El representante republicano Connie Mack, muy
crítico con el presidente venezolano, Hugo Chávez, pidió este fin de semana de nuevo
que EE.UU. incluya a Caracas en la lista de patrocinadores del
terrorismo y propuso un embargo pleno a ese país.

Ante la
Conferencia Conservadora de Acción Política (CPAC), una reunión que
sirve a los potenciales aspirantes a las candidatura republicana para
medir sus apoyos, Mack dedicó prácticamente todo su discurso a Chávez,
al que calificó de "matóncrata" (sic) al recurrir a "armas" como "la
opresión, agresión, el terrorismo y las drogas" para "destruir la
libertad y la democracia en Latinoamérica".

En sus
declaraciones difundidas por su oficina, Mack afirmó que, con estos
instrumentos, Chávez "se convierte en el Osama bin Laden, y en (el
presidente iraní, Mahmud) Ahmadineyad del continente americano".

"Como Bin Laden, por razones que solamente conoce él, (Chávez) ha
declarado a EE.UU. su enemigo mortal. Como Ahmadineyad, tiene a su
disposición derechos, privilegios y recursos de un Estado, un estado
muy, muy próspero", afirmó.

Mack, que es el presidente del
Subcomité para el Hemisferio Occidental de la Cámara de Representantes,
aseguró que su tarea en una Cámara baja dominada ahora por los
republicanos es centrarse "en un peligro claro y presente que está
surgiendo en nuestro propio continente", un peligro, dijo, al que la
actual administración, al igual que la anterior no ha entendido
plenamente.

"Estoy hablando de Hugo Chávez y de su campaña
para destruir la libertad y la democracia en Latinoamérica", explicó el
legislador, quien aseguró que el mandatario venezolano se ha inventado
un "sistema de cuatro pasos" para obtener poderes ilimitados.

"Paso uno: gana unas elecciones presidenciales, o si no puedes, como no
podía, intenta un golpe, vete a prisión y cuando salgas roba unas
elecciones; paso dos: cambia la Constitución y date amplios poderes;
paso tres: crea una crisis para que puedas exigir incluso más poderes; y
paso cuatro: declárate presidente vitalicio", indicó.

Tras
profundizar con ejemplos concretos los cuatro pasos y cuestionar con el
mismo detallismo la política de EE.UU. hacia Venezuela, Mack planteó al
Gobierno de Barack Obama una lista parcial de medidas para responder a
las políticas de Chávez.

El legislador republicano recordó que
el año pasado pidió a la secretaria de Estado, Hillary Clinton, que
incluya a Venezuela en la lista de países patrocinadores del terrorismo.

"Eso debe ocurrir ahora", señaló.

Por otra parte, propuso que EE.UU. aumente el suministro de petróleo
procedente de Canadá, uno de los principales proveedores junto a Arabia
Saudí y Venezuela para depender menos de las exportaciones de Caracas, y
aproveche más las perforaciones petrolíferas en el propio país y en
alta mar.

Mack destacó que el crudo venezolano, "por su alto
grado de azufre, no tiene una gran demanda en el mercado global, de
manera que, si nosotros no se lo compramos, Chávez no puede venderlo;
¡pues no lo compramos!", enfatizó.

Otras iniciativas deben
incluir, en su opinión, "un embargo pleno al país", y lanzar una campaña
agresiva para comunicar a los ciudadanos latinoamericanos que cuentan
con el apoyo de EE.UU. a sus democracias, su lucha por mejorar su
bienestar y la libertad, dijo.