Cerca de 2.500 personas asistieron este miércoles a una
misa seguida de un acto ecuménico en homenaje a los 12 niños que fueron
asesinados la semana pasada en una escuela pública de Río de Janeiro por
un exalumno del mismo centro educativo que luego se suicidó.

La multitud, entre la que estaban autoridades, sobrevivientes de la
matanza y alumnos y profesores de la institución, llenó varias calles
aledañas a la escuela municipal Tasso da Silveira, en donde el pasado
jueves ocurrió el múltiple crimen, sin antecedentes en Brasil y que
conmocionó a todo el país.

El múltiple asesinato fue
perpetrado por Wellington Menezes de Oliveira, un exalumno de 23 años
que, aparentemente desequilibrado, ingresó en la escuela con dos
revólveres y asesinó a balazos a 12 escolares y dejó heridos a otros 12,
para luego suicidarse ante la llegada de la Policía.

El autor
del crimen, según vídeos y cartas que dejó en su residencia y
divulgadas en los últimos días por la prensa, dijo haber actuado en
represalia al acoso escolar, del que fue víctima.

"La lucha
por la que muchos hermanos en el pasado murieron y yo moriré no es
exclusivamente por el conocido 'bullying' (maltrato escolar). Nuestra
lucha es contra personas crueles, cobardes, que se aprovechan de la
bondad, de la inocencia, de la flaqueza de personas incapaces de
defenderse", dijo Oliveira en un vídeo que dejó grabado.

Diversos especialistas coinciden en que el agresor sufría algún problema
psicológico pues sus mensajes son confusos y hacen referencia a
supuestas organizaciones que al parecer son producto de sus disturbios
mentales y de una obsesión con ataques terroristas.

Tras una
misa celebrada por el arzobispo de Río de Janeiro, Orani Tempesta, el
homenaje fue seguido por un acto ecuménico en el que participaron
líderes de varias religiones, entre ellas el jeque Jihab Hassan Hammeh,
representante de los musulmanes y quien negó cualquier vínculo del
homicida con el islamismo.

"No miren la religión del criminal.
Miren su índole y su carácter. Eso es importante para que no se
comentan más atrocidades. Wellington no tenía ningún vínculo con la
religión musulmana. Cualquier persona puede estudiar hoy cualquier
religión en internet", dijo Hammeh al comentar algunas referencias a esa
religión hechas por el asesino en sus mensajes.

Otro de los
asistentes al homenaje a las víctimas de la matanza en Realengo, un
humilde barrio del extrarradio de Río de Janeiro, fue el sargento de la
Policía Militarizada Marcio Alves, que fue quien tiroteó al asesino en
las piernas y le impidió proseguir la matanza.

Alves,
considerado un héroe por las autoridades de Río de Janeiro, fue muy
aplaudido en el homenaje, en el que le pidió a la comunidad que no
abandone el centro educativo.

"A los padres y a los alumnos
les pido que no abandonen esta escuela", pidió el sargento luego de que
varios padres de alumnos de la escuela anunciaran su intención de
trasladar a sus hijos a otros centros educativos y que muchos menores
manifestaran que no desean regresar al plantel.

Durante el
homenaje, al que también acudieron la secretaria de Educación de Río de
Janeiro, Claudia Costin, y la jefe de la Policía Civil, comisaria Martha
Rocha, un helicóptero de la Policía arrojó pétalos de rosas sobre la
multitud.