Ofreciendo una amplia selección de vinos y platillos mediterráneos, Tredici Enoteca recientemente abrió sus puertas brindando opciones pequeñas pero interesantes que invitan a la degustación.

A la cabeza de la cocina se encuentra Carlos Aparicio, chef ejecutivo y mente creativa detrás del menú del tercer restaurante que forma parte de Zavino Hospitality Group.

Fue en noviembre pasado cuando Tredici se unió a la gran variedad de restaurantes y bares que conforman el área de Midtown Village en Center City, localizado casi al frente del primer restaurante que la compañía abrió, “Zavino”, en la intersección de 13th Street y Samson.

A pesar de haber tenido sus puertas abiertas por tan solo un mes, esta vinoteca fue incluida en el listado de Thrillist en “Lo Mejor del 2015” como ‘mejor sitio para tomar una copa de vino’.

Aparicio se encargó de desarrollar el concepto del restaurante mediterráneo. Desde el comienzo ha desarrollado cada detalle operacional, desde el diseño de la cocina; la adqusición del equipo, hasta el control de calidad.

“Al principio teníamos la idea de crear un taco bar moderno, después nos fuimos por la idea de algo español como tapas con influencia mexicana. Llegamos a tener hasta 5 o 6 opciones de menús y ninguno funcionó”, dijo Aparicio. “Terminamos haciendo este menú mediterráneo con mucha influencia italiana enfocándonos en los elementos clásicos y simples”.

La mayor parte de las opciones en el menú son platos pequeños para compartir. Según Aparicio, uno de los más populares es el ‘Mediterranean Tasting Board’, un plato de degustación que incluye seis tipos de antipastos, hummus y pan toscano. También se ha visto favorito entre los clientes el ‘Mushroom Toast’, que incluye tres tipos de hongos y ‘creme fraiche’.

“Me gusta ofrecer opciones saludables, siempre trato de incluir verdura en mis menús, una selección que no sea complicada para la gente”, dijo Aparicio. “En Tredici tenemos un ambiente muy cosmopolita y moderno en el que la gente puede pasar un rato agradable, pero también es muy casual porque los precios son accesibles”.                   

Originario de San Mateo Ozolco, Aparicio se mudó a Estados Unidos a inicios de la década de los noventa. Aunque también vivió en Nueva York, en 1999 se decidió por Philly porque familia y amigos ya estaban aquí.

El chef forma parte de la gran oleada de residentes originarios de Puebla, que por casi dos décadas han inyectado de vitalidad con negocios pequeños, concentrados en el sur de Filadelfia, y que también han impulsado las cocinas de la ciudad. En los últimos años se ha reportado que al menos 12.000 poblanos originarios de San Mateo Ozolco —más de un tercio del total de la población de esa región— viven en Filadelfia.

"La gente latina es dinámica y luchadora, de una u otra manera resolvemos las cosas" Chef Carlos Aparicio

“Es la necesidad que nosotros tenemos de trabajar. Yo conozco a mucha gente que ha sobresalido en esta industria pero es difícil porque sacrificas mucho en tu vida personal”, dijo Aparicio. “El trabajo en restaurante no es fácil. Cuando me encargo de abrir un restaurante me la paso metido en él, desde que abre hasta que cierra, unas 15 horas todos los días”.

Aparicio trabajó para el restaurantero Stephen Starr por 16 años. En algún momento fue panadero del bistró tradicional “Parc”, oportunidad que dejó para buscar mejores alternativas en la industria.

“La calidad de vida era muy pesada, no tenía vida social. Comenzaba de 2:00 a.m. hasta las  5:00 o 6:00 de la tarde del día siguiente horneando pan para 2.000 personas 6 o 7 días a la semana”, dijo Aparicio. "Afortunadamente soy una persona bien positiva y siempre busco nuevos retos. La gente latina es dinámica y luchadora, de una u otra manera resolvemos las cosas".

Fue Nueva York la ciudad en la que originalmente aprendió el arte de la repostería y también en la Gran Manzana donde aprendió las bases de la cocina italiana.

“Siempre que la gente me pregunta cómo empecé a cocinar respondo que fue por accidente cuando un amigo me llevó con él a trabajar a Nueva York para abrir Serafina, un restaurante que también está aquí en Filadelfia”, agregó.

Luego de seis meses en Nueva York, le ofrecieron el puesto de chef ejecutivo con la apertura de Serafina en Filadelfia. Uno de los retos más grandes de su vida que tomó con los brazos abiertos.

"Ese fue el primer restaurante que abrí yo solo y fue todo un éxito. Hacíamos muy buena producción, llegué organicé y contraté a toda la gente... a los proveedores", dijo el chef. "Nunca me imagine abrir un restaurante de esa proporción".

Su transición a Zavino Hospitality Group fue un paso natural en su carrera. Además de chef ejecutivo con la compañía también se ha convertido en socio y colaborador.

“En los 17 años que llevo en la ciudad mucha gente mexicana ha llegado y ha conquistado buenos lugares, ha trabajado duro porque siempre le ponemos pasión a lo que hacemos y eso ha ayudado a que nosotros sobresalgamos. Es bonito que yo vea o que escuche que un latino o un mexicano esté teniendo tanto éxito en compañías como la de Jose Garces o Stephen Starr y que tengamos la diversidad de poder aportar a la ciudad algo único", concluyó.