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Protestas contra la tubería de crudo en Morton County, North Dakota. 20/11/2016. Una fotografía cortesía del Departamento de Morton County muestra los oficiales de policías envueltos en una disputa contra los manifestantes del Backwater Bridge, en el norte de un campamento de protesta en Morton County, North Dakota. EE.UU.
Protestas contra la tubería de crudo en Morton County, North Dakota. 20/11/2016. Una fotografía cortesía del Departamento de Morton County muestra los oficiales de policías envueltos en una disputa contra los manifestantes del Backwater Bridge, en el…

Dos oleoductos, una historia

El oleoducto de Dakota despierta fantasmas en el corazón de las minorías

Los seres humanos son reconocidos por ser testarudos e incautos cuando se trata de aprender de derrotas pasadas. La actual y temblorosa historia de economías y políticas de los Estados Unidos de América, no es la excepción a esta regla.

No sólo hemos logrado repetir conscientemente los mismos juicios políticos una y otra vez, sino que también hemos olvidado que la historia suele corroborarse fácticamente.

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El oleoducto de Dakota despierta fantasmas en el corazón de las minorías

Los seres humanos son reconocidos por ser testarudos e incautos cuando se trata de aprender de derrotas pasadas. La actual y temblorosa historia de economías y políticas de los Estados Unidos de América, no es la excepción a esta regla.

No sólo hemos logrado repetir conscientemente los mismos juicios políticos una y otra vez, sino que también hemos olvidado que la historia suele corroborarse fácticamente.

El TAPS de Nixon

En noviembre de 1973, el Presidente Nixon declaró que “los requerimientos energéticos de América habían sobrepasado su capacidad de producción”, instando al Congreso a que aprobara una Ley del Senado que posteriormente sería conocida como El Acta de Autorización del Oleoducto Trans-Alaska, apoyándose en una argumentación soberana contra la “peligrosa dependencia en crudo extranjero”.

El Sistema de Oleoducto Trans-Alaska (TAPS por sus siglas en inglés) cubre la tubería de crudo que transporta desde Prudhoe Bay hasta Valdez, Alaska. Tiene una longitud de 800 millas, 12 estaciones de bombeo y cientos de miles de tuberías de alimentación.

 

 

Aunque el proyecto fue apoyado con la promesa de operar “bajo las garantías ambientales más rígidas jamás implementadas”, el Presidente Nixon solicitó al Congreso no anexar ninguna “enmienda a la ley que pudiera dar poder sobre la construcción de la tubería a agencias federales como la Agencia de Protección Ambiental, el Departamento de Recursos Naturales o el Departamento de Caza y Pesca”.

La oposición a la construcción de este oleoducto provino de Grupos Nativos y de conservacionistas que reclamaban el paso de la tubería por tierra “tradicionalmente reivindicada por varios grupos nativos” y su incursión en el último espacio natural de América. Esta oposición logró prevenir la construcción del oleoducto entre 1970 y 1973.

La Federación de Nativos de Alaska (1966) contrató al abogado Arthur Goldberg quien sugirió la Ley de Reclamos sobre Asentamiento de los Nativos de Alaska que incluía un acuerdo de 40 millones de acres y 500 millones de dólares. El Presidente Nixon finalmente firmó el acuerdo en el que los grupos Nativos renunciaban a la reivindicación de su tierra a cambio de 962.5 millones de dólares y 148.5 millones de acres en tierra federal. El aspecto más importante de esta Ley fue la cláusula que dictaminaba que ningún lote de tierra Nativo sería seleccionado en el trayecto de la tubería.

 

 

El impacto en el ambiente ha sido severo a través de notables incidentes de derrames causados tanto por sabotajes, fallas de mantenimiento o agujeros de disparos.

El oleoducto de Dakota

En el 2016 la historia ha decidido repetirse.

Un proyecto de oleoducto fue formulado en el 2014 y firmado por Dakota Access, LLC (una subsidiaria de Dallas, Texas Corporation Energy Transfer Partners, L.P). Su trayecto comprende desde los campos de crudo de Bakken en el Norte y Noreste de Dakota hasta el Sur y iowa, terminando en una finca de tanques de crudo cerca de Patoka, Illinois.

El proyecto se hizo público en el 2014 y estima una inversión de 3.7 millones de dólares, habiendo sido sometido a la Iowa Utilities Board el 29 de octubre de 2014. Dakota Access aplicó para un permiso de construcción en enero del 2015.

El permiso fue otorgado y autorizaba la expropiación.

 

Dakota Access Pipe Line, Central Iowa. Photo: Wikimedia Commons
 

Aunque el proyecto propone un transporte en exceso de 450.000 barriles de crudo al día, mejorando la confianza económica de la Nación (considerando el aumento en la producción de energía y la provisión de puestos de trabajos), de nuevo la oposición se ha hecho presente desde ambos bandos: los Nativos Americanos y los conservacionistas.

El Oleoducto de Acceso de Dakota cruzaría parte del Lago Oahe, cerca de la Reserva Standing Rock Indian, conformada por la tribu Sioux de Nativos Americanos. En abril de 2016, un anciano de la tribu estableció un campamento como “centro de preservación cultural y de resistencia espiritual a la tubería”. Miles de personas de todas partes del país y del mundo se han sumado a la causa.

 

Anciano hablando a la multitud. Foto: Wikimedia. Creative Commons
 

La intervención del Cuerpo Armado de Ingenieros de los Estados Unidos sólo empeoró las cosas. Tras conducir un “chequeo limitado” de la ruta, no encontraron un impacto significante, sin siquiera conducir una evaluación de impacto ambiental que fue posteriormente demandada por organizaciones como la Agencia de Protección Ambiental. Haciendo caso omiso a la demanda formal, el Cuerpo Armado de Ingenieros aprobó las licencias de traspaso de aguas para el Oleoducto de Acceso de Dakota, bajo lo que se conoce como “opción rápida”.

La construcción continuó pero la Tribu Sioux de Standing Rock ingresó una demanda contra el Cuerpo Armado de Ingenieros por violar la Ley de Preservación Histórica Nacional.

Tras varios enfrentamientos, especialmente los del 3 de septiembre donde varios trabajadores de seguridad utilizaron perros de ataque y aerosol de pimienta para dispersar a los protestantes, el 14 de noviembre el Cuerpo Armado de Ingenieros dictaminó que se necesitaba más tiempo para estudiar el impacto del proyecto.

Energy Transfer Partners culpa a la Administración Obama por el retraso y por la instigación pasiva al desorden público. Por su parte, el CEO de la empresa, Kelcy Warren, no pudo articular un discurso coherente frente a la preocupación pública del efecto que tendría el oleoducto en el Lago Oahe.

Considerando los intereses económicos del Presidente Electo en la compañía de Warren, podemos dar por hecho que los Nativos Americanos tampoco ganarán esta vez.

La invocación a los Derechos Civiles

El Movimiento de Protesta contra el Oleoducto de Dakota no sólo ha sido representado por la encarnación del espíritu primitivo por parte del consejo de ancianos de la Tribu Sioux, sino también ha sido alimentada por múltiples manifestaciones simultáneas alrededor del país.

La Tribu Sioux del Río Cheyenne, la Tribu de Crow Creek y las tribus de Oglala y Rosebud también se han sumado a la protesta, así como las tribus de Oklahoma, en un gesto de apoyo incondicional a una violación abierta al patrimonio cultural nativo.

El 8 de Septiembre, alrededor de 500 Nativos Americanos marcharon con otros protestantes en Denver, Colorado. Una semana después otra marcha se organizó en Seattle, contando con la participación del alcalde de la ciudad y los líderes de otras tribus como los Quinualt, Makah, Lummi, Suquamish, Tulalip, Swinomish y Puyallup.

De acuerdo a varias publicaciones en periódicos nacionales, para el 13 de Octubre, el movimiento de protesta ya contaba con el apoyo de 19 ciudades que declararon su acuerdo unánime al cierre de filas en los alrededores del oleoducto.

 

Protesta en el Sacred Stone Camp. Foto: Tony Webster
 

El 15 de noviembre, cientos de ciudades coordinaron una protesta simultánea denominada “El Día Nacional de la Acción” (National Day of Action), una manifestación pacífica en sitios estratégicos como Chicago, Los Ángeles, Denver y Manhattan. Varias detenciones se llevaron a cabo en North Dakota por el bloqueo de vías de tren.

Fue en la misma zona de North Dakota donde las represalias contra los manifestantes se han hecho visibles y se han agudizado tras la implementación de medios represivos como el gas tóxico y las balas de goma, produciendo un total de 160 heridos, uno de los cuales podría perder incluso su brazo.

Para los más escépticos y fatalistas, este reavivamiento del sentimiento de protesta y del enfrentamiento con las fuerzas de orden público remiten irrebatiblemente a las manifestaciones por los Derechos Civiles, que tuvieron lugar en una época de fascismo amparado por un gobierno cuya crueldad parecía justificada. Con la transición del poder tras las elecciones del 8 de Noviembre, muchos anticipan una circunstancia similar.

Según The Guardian en su artículo de la semana pasada:

“Toda señal que obtenemos del presidente electo indica (la avenencia de) una administración definida por tres doctrinas fundamentales: la supremacía blanca, una influencia corporativa sin precedentes y el repunte de la violencia estatal. Aunado a la catástrofe climática, el resultado podría ser una nueva normalidad distópica, donde los episodios como el que se desarrolla en Standing Rock se transformarán en algo demasiado común”.

El resurgimiento del miedo

El epicentro de la diatriba económica se encuentra en las declaraciones de Sean McGarvey (Presidente de la North America’s Building Trades Unions) con el Daily Energy Insider, donde explicó que “el problema con el retraso y la cancelación de proyectos de este calibre es el efecto dominó que tiene sobre los proveedores, manufactureros y trabajadores de construcción”. McGarvey agregó que el costo de energía a la población local también podría verse afectada.

Considerando entonces el historial de conflictos entre el Presidente Electo Donald J. Trump y los nativos americanos por territorios para Casinos y por su apoyo a empresas como la del Keystone XL, el sentimiento de miedo y aprehensión ha crecido entre los manifestantes.

La estrategia del movimiento en este momento es lograr que la administración Obama logre destruir el proyecto del oleoducto de Dakota antes de abandonar la oficina.

Personajes reconocidos como el Senador Bernie Sanders y Robert Kennedy Jr. también se manifestaron en apoyo al movimiento, sugiriendo (en el caso de Kennedy) que los Nativos Americanos estaban plantando la cara a un “bully”.

 

Protectores (y no protestantes) contra el oleoducto de Dakota. Foto: Joe Brusky
 

Para el día de acción de gracias, el movimiento hizo eco de la tradición que evoca la fecha y organizaron una ceremonia de oración a la que acudió el doble de manifestantes cerca de la tubería, provenientes de todo el país. Incluso la actriz Jane Fonda asistió a una cena de Acción de Gracias cerca de Mandan.

El aumento de casos de racismo contra los Indios Americanos y la violación abierta a los derechos de territorio y a las reservas naturales, parecen ser signos de que una vez la nueva administración tome el cargo, las cosas irán de mal en peor.

 

Protestas en Filadelfia

Por Jamila Johnson

El oleoducto de Dakota está a cientos de kilómetros de Filadelfia, pero los ciudadanos de nuestra área también están molestos.

El pasado 16 de noviembre, cientos de manifestantes se reunieron en el Boulevard Kennedy en Filadelfia, Pennsylvania, para protestar contra el oleoducto de Dakota (DAPL), una tubería que atravesará tierras sagradas y centros de enterramientos de Nativos Americanos y que podría tener un serio impacto ambiental, de acuerdo a sus activistas.

Los manifestantes terminaron una marcha desde el centro de la Ciudad hasta el Boulevard para simular una protesta de “cadáveres” donde simbolizaban las muertes posibles por la polución del agua.

Los manifestantes continuaron durante el Día de Acción de Gracias, el 24 de Noviembre, en una vigilia, declarando el “Día Nacional del Lamento” en una celebración donde frecuentemente se recuerda un tiempo de paz entre Peregrinos y Nativos Americanos; los organizadores del grupo resaltaron el evento como “el día en el que recordamos el genocidio de millones de nativos, el robo de tierras sagradas y el asalto constante a la cultura nativa”, en su evento en Facebook.

 

Protestantes se alinean en el Boulevard Kennedy en Filadelfia, el 24 de Noviembre de 2016
 

El evento se llevó a cabo con 60 manifestantes que se alinearon en la 16th St. cerca de un desfile de Acción de Gracias. Los participantes continuaron demostrando sus esfuerzos para concientizar sobre los efectos de la tubería y solidarizarse con aquellos que protestaban in-situ y que habían llegado a un punto de quiebre contra la fuerza pública.

Algunas de las protestas habían llegado al punto de utilizar la fuerza de represión desde el orden público con cañones de agua. Ken Russo preguntaba: “¿Utilizan los cañones contra manifestantes pacíficos pero no contra agitadores?”.

Los organizadores de las protestas locales en Filadelfia son parte del grupo de Filadelfia con los Defensores del Standing-Rock Sioux y se han descrito como “una coalición de Nativos y no Nativos en solidaridad con los defensores del Standing-Rock Sioux para detener la construcción de la tubería de acceso a Dakota”.

El grupo planea continuar sus protestas, que incluyen una fiesta de recaudación de fondos el 3 de Diciembre en la Iglesia Summit.