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Lucha de gigantes: A la expectativa de un segundo casino en Philly

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Mientras que el estado de Pensilvania se dispone a otorgar un licencia de operaciones para un segundo casino en Filadelfia, seis grupos que han presentado proyectos millonarios y que podrían cambiar el panorama urbano, están compitiendo por ser elegidos haciendo alarde del desarrollo económico que podrían inyectar a Filadelfia, así como de los ingresos en impuestos que podrían generar para el estado. Pero aparte de enfrentar la competencia entre ellos mismos, enfrentan el escrutinio de las comunidades en las que esperan abrir sus puertas.  

Por un lado, tres de los proyectos esperan abrir sus puertas cerca del complejo deportivo en el sur de Filadelfia. Se trata del hotel y casino Live!, proyecto de $425 millones propuesto por Greenwood Gaming & Entertainment Inc., compañía propietaria de Parx en Bensalem, y Cordish; Casino Revolution, proyecto de $428 millones, del llamado "rey del tomate", Joseph Procacci y su compañía PHL Local Gaming L.L.C.; así como Hollywood Casino Philadelphia, proyecto de $480 millones, de la compañía Penn National Gaming Inc. Cada uno de ellos similares a otros casinos en el estado.

Por otro lado, están tres proyectos aun más ambiciosos en distintas partes de la ciudad, que pretenden convertirse en destinos turísticos con espacios comerciales, restaurantes, spas y hoteles. Se trata de Market8, proyecto de $500 millones en las calles Market y 8, propuesto por la compañía Market East Associates L.P.; Provence, un proyecto del empresario local Bart Blatstein valuado en $700 millones en el 400 norte de la calle Broad, en el antiguo edificio del Inquirer; y por último, el más ambicioso de todos, un proyecto de $900 millones, del magnate de casinos de Las Vegas, Steve Wynn, en el área Fishtown. 

Tomando en cuenta que, de acuerdo a las leyes de Pensilvania, las ganancias provenientes de maquinas tragamonedas están sujetas a un impuesto del 55 por ciento, y los juegos de mesa a un 14 por ciento, la apertura de uno de estos casinos podría significar grandes ingresos para el estado.

Pero la Junta de Control de Apuestas no solo está analizando cuál de los proyectos contribuiría con más fondos a las arcas del fisco, lo que eventualmente podría ayudar a disminuir los impuestos a la propiedad y a los ingresos para la población general.

Por el contrario, los siete comisionados del Gaming Control Board evaluarán a su propio juicio una docena de criterios —desarrollo económico, creación de empleos, promoción del turismo— para determinar cuál de los proyectos recibe luz verde. 

Por su parte, el gobierno local ha contratado a una firma de consultoría para determinar el potencial impacto de cada una de las propuestas, y expedir así su recomendación a la Junta de Control de Apuestas. Esto tomando en cuenta no solo el impacto económico, sino también los problemas de congestión y tráfico que podrían causar. También el daño que la apertura de cualquiera de estos casinos podría causar a SugarHouse Casino, el primero en operar en Filadelfia, desde el 2010, y el cual contribuye a las escuelas de la ciudad y a mantener el nivel de los impuestos a la propiedad.

Como parte del proceso de revisión, el Gaming Control Board invitó al público general a compartir su opinión respecto a cada una de las seis propuestas. En total, más de 150 personas testificaron en las audiencias que se llevaron a cabo en abril en el Centro de Convenciones y este mes en el Lincoln Financial Field.

Entre los que apoyan la expansión de casinos en Filadelfia, se menciona el desarrollo económico, la creación de empleos, y la promoción de la ciudad del amor fraternal como un destino turístico para las apuestas y juegos de azar.

Por otra parte, los opositores se enfocan en una serie de problemas sociales asociados con el abuso de los juegos de azar, desde la negligencia en el hogar y la pobreza, hasta la bancarrota y el suicidio.

En el sur de Filadelfia, en donde se enfocan tres de las propuestas, la congestión del tráfico es una de las principales preocupaciones entre los habitantes del área. El complejo deportivo, en donde se encuentra Lincoln Financial Field, Wells Fargo Center, Citizens Bank Park y Xfinity Live, atrae a unos 5,5 millones de vehículos al año, y hay quienes consideran que la apertura de un casino en el área podría empeorar la situación. 

En el centro de la ciudad, el tráfico, así como la falta de estacionamiento, y la forma en que un casino se acoplaría a la de por sí ajetreada dinámica de 'Center City', son las principales preocupaciones. En esta zona, una docena de asociaciones comunitarias se han organizado y formado la North Broad Community Coalition para expresar sus preocupaciones. 

En el área de Fishtown, el ambicioso proyecto de Wynn podría cambiar por completo el panorama de este área, y aunque la propuesta ha sido recibida con cierto entusiasmo por Central Delaware Advocacy Group —una coalición de una veintena de organizaciones— por otro lado ha expresado su preocupación por la construcción de un estacionamiento de 20 acres, así como por la forma en que el casino podría confligir con el plan maestro que se cocina para este área desde hace cinco años.

Ciertamente el panorama ha cambiado desde que en el 2004 fueron legalizadas las apuestas en Pensilvania y en el 2006 se otorgaron dos licencias, una de las cuales se materializó con la apertura de SugarHouse Casino en el 2010, mientras que Foxwoods casinos eventualmente perdió su licencia.

Ahora SugarHouse Casino busca la aprobación de la Junta de Control de Apuestas para llevar acabo un plan de expansión de $155 millones.

Esto es solo un reflejo del crecimiento de la industria de apuestas en Pensilvania, que —según American Gaming Association— en el 2012 superó con ganancias totales de $3,16 mil millones al estado de Nueva Jersey, con $3,05 mil millones, y se encuentran en segundo lugar luego de Nevada, con $10,86 mil millones.

Por otra parte, Maryland ha agregado mesas de juego a sus casinos, Nueva York podría ver una expansión, y Nueva Jersey y Delaware han legalizado las apuestas por internet.

Mientras tanto, de regreso en Pensilvania, aun está por verse cuál de las seis propuestas resultará elegida, y qué pesará más, si la habilidad de generar tantos ingresos en impuestos para el estado como sea posible, o la promesa de generar mayor desarrollo económico para Filadelfia.

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