Más de 200 estadounidenses han sido asesinados en México desde 2004, lo que constituye la cifra más alta de muertes violentas en cualquier país si se exceptúan las zonas de guerra, informó el diario The Houston Chronicle.

El diario de Texas hizo un análisis de los informes del Departamento de Estado acerca de las muertes de ciudadanos estadounidenses por causas no naturales.

El gobierno, que lleva un registro de los homicidios de estadounidenses en el exterior, no da muchos detalles acerca de cada caso.

El año pasado la violencia entre diferentes bandas de contrabandistas de drogas y los enfrentamientos de los criminales con las autoridades, han muerto unas 5.300 personas, lo que representan más bajas civiles que en la zona de guerra en Irak.

Las cifras recopiladas por The Chronicle indican que algunos estadounidenses muertos en el país vecino estaban involucrados en el crimen organizado, ya sea como traficantes de drogas, miembros de pandillas o usuarios de drogas.

En su mayoría las muertes violentas de estadounidenses han ocurrido en las ciudades y zonas fronterizas, desde Nuevo Laredo a Ciudad Juárez y Tijuana.

Entre los muertos se encuentra una enfermera de 65 años, domiciliada en Brownsville (Texas), y cuyo cuerpo se halló flotando en el Río Grande después de salir de un salón de belleza.

Aproximadamente 70 estadounidenses murieron violentamente aunque, al parecer, no tenían vinculación alguna con actividades criminales y se hallaban en México de vacaciones, visitaban a sus familiares o trabajaban allí.

El Departamento de Estado emitió durante el año pasado sus "alertas sobre viaje" en relación con varias localidades fronterizas y advirtió de que decenas de ciudadanos estadounidenses han sido secuestrados o asesinados en Tijuana.

La información del diario de Houston encontró que en al menos 40 casos, los cuerpos de los ciudadanos estadounidenses asesinatos habían sido arrojados en sitios públicos, un método que emplean las bandas de la droga.