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El norte apunta al sur

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El gobierno de Obama creó la iniciativa Mire al Sur. Que no es otra cosa que un recordatorio especialmente para la pequeña y mediana empresa americana sobre la…

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Los estadounidenses, tan acostumbrados a no salir de Norte América parecen estar, obligados o animados a mirar más allá de sus fronteras y la del Sur se lleva buena parte de la  atención. ¿Las razones? Tan desbordantes y variopintas como es la realidad de las otras dos Américas, la del Centro y la del Sur.

No hace más de tres meses setenta mil niños llegaron, en masa y sin compañía, a los Estados Unidos huyéndole a la pobreza y a la violencia especialmente la del triángulo: Guatemala, Honduras y el Salvador. Las alarmas se dispararon: Señores, que no hay “cama pa´tanta gente”.  Pasada la tragedia y sobre todo el escándalo político, no hemos vuelto a saber nada de nuestros hermanitos latinoamericanos. Lo que pase con ellos no importa, fue la invasión la que importó. En una década, quizás, serán noticia esta vez generacional.

Y la cuenta sigue: Hay 10 millones de indocumentados lidiando pacientemente con el eterno manoseo político.

Y como si esto no fuera poco, el español hace presión política y cultural para ser aceptado como segunda lengua oficial en la casa del Gran Hermano. No es para menos, Estados Unidos es el pais más grande de habla hispana.

Desbordante realidad. De allí la molestia de muchos. Sin embargo, en ese panorama aparentemente tan desolador el gobierno de Obama creó la Iniciativa Mire al Sur, o su versión en inglés Look South Initiative. Que no es otra cosa que un recordatorio especialmente para la pequeña y mediana empresa americana sobre la existencia y el auge de los tratados de libre comercio: el NAFTA con Canadá y México. El DR-CAFTA con Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, y República Dominicana; y con Perú, Colombia y Panamá: La Alianza del Pacífico, o TLC o FTAs.

¿El milagro latino?
América Latina está despertando: 70 millones de personas han salido de la pobreza y 50 se han sumado a la clase media. ¿Cuánto durará? Eso dependerá de las razones del crecimiento pero el Programa de las Naciones Unidas, PNUD, reportó hace dos semanas que unos 200 millones podrían volver a ser pobres en caso de crisis. Pese al trino de mal agüero la banca asegura que el crecimiento, gracias a la Alianza del Pacífico, aumentará del 1,6 por ciento en 2004 al 2,5 por ciento en 2015.

El cálculo del PNUD pasará de reojo. El de la banca, lo tienen claro nuestros hermanos latinoamericanos hambrientos de crecimiento y el Departamento de Comercio de los Estados Unidos. “Tenemos 20 acuerdos comerciales y 12 de ellos son con este Hemisferio que incluye Canadá”, nos dijo Walter Bastian, subsecretario para el Hemiferio Occidental del

Departamento de Comercio de la EE.UU., en entrevista en su despacho en Washington. “Es común escuchar acerca de acuerdos con China, Cadaná, Europa pero hay una gran oportunidad en Sur América. Nosotros estamos interesandos en crecer nuestras economías y ellos también”, agregó.

Y la oficina del Departamento de Comercio para Pensilvania ubicada en Filadelfia lo reiteró, “le estamos diciendo a los estadounidenses que es el momento de abrir el mercado. Pienso que los latinoamericanos ven en nosotros calidad y nos ven confiables. Nuestros productos médicos están aprobados por la FDA, Food and Drug Administration, y nuestros productos manufacturados son de gran calidad. Tenemos una buena reputación”, dijo Antonio Ceballos, el director de la oficina.

A través de Ceballos supimos que empresas como Grovara, de comida y bebidas exporta a Costa Rica. Ellos solicitaron asistencia en 2010 a su oficina y lo mismo sucedió con Allegheny York Seal and Packing Co. compañía de maquinaria y equipo que exporta a Colombia. Y esto es sólo Latinoamérica. Bassetts, agregó Ceballos, es una compañía de helado que abrió Mercado en China y gustó. La clientela pidió nuevos sabores, ellos en respuesta crearon un helado de té verde y ahora es un éxito total.

Los latinos no somos tan mal negocio

Alimentos, productos médicos y tecnología constituyen una gran respuesta de la gran, mediana y pequeña empresa Americana a Latinoamérica. “Fuimos con un grupo de empresarios a Panamá y Colombia en un viaje que organizó la oficina de Pensilvania del Departamento de Comercio. Y luego de poco tiempo y gracias a un cliente en latinoamérica, abrimos las puertas en Paraguay Uruguay Venezuela, Perú y Argentina”, nos contó Wanda Mercado la CO de AM International Counsultants. 

Los empresarios de Pensilvania y de cualquier parte de los Estados Unidos tienen acceso a charlas informativas y a una estrategia de visitas a diversos países latinoamericanos con contactos establecidos, traductores, servicio seguro de transporte, y uno que otro consejo para comprender y no fallar por cuenta de las diferencias culturales. De acuerdo con Ceballos, “aproximadamente el 67 por ciento de quienes están exportando son pequeñas y medianas empresa”. En la cuenta final nuestros hermanos latinoamericanos no resultaron siendo tan mal negocio para los estadounidenses.

“Hemos generado empleo en Latinoamérica porque tenemos una persona en cada uno de esos países y hemos generado empleo en los Estados Unidos porque aumentamos las ventas de productos como maquinaria, equipos de laboratorio y asesoría,” agregó Wanda. AM International Consultans quien vende productos y servicios en el campo del aceite se conectó con una empresa joven colombiana para ofrecer transporte y entrega segura a todos sus clientes en Latinoamérica, Cargosev. “Nos estamos haciendo daño como empresas si no aprovechamos el mercado latinoaomericano”, dijo Wanda quien además describe este mercado como “una mina de oro”.

Cargosev, por su parte, es una compañía que nació en el 2010 como necesidad a la gran expansión del comercio exterior en Colombia. Su principal objetivo: la pequeña y mediana empresa que no ha sido bien atendida en la región. AL DÍA contactó vía telefónica a Sergio Vargas gerente de comercio exterior para Cargosev Logistics. “Yo tuve el apoyo de mi familia y el de Dios. Comencé esta companía de la nada”.

En su caso estamos hablando de coordinar una gran cadena de intermediarios: agentes de aduana, aseguradoras, aerolíneas, camiones de carga, entre otros, atravesando montañas para llegar seguros a las manos de los clientes. Es posible que parte de estos intermediarios estén engordando las estadísticas de la nueva clase media.

Mentalidad de subdesarrollo

Cargosev tiene hoy en día una oficina en Miami que genera empleo en el territorio norteamericano. Sin embargo, Sergio no contó con apoyo estratégico como el que ofrece la oficina de Ceballos a los estadounidenses. Él no ha tenido acceso a reuniones en el territorio norteamericano con intérpretes, recorridos comerciales o tips informativos y sobre la cultura. No sabe ni conoce de estrategias comerciales organizadas por embajadas, tradutores, logística, contactos y asesoría legal. Es que subdesarrollo es también una condición mental.

No hay en latinoamérica un sistema tan organizado para que el intercambio sea equilibrado. Cargocet descansa en su esfuerzo individual de buen servicio y en aquel viejo dicho de que cliente satisfecho vale por dos.  “Tenemos muchas dificultades y por eso creo que la respuesta al comercio no ha sido tan grande como esperábamos”. La carga prestacional, el tema de las influencias y del poder político, el mal manejo de los impuestos y la competencia desleal son algunos de los factores negativos con los que luchó este joven colombiano para abrir su negocio al cliente estadounidense gracias a los tratados de libre comercio.

Su historia, no muy distinta a la de otros emprendedores de clase media y baja en nuestros países, es de esas de tenacidad.  Él estudió en una Universidad de clase media y no hace parte de los círculos de poder.

“Si usted va al supermercado usted puede ver ollas IMUSA. Hace años eso no pasaba. Las flores representan más trabajo en Colombia y en Ecuador que en los Estados Unidos. Y ellas llegan a algún lugar del sur, y terminan en Main o en Filadelfia. ¿Cómo llegan allá”? cierra Bastian avalando la creación de empleo en ambas direcciones.  Ahora bien, los casos no son avasallantes. El consumidor estadounidense tiene la idea de que los productos, especialmente los alimentos que provienen de paises “subdesarrollados” no son de buena calidad y se sienten más seguros consumiendo lo que sus cuatro paredes producen o al menos, lo que avalan.

Mientras tanto, con el norte psicológico que persigue a los latinos en latinoamérica, los productos norteamericanos de calidad o no, son recibidos con júbilo y algo de snobismo. No hace mucho, Starbucks abrió el primer café en la capital de Colombia, uno de los grandes productores de café. Nos preguntamos porqué Colombia tomó ese riesgo, pero no obtuvimos respuesta del Ministerio de Comercio.

“Miedo a invertir, posicionamiento del producto y los estándares de los Estados Unidos” son para Sergio algunos de los problemas de la pequeña y mediana empresa latinoamericana para lanzarse esta vez, en masa pero con dinero y legales a conquistar el Norte.

Los tratados de libre comercio serían una buena estrategia para convertir las olas de inmigración, en olas de negocios, mercado y empleo. Estados Unidos podría amarrar los dos temas para prevenir las olas de inmigración, que no son otra cosa que pobreza y por ende violencia. Las Américas, nuestros hermanos latinoamericanos, necesitan del apoyo, la generosidad y la apertura de los Estados Unidos para crear en ambiente ideal. ¿Pero le interesa a los Estados Unidos crearlo? ¿Tendría que hacerlo? Al tiempo nuestros compatriotas necesitan gobiernos de turno con mentalidad postmoderna, -organizada y eficiente-.  si es que por cuenta del comercio queremos mirar de reojo la cifra del PNUD.
 

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