¿Pierden los latinos tras el abandono de Comcast por comprar Time Warner?
Comcast, la mayor compañía de televisión por cable del país, confirmó este viernes que descartaba la compra de Time Warner Cable, su mayor competencia. Así lo aseguró Brian L. Roberts, consejero delegado y presidente de la empresa, en un comunicado. Según el New York Times y el Wall Street Journal, que adelantaron el fracaso de la operación, tanto el departamento de Justicia como la Comisión Federal de Comunicaciones tenían dudas sobre su impacto en la libre competencia del mercado y en el interés general.
De haberse cerrado la compra, Comcast se habría convertido en el dueño del 30 por ciento del mercado de televisión de pago de Estados Unidos así como entre el 35 y el 50 por ciento de todos los usuarios de internet de banda ancha, muchos de ellos de origen latino.
La apuesta de Comcast por el mercado latino
"Pocas minorías han recibido tanta atención de uno y otro lado en la historia reciente", aseguró esta semana un artículo del Washington Post en referencia a los latinos. La cantidad de potenciales suscriptores hispanos a los que Comcast podría haber tenido acceso en estados como California o Texas tras la fusión no había desapercibido para el gigante de las telecomunicaciones. Sin ir más lejos, en la actualidad más de la mitad de clientes del programa de acceso a internet a bajo precio Internet Essential son hispanos.
El Post explicó los esfuerzos de Comcast para construir relaciones fuertes con la comunidades latinas del país a través de sus programas sociales a la vez que contratan y promocionan trabajadores con herencia hispana. Sin embargo, al otro lado han situado las plataformas en contra de la fusión como "Stop Mega Comcast coalition" que apuntan que los latinos podrían haber sido los peores perjudicados del nuevo Comcast-Time. "La población es particularmente vulnerable al dominio de Comcast en la programación hispana", aseguraron, puesto que esta ya posee a Telemundo, uno de los canales de televisión en español más importantes del país. Lo que para Comcast y para quienes apoyaron la fusión suponía ofrecer al ciudadano diferentes proveedores de contenido, para el resto siempre fue un intento de monopolizar el mercado que habría podido poner en riesgo al resto de compañías ante la falta de competencia.
"Si se aprueba la fusión la influencia de Comcast sobre los hispanos crecerá, para bien o para mal", concluía el Washington Post en su pieza del día 21 de abril. Ya nunca sabremos qué podría haber pasado.
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