Las proyecciones demográficas no engañan: los Estados Unidos envejece. Y, aunque lo hace a menor ritmo que otros países englobados dentro de la categoría de ‘desarrollados’, su población mayor de 65 años continuará creciendo a lo largo de las próximas décadas, según demuestran varios estudios.

Una realidad que, laboralmente hablando, se traduce en un crecimiento de la demanda de personal sanitario cualificado.

“El 40 por ciento de todo el crecimiento laboral en los próximos 10 años será en el campo de la salud y un gran porcentaje de ese 40 por ciento en el sector de la enfermería. En el caso de las ‘registered nurses’, de un 16 por ciento. También habrá una gran demanda de enfermeras anestesistas en comparación con el resto de especialistas”. Así lo asegura Gloria Donnelly, decana del Colegio de Enfermería de Drexel University.

“[El reportaje que leí] no detalla especialidades, pero creo que mucho de esto está motivado por la demografía del país, que está directamente relacionada con el hecho de que el país está envejeciendo y enfermando crónicamente. Por ello habrá una gran demanda de enfermeros en los próximos 10 años”, sentenció Donnelly.

Gloria Donnelly.

Ella fue una de las integrantes de la Executive Round Table organizada por AL DÍA. y en la que también participaron Antonia Villarruel, decana del Colegio de Enfermería de la Universidad de Pensilvania; Joanne Robinson, decana del Colegio de Enfermería de Rutgers University-Camden; y Emily Hauenstein,  decana del Colegio de Enfermería de la Universidad de Delaware.

Todas ellas se sentaron en la mesa redonda para debatir la situación actual de un sector en continuo crecimiento y desarrollo en el que los latinos aún respresentan un pequeño porcentaje: solo un 4 por ciento de los cuatro millones de ‘registered nurses’ en los Estados Unidos son latinos. ¿Es el coste de la formación una de las razones que aleja a los latinos de la enfermería?

“No creo que sea el coste, creo que es la percepción de lo que el coste podría ser. Y creo que la agenda común para todos nosotros y todas nuestras comunidades es asegurarnos de que los niños latinos reciban la mejor educación en la comunidad en la que viven y eso significa que accedan a cursos de preparación universitaria”, asegura Villarruel.

“La idea de convertirse en enfermera es entender que la enfermería es una ciencia y es un arte y es una disciplina importante que requiere una fuerte base científica. Así que, al menos que las personas sean canalizadas hacia esas carreras a través de cursos de preparación inicialmente, lo que creo que es una de las raíces del problema, nunca entrarán en un programa de enfermería. Por ello, lo que siempre le digo a cualquier estudiante de cualquier nivel es que se preocupe de entrar en college y el dinero seguirá. Y todavía creo que eso es cierto”, dijo Villarruel.

Antonia Villarruel.

“Una de las cosas que me preocupan un montón es que (a no ser que la comunidad vea en acción a las enfermeras) existe una visión algo esterotipada del colectivo. Nos encontramos en muchos lugares y cuidamos de las personas en sus casas, en la comunidad... y por ello creo que va a ser crucial incrementar el número de enfermeras latinas”, señaló Hauenstein.

Conscientes de ello, sus instituciones hace años que centran sus esfuerzos en aumentar la diversidad de sus alumnos.

“En nuestra universidad hemos sido muy cuidadosos trabajando por ser más diversos. Ahora tenemos un 7,5 por ciento de latinos y sé que ese porcentaje ha crecido en los últimos cuatro años. También hemos sido especialmente existosos en el reclutamiento de estudiantes afroamericanos, que ahora representan un 17 por ciento”, explicó Donnelly.

Y la diversidad no solo debe reflejarse en el alumnado, sino que debe comenzar con el profesorado y la junta.

“Lo más importante que hacemos es tratar de reclutar profesorado diverso. Tenemos una junta diversa que centra sus esfuerzos cada año en cambiar nuestra concepción, porque a veces creemos que estamos haciendo las cosas bien pero generalmente no tenemos la perspectiva de diversidad estudiantil y del profesorado”, sentencia Donnelly.

Pero no solo existe una brecha racial, también un sesgo en cuanto al género, que las expertas achacan, de nuevo, a la concepción estereotipada de la profesión.

“Creo que parte de la razón por la que hay una diferencia de  género es porque normalmente  está caracterizada como una profesión dedicada al cuidado (de pacientes) más que como la disciplina científica que es. Y también como una profesión de mujeres”, sostiene Hauenstein.

Para Villarruel, la clave está “en educar a la población y a la comunidad en lo que implica ser una enfermera y la enfermería es una profesión”.

Del cuarto de un hospital a la junta directiva

Además de su base científica, otro de los grandes rasgos de la profesión destacados por las cuatro participantes en la mesa redonda es el gran número de opciones y oportunidades que abre  el campo de la enfermería.

“Lo que siempre les digo a los estudiantes es ‘espero que os guste aprender’, porque el aprendizaje es algo que nunca deja de suceder en enfermería. Y una de las cosas más bellas de esta profesión es que una vez que completas el ‘Baccalaureate degree’ puedes tomar muchas direcciones. Hay muchas especialidades y subespecialidades. Puedes desarrollar una carrera en ciencia, en educación... Y creo que eso es lo más atractivo de esta carrera, que abre los ojos a todo esto”, asegura Robinson.

Un punto de vista en el que también coincide Villarruel: “Eligiendo enfermería lo que realmente tienes es infinitas oportunidades [...] Esta es una profesión en la que puedes pasar de (trabajar en) la habitación de un hospital todo el camino hacia una junta directiva”.

La enfermería geriátrica, como especialidad

Con una población que tiende a envejecer y a padecer más enfermedades crónicas, ¿es la especialidad geriátrica una de las mejores opciones, o, como sucede en la medicina, también existe una carencia de enfermeros especializados?

Robinson, enfermera geriátrica, asegura: “Te diré que todavía es complicado ‘vender’ geriatría. Creo que esta especialidad ganó protagonismo en la década de los 90 y comienzos del 2000 [...] (En la actualidad) los estudiantes necesitan ser expuestos en el nivel ‘undergraduate’ a la complejidad de envecejer y del cuidado de adultos mayores. Y creo que es en este punto donde tenemos que poner más enfasis”.