El país suramericano enfrenta desde hace dos semanas la catástrofe forestal más grande de su historia, según los medios locales y regionales.

Según reportes de CNN en Español, el territorio afectado por las llamas ronda las 240.000 hectáreas, el equivalente a tres veces el tamaño de la ciudad de Nueva York, en las regiones chilenas del Maule, O’Higgins, Bío-Bío y la Araucanía.

La localidad de Santa Olga ha sido completamente arrasada por las llamas, llevándose la vida de 10 personas, incluyendo a un bombero que combatía en el cuerpo nacional. Alrededor de 10.000 personas se encuentran damnificadas, habiendo perdido todo gracias al fuego.

El día de hoy 94 incendios siguen activos tanto en la zona centro como en el sur del país. La causa del desastre se sospecha que pudo haber sido un agravio flagrante, pues el gobierno sospecha que los incendios fueron provocados intencionalmente, según reporta el diario ecuatoriano El Telégrafo.

“Más del 90% de los incendios en Chile son provocados por el hombre, pero en los actuales han incidido las altas temperaturas que en el Maule superaron los 40 grados”, declara la fuente ecuatoriana.

La comunidad internacional, por su parte, se ha manifestado en apoyo al pueblo chileno. Países como México, Perú y Argentina, han enviado brigadistas y ayuda humanitaria para sumarse a los equipos nacionales de rescate, según reporta el diario Argentino La Nación.

Pero contener el avance del fuego ha sido una misión casi imposible y actualmente nuevos focos se acercan al Gran Concepción, una de las zonas más pobladas del centro-sur de Chile, que cuenta con un millón de habitantes, según El Clarín.

Entre otros esfuerzos internacionales por ayudar al pueblo chileno, se encuentra el avión supertanque que ha enviado Rusia, el Illyushin II-76 que es capaz de transportar 42.000 litros de agua o retardantes de fuego y de aterrizar en terrenos no pavimentados, según reporta la BBC.

Actualmente se espera que el escenario político chileno permita la acción rápida para asistir la zona afectada, y la llegada de expertos, brigadistas y equipamiento desde Francia, México, Perú, Brasil, Colombia, Argentina y los Estados Unidos.