Las autoridades estadounidenses detuvieron esta semana en el área de Nueva York a 54 inmigrantes indocumentados que habían sido deportados con anterioridad, lo que constituye la mayor operación de este tipo realizada en el país, informó hoy la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE).

En este operativo, en el que participaron 150 agentes y duró cuatro días, se detuvieron a esas 54 personas, todas ellas con historial delictivo y que ya habían sido expulsadas de Estados Unidos anteriormente. Ahora serán procesadas en las cortes federales de los distritos Sur y Este de Nueva York.

Las detenciones se llevaron a cabo en varios barrios de Brooklyn, Queens, Manhattan y el Bronx, en Nueva York, así como en los condados de Suffolk y Nassau, en Long Island, y en los de Orange y Westchester, al norte de la ciudad.

Los detenidos provienen de Belice, Bahamas, Chile, Colombia, República Dominicana, El Salvador, Guatemala, Honduras, Jamaica, México, Panamá y San Cristóbal y Nieves.

Entre esas personas, según informó ICE en un comunicado, destaca un ciudadano dominicano de 44 años que había sido condenado en Estados Unidos por fraude y haber recibido propiedades robadas, y quien poseía dos armas de fuego en el momento de su detención.

El organismo también detalló la inclusión entre los detenidos de otro ciudadano dominicano de 39 años que había sido condenado por múltiples cargos de acoso y ataque sexual a menores, entre otros delitos.

"Esta acción subraya el compromiso de ICE con una aplicación sensata y estratégica de la ley de inmigración que promueva la seguridad ciudadana", explicó en el mismo comunicado el director de la agencia, John Morton, quien se comprometió a seguir expulsando del país a "quienes vengan para buscar una vida delictiva en vez del sueño americano".

La operación se llamó "RAPID", formada con siglas de las palabras en inglés que significan "volver a entrar, arrestar, procesar, encarcelar y deportar", y en ella también se detuvo a dos individuos que serán inmediatamente deportados debido "a la manera en que entraron en Estados Unidos y su historial delictivo", según detalló la ICE.

En el año fiscal 2010, que se cerró el 30 de septiembre, el Gobierno estadounidense deportó una cifra récord de más de 392.000 indocumentados, la mitad de ellos condenados por diversos delitos, como parte del combate a la inmigración ilegal en el país.

Esas cifras representan incrementos de más de 23.000 deportaciones en general, y 81.000 de personas con antecedentes criminales, en comparación con el año fiscal 2008.

Es decir, la Administración del presidente Barack Obama ha incrementado en más de un 70 por ciento la expulsión de extranjeros criminales respecto al Gobierno de George W. Bush, según explicaron en octubre las propias autoridades estadounidenses.

En los últimos meses, diversas asociaciones alrededor del país en favor de los derechos de los inmigrantes llevan a cabo una campaña para pedir al Gobierno de Obama que detenga las deportaciones.