El personal de salud, como médicos y enfermeras, está expuesto a diversas enfermedades debido a su contacto directo con pacientes, largas jornadas laborales y altos niveles de estrés. Algunas de las condiciones más comunes incluyen:

Síndrome de burnout (agotamiento profesional): El estrés crónico y la carga emocional generan agotamiento físico y mental.

Enfermedades infecciosas: La exposición a patógenos, como la gripe, hepatitis y tuberculosis, es alta, especialmente en entornos hospitalarios.

Problemas musculoesqueléticos: Movimientos repetitivos, largas horas de pie y levantar pacientes pueden provocar dolor de espalda, cuello y articulaciones.

Trastornos del sueño: Turnos nocturnos y cambios en los horarios laborales alteran el ciclo de sueño, lo que aumenta el riesgo de insomnio.

Problemas de salud mental: La exposición constante a situaciones traumáticas puede desencadenar ansiedad, depresión o trastornos postraumáticos.

Dermatitis de contacto: El uso frecuente de guantes y desinfectantes puede generar irritaciones en la piel o reacciones alérgicas.

Problemas Circulatorios: Por pasar largas jornadas de pie, hace que el sistema vascular comience a fallar y ocasione inconvenientes circulatorios.

Problemas Gàstricos: por extensas jornadas sin comer o comer a deshoras hace que los problemas gástricos se evidencien y jueguen en contra.

Problemas Neuronales: Por estar en contacto con varias personas enfermas, jornadas extensas, y stress laboral hacen que se genere dolores de cabeza muchas veces intensos.

En resumen, el entorno de trabajo hospitalario aumenta los riesgos de enfermedades físicas y mentales en médicos y enfermeras, haciendo cruciales las medidas preventivas y el cuidado personal.