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Luis Cañuelas (cen.) durante una manifestación de los Young Lords frente a Independence Hall en Filadelfia en 1971. Archivo particular.
 
Luis Cañuelas (cen.) durante una manifestación de los Young Lords frente a Independence Hall en Filadelfia en 1971. Archivo particular.
 

Young Lords: Power - Fuerza

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Con chaquetas militares y caras de niños, portando sus inconfundibles boinas con la mirada del más alto general, los Young Lords tomaron las calles de grandes ciudades de Estados Unidos, a finales de los sesenta e inicios de los setenta, para cambiar la dirección de los latinos en la 'tierra de las oportunidades'. 

Aunque su legado aun no ha sido integrado del todo a los movimientos sociales de la época, la ideología y acciones perpetradas por este grupo abrió el camino hacia el cambio de las futuras generaciones y por primera vez mostró a la comunidad latina como parte esencial de la sociedad estadounidense.  

"Para mí lo más increíble es que un grupo de jóvenes, jóvenes puertorriqueños, lograron la clase de impacto que afectaron los cambios que sucedieron en las ciudades", explica el periodista y autor Juan González, en el documental 'Pa'lante siempre pa'lante'.

González fue uno de los miembros fundadores de los Young Lords en Nueva York y sirvió como el primer ministro de educación para esa oficina.

"Creo que este movimiento demuestra el tremendo potencial que la gente joven tiene una vez que se decide a hacer algo", dijo el periodista.

PALANTE!

En agosto de 1970 el Philadelphia Inquirer anunció la llegada de los Young Lords a Filadelfia. "Young Lords han llegado a la ciudad. Piden comida, esquivan conflicto, drogas". El artículo describió la reacciones mixtas que recibió el mensaje socialista de estos jóvenes que se propusieron a promover la consciencia puertorriqueña, y de paso donar comida y ropa. 

"Cuando era niño observaba a los afroamericanos en South Philly  que eran afectados por la brutalidad policial. Me impactó mucho ver como eran castigados simplemente por ser afroamericanos. Noté que a nosotros nos trataban igual...la discriminación era igual", dijo en entrevista con AL DÍA Wilfredo Rojas, miembro fundador de los Young Lords en Filadelfia.

Esta segunda generación latina creció entre un nuevo sentido de identidad y de justicia que les permitió tomar acción para el cambio.


El exconcejal y diácono de la iglesia católica Juan Ramos lideró el movimiento de los Young Lords en Filadelfia y Puerto Rico. Archivo particular

"Yo me convertí en Young Lord a los 18 años cuando estaba en high school. Mis padres me habían enseñado a hablar español en la casa y me dieron una formación de identidad puertorriqueña. A través de eso me interesó mucho más la historia de Puerto Rico y los problemas sociales que estaban ocurriendo en Estados Unidos", dijo el exconcejal y diácono de la iglesia católica Juan Ramos en entrevista con AL DÍA.

Corría el año de 1969 y en poco tiempo Ramos se enteró de las actividades que el nuevo grupo de Young Lords de Nueva York habían realizado.

"Rojas, quien había sido mi compañero en la escuela, y yo visitamos a los miembros de Nueva York para afiliarnos y abrir nuestra propia oficina en Filadelfia", contó Ramos, quien todavía guarda su boina con gran orgullo.

Para el exconcejal, uno de los logros del movimiento fue la propagación del orgullo boricua y el reconocimiento de la comunidad puertorriqueña.

En aquel momento, abandonó la universidad para dedicarse de tiempo completo a su nueva misión. Colaboró de cerca con los miembros en el sur del Bronx y lideró el movimiento desde la isla. 

"Cuando estuve liderando en Puerto Rico unos policías incubiertos nos siguieron. Nos detuvieron y nos apuntaron con un arma de forma violenta. Mis padres sufrieron mucho más de lo que yo pensé por los peligros y las amenazas que se vivían", dijo Ramos.

A través de los años pensó que las preocupaciones que en su momento le causó a sus padres, podrían haber sido un gran error de su parte. Sin embargo, se dio cuenta que su involucramiento en este grupo latino tuvo un significado invaluable.

"Me di cuenta que mi participación en los Young Lords fue una universidad de otro tipo, el legado es duradero y se ha mantenido muy fuerte. Nos quitó el miedo y nos dio un empuje para poder defender los derechos de nuestra comunidad, la puertorriqueña en particular", dijo Ramos. 

"Los Young Lords serán siempre una fuente de inspiración. Hoy cuando tengo que dar una plática como líder, indudablemente me preguntan sobre mi acitivismo en el grupo" agregó el exconcejal.

Por su parte, Rojas contó que su educación católica fue lo que lo impulsó a denunciar la injusticia que vivía.

"Se nos enseñaba que la justicia era primordial, en aquel entoces los latinos la necesitaban mucho. En aquella época cuando una familia latina se mudaba a un barrio blanco, corría el peligro de que le quemaran la casa", dijo Rojas. 

Agregó que el cambio toma tiempo y distintas generaciones. "Buscábamos defender a nuestros padres que fueron las primeras víctimas de discriminación al llegar a este país. Queríamos avanzar nuestra generación para nosotros realizar el sueño americano". 

Más allá del orgullo boricua, los Young Lord apoyaban la justicia para todos los latinos. Rojas contó sobre la colaboración cercana de los jóvenes con el movimiento de César Chávez.

 "Estuvimos en Washington durante la manifestación de Chávez apoyando el boicot de las uvas. Los Young Lord no solamente eran puertorriqueños, la oficina en Filadelfia contaba con miembros cubanos, mexicanos, afroamericanos", dijo el boricua. "Llegamos a contar con unos 250 miembros".

Para Rojas, el problema es que hoy en día la comunidad no se está ajustando a los cambios de avance que se están dando.

"Podemos hablar mucho del historial de los Young Lords, pero... ¿qué estamos haciendo en la actualidad? Nosotros debemo estar inspirando a nuestra gente hoy", dijo  el puertorriqueño.

Los Young lords se unieron a las manifestaciones en Washington en apoyo al boicot de las uvas liderado por César Chávez. Archivo particular

Por su parte Ramos cree que los líderes actuales de la comunidad saben del legado  de los Young Lords pero "se están viviendo tiempos diferentes y hace falta la colaboración".

Agregó que las distintas organizaciones que se han formado en la ciudad en las últimas décadas son prueba de la organización actual en la comunidad.

Pero "hay que recordar que las cosas no cambian si no las cambias", concluyó Rojas.

Inspiración a través de generaciones

La primera vez que la profesora Johanna Fernandez escuchó sobre los Young Lords fue cuando cursaba sus estudios universitarios. No podía creer que había tomado tanto tiempo aprender sobre una organización que había movilizado a la comunidad muy cerca de su propio barrio.

"Crecí en el Bronx en la década de los ochenta durante la epidemia del crack. No muy lejos del hospital Lincoln, el mismo que los Young Lords tomaron en el verano del año 70", dijo la profesora de historia en la Universidad Baruch en Nueva York.

Uno de los aspectos que más la cautivó sobre el movimiento fue que el grupo supo artícular las aspiraciones más grandes que una segunda generación de hijos de inmigrantes pudiera tener. Según Fernandez, los Young Lords se convirtieron en mediadores entre la experiencia del viejo país y una nueva sociedad en Estados Unidos.

"Vi mi propia experiencia personal como hija de inmigrantes dominicanos. Sus padres fueron recién llegados que no hablaban inglés, y ellos se convirtieron en traductores en escuelas y hospitales. En el proceso adquirieron un gran entendimiento sobre los problemas de discriminación en EE.UU.", dijo Fernandez.

La investigadora describió el levantamiento de los Young Lords, que incluía una estructura militar, políticas radicales y servicio social, como algo increíble por haber sido tan efectivo en circunstancias muy difíciles. 

"Fueron los hijos de una ola masiva de boricuas que emigró hacia el territorio estadounidense, y las condiciones que enfrentaron durante su establecimiento en ciudades como Filadelfia, Nueva York y Chicago fueron terribles".

Fernandez explicó que las ciudades contaban con una gran cantidad de brutalidad policial y discriminación en escuelas y trabajos. Además de racismo, otro aspecto que tampoco ayudó fue que las mismas ciudades comenzaban a experimentar una crisis industrial en la que no estaban produciendo trabajos.

Actualmente la profesora de historia prepara la publicación de un libro que tentativamente se titulará "When the World Was Their Stage: A History of the Young Lords Party, 1968-1974'.

"En mi investigación me impresionó muchísimo su análisis sobre el capitalismo. Los Young Lords se consideraban socialistas, fundamentalmente retaron la noción de que la sociedad debe estar organizada según las necesidades humanas y no el ingreso", dijo Fernandez, algo que le pareció muy audaz de su parte.


La profesora Johanna Fernandez, de la Universidad de Baruch en Nueva York, prepara la publicación de un libro que tentativamente se titulará "When the World Was Their Stage: A History of the Young Lords Party, 1968-1974'. 

Pero la investigadora también aclaró que estas características no eran propias de los Young Lords. Ellos mismos fueron producto de otros movimientos sociales a finales de la década de los sesenta, en particular el del partido de los Black Panthers.

Los Young Lords comenzaron como una pandilla puertorriqueña en el barrio de Lincoln Park en Chicago, cuando la comunidad se dio cuenta que la renovación urbana fue desalojando a sus familias y también por los grandes abusos policiales.

Ese mismo sentido de desplazamiento fue lo que luego unió a los distintos grupos en Nueva York y Filadelfia, entre otras ciudades.

Esto chicos con chaquetas militares tomaron en sus manos la justicia social pero también de problemas ordinarios en el sistema de la ciudad.

 "En Nueva York, el más joven tenía 14 años y los más adultos probablemente 22 o 23 años. Resolvieron asuntos de sanidad, de colección de básura, y fueron campañas extremadamente exitosas", dijo Fernandez.

Pero con el lado social también se incluía el aspecto político de la ideología de los Young Lords. Cada compromiso político estaba conectado a la lucha por la independencia de Puerto Rico.

"Es interesante que ellos fueron los primeros activistas puertorriqueños nacidos en tierra estadounidense que tomaron la lucha en EE.UU. por la independencia de Puerto Rico", dijo Fernandez.

Este ha sido un conflicto que más de 40 años más tarde no ha sido solucionado y mantiene a la isla dividida.. 

Una encuesta del 2012 sobre el estatus reflejó que el 51 por ciento de los puertorriqueños favorecieron mantener el "estatus quo", frente a un 39 por ciento que voto por ponerle fin.

Otro resultado de esa misma encuesta demostró que el 44 por ciento de los puertorriqueños estaba a favor de la anexión, un 42 por ciento quiere el Estado Libre Asociado Soberano y un 4 por ciento la independencia.

El pasado 21 de febrero, el Partido Independentista Puertorriqueño (PIP) insistió en la necesidad de alcanzar un consenso para solucionar el estatus.

El secretario general del PIP, Juan Dalmau explicó que los representantes de las tres tendencias de estatus político del país caribeño -defensores del Estado Libre Asociado (ELA), independencia y anexión- coincidieron en que es incuestionable que el 54 por ciento de los electores puertorriqueños repudió el régimen colonial en el plebiscito que se realizó el 6 de noviembre de 2012.

Young Lords: Antes increíbles e increíbles ahora

"Las cosas las cambiamos. Hay más latinos en la universidad y tenemos más personas como la jueza Sonia Sotomayor. Hay más representación política, desarrollo económico y condición de vida", dijo Rojas quien después de años de presentar su servicio en la Oficina de Justicia Comunitaria de las prisiones de Filadelfia.

Por mucho tiempo trabajó en servicios legales y a pesar de iniciar la universidad tarde logró obtener una licenciatura en servicios humanos y es un consejero certificado por el estado de Pensilvania.

Ramos, además de su legado como activista, logró ocupar un sitio en el Concejo de Filadelfia.

"Hay que tener el valor y las ganas de decir las cosas como son. Eso todavía a mi edad de 62 años lo tengo todavía en mí", dijo Ramos.

Esta generación inició su lucha con un futuro mejor en la mira. Esperan que los cambios logrados propulsen a la generación actual a un futuro todavía mejor.

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