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La USCIS exige una nueva vacuna contra el cáncer cervical

Durante las últimas semanas, el control del gobierno de los EE.UU. sobre nuestras vidas se ha convertido en un problema cada vez mayor conforme el gobierno…

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Aunque algunos consideran esta movida como algo muy controversial e intrusivo, otros están en desacuerdo.  Sin embargo, una nueva política gubernamental para controlar los cuerpos de las jóvenes inmigrantes de 11 años y más es algo totalmente controversial.  ¿De qué trata esta movida?  El gobierno estadounidenses ahora instituyó un nuevo requisito que todas las jóvenes de entre 11 y 26 años de edad que quieren inmigrar a los EE.UU. deben recibir la nueva vacuna de Gardasil –les guste a no a sus padres.

Volvamos atrás un momento.  Hace años que la ex INS y actual USCIS practica la política de requerirle a todos los inmigrantes que reciban vacunas médicas antes de obtener su condición de inmigrantes para evitar la contaminación de enfermedades en los EE.UU.  Hasta ce poco, estas vacunas incluían las siguientes:  sarampión, paperas, rubèola, Bacilo de Pffeifer tipo b (Hib), Hepatitis B, Varicela, Neumococo e influenza.  El 1 de julio de este año, por recomendación del Ministerio de Salud y Servicios Humanos, Centros para el control y la prevención de salud (CDC) (Actualización de USAS, 24 de julio de 2008, http://www.uscis.gov), se agregaron las siguientes 5 vacunas: Rotavirus, hepatitis A,   Bacilo de la meningitis,  virus de papiloma humano (VPH) y el Herpes Zoster.  http://www.uscis.gov

Es la cuarta vacuna, la del virus de papiloma humano, Gardasil, que ha creado una gran controversia en la comunidad de inmigrantes.  Según el sitio web del CDC, Gardasil fue desarrollada para evitar el cáncer cervical, las lesiones genitales pre-cancerígenas y verrugas genitales debidas al  virus de papiloma humano o "VPH".  El VPH es una infección incurable y una de las enfermedades de transmisión sexual más comunes en los Estados U“ido”.  La vacuna para el VPH se suministra en una serie de tres inyecciones durante un período de seis meses.  Se recomienda para las mujeres de entre 9 y 26 años de edad.

Como sucede con otras vacunas en la lista, la USCIS incluyó la Gardasil como una vacuna requerida para evitar y controlar una enfermedad seria e incurable.  Sin embargo, el requerimiento también plantea dos problemas importantes: 1) implicaciones de largo plazo para la salud del nuevo medicamento, y 2) negarle a los padres de familia su propia decisión personal respecto a cómo prevenir las enfermedades de transmisión sexual (STD por sus siglas en inglés) y educar a sus hijos respecto a este asunto.  Por lo tanto, a partir del 1 de julio de 208, las niñas de 11 años de edad, que podrían o no estar sexualmente activas, no podrán convertirse en Residentes Permanentes Legales sin primero someterse a la administración de una vacuna que no ha sido extensamente probada.

Sin duda el primer problema --las implicaciones de largo plazo para la salud de una vacuna relativamente reciente y sometida a pocas pruebas, es muy importante, especialmente dado el debate más reciente sobre si las vacunaciones regulares contribuyen a o causan autismo.  Sin embargo, la necesidad de que todos los miembros de la comunidad reciban vacunas que son absolutamente esenciales para evitar el contagio de enfermedades es muy diferente a obligar a un padre de familia de un niña inocente de 11 años de edad a recibir una vacuna diseñada para proteger contra las enfermedades de transmisión sexual,  cuyos efectos aún son muy poco conocidos.

En su página web (www.gardasil.com) Gardasil  ofrece una sección especial para ayudar a los padres de familia a tomar decisiones informadas antes de elegir que la vacuna le sea suministrada a su hija.  Sin embargo, lo que no aparece en los sitios web de la compañía farmacéutica, de la USCIS y el CDC, es la mención de que no se han hecho estudios médicos de largo plazo sobre la vacuna, a diferencia de todas las demás vacunas requeridas por la USCIS.  De hecho Gardasil no se introdujo hasta el 2006.  Por lo tanto, mientras que las pruebas recientes no han mostrado efectos secundarios serios, se deben realizar más pruebas de largo plazo para asegurar la seguridad y efectividad de la vacuna antes de que la misma sea obligatoria bajo las leyes de inmigración de los EE.UU.  Sin duda, si se hubieran hecho pruebas adecuadas de la talidomida ee los años cincuenta y sesenta, antes de permitir que le fuera suministrada a las mujeres embarazadas, muchos defectos congénitos no anticipados se pudieron haber evitado.

El Segundo problema presentado por esta vacuna obligatoria es igualmente serio:  ¿No deberían todos, tanto estadounidenses como no estadounidenses, tener la opción de cómo proteger a sus mejores contra la enfermedades de transmisión sexual?  Aunque muchos padres eligen el camino de la prevención, otros son más conservadores y prefieren enseñarles a sus hijos sobre la abstinencia para evitar las enfermedades de transmisión sexual.  ¿Decidir cómo tratar la educación y actividad sexual en la privacidad de la casa no es acaso un derecho de los padres de familia?

La sociedad siempre le ha pedido a las personas individuales que renuncien a sus libertades por el beneficio mayor de todos los demás en esa sociedad.  Sin embargo, esta vez la norma de la USAS va demasiado lejos: los dilemas médicos y morales como el de elegir si suministrar una vacuna apenas puesta a prueba son parte del reino del control de los padres de familia y no del de la USCIS.

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