El denominado "Tequila Party" se presentó como un nuevo movimiento
político en EE.UU. con la pretensión de impulsar una plataforma de
iniciativas que beneficien a la comunidad hispana, según uno de sus
principales impulsores.

Fernando Romero, activista y
presidente de la organización independiente Hispanos en la Política con
sede en el estado de Nevada, aseguró vía telefónica que el
"Tequila Party" no será un partido político.

Funcionará más
bien como un movimiento bipartidista que promueva la agenda hispana, con
lo que iría más allá de los conservadores republicanos del "Tea Party"
que se han convertido en una influyente fuerza electoral.

Aunque en algunos lugares se ha presentado el "Tequila Party" como el
"Tea Party" de los hispanos, Romero insistió que se trata de impulsar
las principales reivindicaciones de la comunidad latina de una manera
bipartidista, sin inclinarse a los republicanos o los demócratas.

Romero, uno de los principales impulsores de la idea, expresó su
enfado porque tras anunciar su idea semanas atrás, George Harris e Irma
Aguirre ambos miembros del Partido Republicano, presentaron documentos
para formar el "Tequila Party" de Nevada.

"Me robaron mi
idea", aseguró el activista, al tiempo que explicó que el "Tequila
Party" será en principio un movimiento dentro de los partidos
Republicano y Demócrata. Posteriormente, se establecerán diferentes
capítulos a través de todo Estados Unidos.

"Esto obviamente va
a tomar más tiempo que si hubiéramos decidido lanzarlo como un nuevo
partido político a nivel nacional", aseveró Romero, quien desde hace
once años analiza la posibilidad de crear un partido político.

A su juicio lo importante es que la iniciativa continué y crezca,
aunque no pierde las esperanzas de que en el futuro pueda convertirse en
una "tercera opción" electoral para los hispanos.

Respecto a
la pareja que registró el nombre de "Tequila Party de Nevada", Romero
comentó que en las próximas semanas analizará las posibilidades legales
que tiene para interponer una demanda.

El activista aseguró
que la idea surgió de la frustración y el sentimiento que existe entre
la comunidad hispana en Estados Unidos de que tanto el Partido Demócrata
como el Republicano se han olvidado de ellos.

"Vimos que al
término de las elecciones del pasado mes de noviembre, ambos partidos
nos dejaron a los latinos limpiando el confeti", enfatizó Romero, en
cuyo estado los votantes eligieron al primer gobernador hispano, el
republicano Brian Sandoval.

Agregó que hay mucha decepción
porque el presidente Barack Obama no ha cumplido con su promesa de
campaña de impulsar una reforma migratoria, una posibilidad que se aleja
todavía más ahora que los republicanos tomarán el control del Senado en
enero próximo.

"Creo que los hispanos debemos hacer algo para
enviar un fuerte mensaje y trabajar por el bien de nuestra comunidad a
través del país", dijo Romero.

Explicó que el movimiento
funcionaría de forma similar al "Tea Party" dentro del Partido
Republicano, que basó su ascenso en la insatisfacción de los
estadounidenses más conservadores con la economía y el incremento del
gasto público.

Su apoyo fue vital en algunas de las contiendas
para recuperar el Senado e incluso en algunas gobernacines como fue el
caso de Susana Martínez, la primera hispana gobernadora de Nuevo México y
el país.

"Sabemos que en la historia nuestra ya había
existido un tercer partido, me refiero a la 'Raza Unida Party' a finales
de los 60 y principios de los 70, pero desafortunadamente no llegó a
nada", recordó Romero.

El presidente de Hispanos en la
Política, la organización latina más antigua de Nevada, dijo que no
busca que los hispanos dejen los partidos políticos a los que
pertenecen, sino por el contrario, que dentro de los mismos puedan
unirse para trabajar en pro de temas de interés para los hispanos como
el Dream Act y la reforma migratoria.

En su opinión se
avecinan tiempos difíciles para la comunidad hispana, sobre todo ante la
posibilidad de que nuevamente se trate de reformar la Enmienda 14 de la
Constitución de Estados Unidos, la cual otorga la ciudadanía automática
a quienes nacen dentro de su territorio sin importar el estatus de sus
padres.