Hace ya casi tres años que Eugenia Cruz, residente del norte de Philadelphia, vende sofrito todo el año y ‘water ice’ durante el verano para aportar dinero a la casa.

“Sí se saca dinero de esto”, dijo Cruz, quien se ha hecho de muchos clientes del vecindario.

Sofrito es  una especie de molido y es la base de muchos platillos puertorriqueños.

Cruz vende un frasco grande de sofrito a $10.

“Mi hija y yo siempre lo hacíamos para la casa y decidimos pues venderlo y empezar un negocio”, dijo Cruz, quien a sus 69 años asegura que a pesar de unas semanas son buenas y otras no tanto se puede sacar hasta $300 con este negocio.

“En el verano es cuando hago buen negocio con el ‘water ice’ porque los nenes no tienen clases”, dijo Cruz, quien en un día muy caluroso vende hasta 50 helados.

Normalmente el precio de un helado es de 50 centavos, “pero si me llega un nene con una peseta pues yo no se lo niego”, dijo Cruz. 

Otra persona que ha buscado la manera de tener una entrada extra de dinero es Xiana Pardo Mayor, estudiante de artes en el Community College.

Pardo Mayor es originaria del norte de España y decidió dar clases de español hace unos meses atrás.

“He tenido muy buena respuesta, por el momento tengo 11 alumnos y a ellos les gusta aprender conmigo porque soy nativa de España”, dijo Pardo Mayor.

A cada alumno lo ve aproximadamente tres veces a la semana, y cada hora de clase tiene un costo de entre $20 y $25.

“Dar clases me esta gustando bastante y me gustaría tener todavía más alumnos porque tengo tiempo que rellenar”, dijo la maestra de apenas 20 años.

En ambos casos el trabajo alternativo es su única fuente de dinero y con lo que sustentan sus gastos Cruz y Pardo.