La organización Casa Pueblo pidió a los
puertorriqueños que exijan al Cuerpo de Ingenieros del Ejército de los
Estados Unidos (USACE) el informe en español
de evaluación ambiental del gasoducto que se prevé construir en el norte
de Puerto Rico.

"Más del 80 por ciento de la población de
Puerto Rico es incapaz de entender el documento o comentarlo en inglés.
El no traducir el documento constituye un acto de discriminación,
injusticia ambiental y una violación a los derechos constitucionales de
Puerto Rico", señala la organización en un comunicado.

La nota
apunta que en un asunto en el que muchos ciudadanos se quieren
pronunciar y que afecta a la salud, seguridad y economía de la isla
caribeña es importante que el Cuerpo de Ingenieros traduzca el
documento, el SAJ-2010-02881.

Casa Pueblo recuerda que la
población tiene 30 días para pronunciarse sobre el documento, que da
beneplácito a la construcción del gasoducto, tras aclarar que los
tecnicismos en inglés no necesariamente son comprensibles para el
público general.

El USACE divulgó el pasado miércoles un
informe que permite llevar adelante el principal proyecto energético del
Gobierno de Luis Fortuño, un gasoducto de 150 kilómetros en el norte de
Puerto Rico con el que se pretende reducir la dependencia del petróleo.

La evaluación del USACE sentencia que el gasoducto previsto no
impactará al medioambiente y es la mejor alternativa para llevar gas
natural a las centrales termoeléctricas del norte de la isla caribeña.

Casa Pueblo, organización que aglutina a los grupos que rechazan el
proyecto, denunció que el informe de USACE, de 110 páginas,
prácticamente copia los argumentos presentados en la propuesta de
proyecto de la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE), la empresa estatal
que impulsa el gasoducto.

Los ambientalistas aseguran que la
decisión del USACE demuestra complicidad con el Gobierno de Fortuño,
además de asegurar que se trata de un proyecto que afectará directamente
a 200.000 puertorriqueños, el número de población que reside en la
cercanías de los 150 kilómetros por los que discurrirá la tubería de
gas.

El proyecto pretende modificar la actual dependencia del
petróleo en Puerto Rico para la generación de electricidad, que se sitúa
en el 68 por ciento, mientras que el resto proviene del gas natural (23
por ciento) y carbón (9 por ciento).