El primer día de trabajo es una experiencia paradójica. Las personas están ilusionadas por haber sido elegidos en el proceso de selección, pero por otro lado, están algo nerviosos por descubrir lo desconocido.

Es un día en el que el nuevo trabajador tendrá que asimilar mucha información que le resultará muy importante para desarrollarse en su ámbito laboral.

Siga los siguientes consejos para lograr una primera buena impresión:

-Salude con entusiasmo.

-Cuando se incorpore a un nuevo puesto, procure hablar poco y escuchar mucho. En las primeras reuniones, no diga nada hasta que esté seguro de aportar algo interesante. Recuerde mantener el contacto visual con el interlocutor

-Tenga siempre a mano un bloc de notas y un bolígrafo.

-Escriba lo que crea que pueda olvidar, desde el horario de la cafetería hasta el código de seguridad de la puerta de acceso. Una vez escrito, no tendrá que preocuparse por recordarlo y podrá centrar su atención en otros asuntos.

-Trata de memorizar los nombres de sus compañeros más próximos. Si pronuncia en voz alta el nombre de alguien, le será más fácil recordarlo.

-Sonría a la gente cuando te presenten. Hable con seguridad. Muévase y hable a buen ritmo (pero sin exagerar).

-No tema hacer preguntas. Recuerde que cualquier duda expresada de una forma decente y amable será atendida sin disgusto.

-Al acabar el día haga un repaso de todo lo sucedido para comprobar que no ha dejado nada importante como horario de trabajo, tiempo y costumbres para las comidas, códigos de seguridad y llaves, claves informáticas de acceso y cuentas de e-mail y números de teléfono directo.