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El "virus migratorio"

A propósito del "virus migratorio" bautizado como AH1N1- por la comunidad científica o como el virus de la gripa porcina para el resto de la población,  es el…

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A propósito del "virus migratorio" bautizado como AH1N1- por la comunidad científica o como el virus de la gripa porcina para el resto de la población,  es el del turno en el banquillo de los acusados. En su desbandada carrera, ha infectado a 1.490 personas según la Organización Mundial de la Salud- OMS-, en los cinco continentes y ha dejado 25 víctimas fatales, dos de ellas en U.S.A. al 05 de Mayo de 2.009.

Los virus son microorganismos muy primarios de gran capacidad de mutación y con gran potencial para afectar severamente la vida humana por su reciente aparición. Los científicos concentran sus esfuerzos en investigarlos para desarrollar una medicina eficaz que logre controlarlos o destruirlos. Tales son los casos del virus H5N1- gripa Aviar y el del SIDA, que aún se investigan las medicinas eficaces para su neutralización.

El "virus de la gripa porcina" o AH1N1 no ha respetado fronteras. U.S.A, Canadá, España, Corea del Sur, Hong Kong, Japón entre otros han percibido su presencia con la afectación de algunas personas nativas. Aún no podemos cuantificar la magnitud del efecto final de este "bicho" andariego, hasta cuando sea totalmente controlado.

Es interesante observar la cooperación y solidaridad internacional que despierta estas migraciones virales y los esfuerzos que se encadenan liderados por gobiernos y científicos para su control y destrucción, sin distingos de razas, credos o regímenes políticos.

Las medios de comunicación, los mercados bursátiles y de materias primas así como otras actividades humanas  se resienten por los impactos económicos que puedan generar estas pandemias.

También afloran algunas manifestaciones xenofóbicas, al pretender explicar en forma simplista, la propagación de la enfermedad por la migración humana.

Es aquí donde pretendo hacer el enroque de dos temas: el fenómeno de la migración viral con el fenómeno de la migración humana. 

La migración es una característica de los seres vivos en el proceso vital de su supervivencia; migran los virus, migran las bacterias, migran las aves, migran los peces, migran los mamíferos y también migran los seres humanos.

Las primitivas comunidades humanas fueron migrantes en la búsqueda de su supervivencia, alimentaria y ambiental. Los grandes civilizaciones: egipcia, fenicia,  greco-romana, árabe nutrían su desarrollo del "virus migratorio" en la búsqueda de nuevas fuentes alimentarias o espacios vitales.

Hace mil quinientos años en América no vivían sino nativos indígenas: Pieles Rojas, Cherokes, Aztecas, Chibchas, Incas entre otros; en Turquía no existían los turcos; en Australia solo habitaban polinesios; en la región de Moscú no vivía un solo ruso; España era visigoda. En fin, el asentamiento humano que hoy tenemos, es producto nada más y nada menos que del "virus migratorio" inoculado en la esencia misma de la raza humana.   

El fenómeno migratorio ha tenido sus perfiles de espontaneidad y de violencia; a Norteamérica migraron los europeos: ingleses, franceses, portugueses, holandeses entre otros, forzando a las etnias nativas al desplazamiento, al exterminio o al mestizaje. Estos mismos migrantes forzaron a los africanos a servir de mano de obra para sus plantaciones e incipientes industrias. Hoy los Estados Unidos de América son una nación acrisolada en las fuerzas de la migración humana; por ello todos sus gobernantes han tenido raíces inmigrantes, incluyendo a Barak Hussein Obama, con ancestro africano.

La inmigración es un tema de controversia en muchas naciones del planeta, especialmente en los Estados Unidos de América, nación por excelencia surgida de la inmigración desde todos los rincones del orbe: anglosajones, asiáticos, latinos, africanos, europeos, judíos, árabes, entre otros, componen el espectro étnico de esta nación. Esta riqueza racial ha sido sin duda una fuente valiosa para su desarrollo como país.

El avance filosófico y cultural de las sociedades del siglo 21, enmarcados en la validación de los derechos humanos y de la democracia como fundamentos esenciales de la convivencia humana, le dan un soporte estructural a la solución política del fenómeno migratorio humano.

No es concebible una dicotomía en la globalización, cuando abrimos fronteras a los capitales, a las mercancías, a la venta de servicios y de tecnología, a las comunicaciones y simultáneamente se las cerramos a la movilidad de los seres humanos. Más aberrante aún, cuando privilegiamos el derecho a la movilidad, a ciertas élites o etnias privilegiadas e intentamos penalizar el derecho a la libertad de movimiento de algunos grupos humanos o levantamos barreras físicas de segregación.

A la humanidad le costó un inmenso sacrificio en el siglo pasado sepultar el nazismo, como expresión de la segregación racial.  

Los Estados "Occidentales", paladines de la defensa de los derechos humanos y de la democracia, están llamados a resolver políticamente esta realidad de la interacción humana y generar los pactos o mecanismos que organicen la inmigración o la emigración.

Los Estados Unidos de América, próximamente debatirá la promesa presidencial de resolver políticamente la crisis migratoria, especialmente para los doce millones de latinoamericanos que la legislación actual los considera "ilegales".

En la reciente cumbre de las Américas, el presidente Obama trazó una nueva política para Latinoamérica, basada en el diálogo entre iguales. Sería el gran salto esperado por los latinoamericanos que el presidente norteamericano a través del congreso de mayoría demócrata, legislara para que los americanos del Norte, del Centro o del Sur, del gran continente americano, seamos considerados iguales ante la ley, ante las oportunidades económicas y ante el mundo.        

El "virus migratorio" requiere soluciones imaginativas, cargadas de genuina voluntad política  bajo la óptica de la igualdad de todos los seres humanos.

Es imperativo el despliegue de la cooperación y la solidaridad internacional así como la búsqueda de soluciones "atrevidas" de gobernantes y gobernados en la búsqueda de la solución del fenómeno migratorio humano, tal como lo hacemos con los virus migratorios contagiosos.    

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