¿Es más sano comer sin gluten?
Cada vez más gente se suma a la dieta gluten-free. Algunos lo hacen por necesidad, ya que han sido diagnosticados de celiaquía y por tanto deben abstenerse de ingerir esta sustancia. Pero, muchos otros inician esta dieta por seguir la moda, por creer que es más sana y natural e incluso buscando adelgazar. ¿Qué esconde el gluten? ¿Deberíamos retirarlo de nuestra dieta aunque no seamos celíacos?
Qué es el gluten
El famoso gluten es una sustancia formada por proteínas que se encuentra en las semillas del trigo y otros cereales de secano como el centeno, la avena y la cebada. Actúa como elemento estructurador de las masas de harina, siendo el responsable de la elasticidad de estas. Las personas que tienen una intolerancia al gluten sufren una inflamación en el intestino cuando ingieren esta sustancia, generando además dolores en el abdomen, hinchazón o pérdida de apetito.
Dieta sin gluten
Si pensamos en los productos que consumimos habitualmente, pan, tortitas, galletas, cereales, etc, nos daremos cuenta de que la mayoría de ellos contienen gluten. En los últimos años se ha incrementado el desarrollo de productos industriales gluten-free que sustituyen esta sustancia por otras cuyo consumo no resulta peligroso para el celiaco.
Así, podemos encontrar multitud de alimentos procesados gluten-free en el supermercado.
¿Son los alimentos gluten-free más saludables?
No. Un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Hertfordshire quiso salir de dudas y comparó más de 17000 productos. Los resultados del análisis fueron publicados en febrero de 2018 en el Journal of Human Nutrition and Dietetics. La conclusión a la que llegaron los investigadores fue que, a excepción de las galletas, los alimentos sin gluten contenían más grasa, sal y azúcar que los mismos productos en su versión con gluten. Además también contenían menos fibra y proteínas.
Más caros y no más sanos
El estudio recoge que los consumidores cada vez compran más estos productos con el fin de “llevar una vida más saludable”. Sin embargo, los expertos recuerdan que estos productos son una alternativa para aquellas personas que tienen intolerancia al gluten y deben ser consumidos con moderación. En el caso de las personas no intolerantes, no se recomienda su consumo y menos si la intención es llevar una vida más sana o adelgazar. La investigación también demostró que estos productos puede ser hasta un 159% más caros que sus versiones con gluten.
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