorar de forma considerable el estado de nuestro corazón, así como disminuir los riesgos de sufrir una enfermedad. 

La primera recomendación para tener un corazón sano es seguir una dieta baja en sal. 

La razón de ello es que un cuerpo con insuficiencia cardiaca tiende a acumular sal. Para compensar esta cantidad de sal, el organismo retiene líquido, lo que hace trabajar más al corazón. En ocasiones esto hace además que se hinchen las piernas y la tripa, generando un aumento de peso y fatiga o dificultad para respirar y creando problemas cardiacos.

Si ayudamos a nuestro cuerpo a ingerir menos sal, podemos reducir estos síntomas. No se trata solo de cocinar sin sal, sino de elegir bien los alimentos que ingerimos. Por lo general, todas las comidas precocinadas tienen un alto contenido en sal si no especifican lo contrario. Por ello, los expertos recomiendan huir de las comidas preparadas y cocinar en casa, tratando de no añadir sal a nuestras comidas. Puede ser sustituida por especias como el romero, la pimienta o el perejil. La alternativa para las ensaladas puede ser el zumo de limón o de naranja. 

Menos sal y más salmón

A la recomendación de no dejar el salero a la vista, se le une la de incluir ciertos alimentos en la dieta. Reducir el consumo de carne roja e incrementar la ingesta de pescado, es uno de los puntos clave. La Asociación Americana del Corazón recomienda comer pescado dos veces por semana. Los más adecuados son aquellos más grasos como el salmón o el arenque.  Ambos son ricos en ácidos grasos omega-3, no aumentan los niveles de colesterol y disminuyen la presión sanguínea. Puedes cocinarlos al horno, con verduras y un chorrito de limón. 

Dejar de comer hamburguesas y deliciosos filetes puede suponer un gran desafío para muchos. Pero el esfuerzo bien podría valen la pena. Según un estudio realizado por el Departamento de Nutrición de la Universidad de Harvard, la ingesta de carne roja está asociada a un aumento del riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares y de mortalidad por cáncer. Por tanto se recomienda moderar su consumo, reduciéndolo al mínimo posible. 

Si estás pensando en que reducir el consumo de carne hará que bajes la ingesta de proteínas necesarias para su organismo, no deberías preocuparte. Esta es en realidad la excusa tras la que se esconden los defensores de la carne. Puedes encontrar sustitutivos en muchos otros alimentos como la soja, el tofu, el seitán, las legumbres, el arroz… Todos ellos son una gran fuente de proteínas. 

Por último, hay que tener en cuenta que los embutidos también son carne. El jamón, el chorizo, el pepperoni… no solo contienen una alta cantidad de grasa y colesterol, sino también un alto porcentaje de sal, lo que ya hemos visto que puede afectar gravemente a su salud cardiovascular. 

Aceite de oliva y algo para picar

El aceite de oliva es otro de los alimentos que causa controversia cuando hablamos de cuidar nuestro corazón. Se trata de una grasa sana y que, por tanto, no incrementa los niveles de colesterol. Sin embargo, la recomendación es tomarlo crudo como aliño de ensaladas y siempre, con moderación. 

Llevar una dieta sana para su corazón no tiene porqué ser aburrido. Entre los muchos alimentos adecuados para su corazón están las popcorn (palomitas). Un delicioso tentempié que puede tomar siempre que quiera y que puede ser el perfecto sustituto de las patatas fritas o los refrescos de la tarde. Eso sí, recuerde elegirlas naturales, sin mantequilla ni sal. 

Falta de información

Además de seguir una dieta saludable, es recomendable que a lo largo de todo el año, consulte la información y ponga en marcha las recomendaciones de su médico.

En este sentido, es importante resaltar que, según los datos de la Asociación Americana de Colegios Médicos, la cardiología no es una de las especialidades más elegidas por los médicos latinos. La mayoría de ellos elije la especialidad de medicina general o son internistas. Se trata de un aspecto importante, ya que las enfermedades cardiacas son las que más fallecimientos causan en este grupo de la población. 

Además, desde la Asociación destacan que es importante que el número de cardiólogos latinos se incremente ya que los estudios demuestran que los pacientes de minorías raciales y étnicas optan por visitar a médicos de su misma comunidad. Mientras el número de hispanos en Estados Unidos sigue creciendo, las universidades americanas han comenzado a desarrollar programas especiales para incentivar la participación de personas de minorías raciales y étnicas en sus especialidades de cardiología. Sin duda, este punto será fundamental a la hora de disminuir el alcance de las enfermedades cardiacas en los latinos.

Si quiere consultar más información sobre las enfermedades cardiacas, visite la página web de la American Heart Association (http://es.heart.org/), disponible también en español.  

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