El 95 por ciento de las armas decomisadas en México provienen de Estados Unidos y son utilizadas por miembros del crimen organizado que paga a ciudadanos o residentes para que las adquieran legalmente, según autoridades federales.

El coordinador del Centro de Inteligencia en El Paso de la Oficina de Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego y Explosivos (ATF), Armando Salas, explicó que personas que adquieren armamento en establecimientos legales y ferias las venden luego a ciudadanos mexicanos y así ingresan al mercado negro del vecino país.

"Tenemos varias investigaciones que llevarán a cortes a personas que se han prestado para comprar legalmente las armas y revenderlas después, sin importarles para qué o contra quién serán utilizadas", sostuvo Salas.

El miércoles, el fiscal federal para el suroeste de Texas, Johnny Sutton informó que un Gran Jurado acusó de 35 cargos por tráfico de drogas y armas a Ramón Eduardo Gándara, un ciudadano estadounidense residente en Ciudad Juárez, México.

Sutton expuso que a Gándara, arrestado el 4 de noviembre inicialmente por posesión de cocaína y metanfetamina, le fueron levantados cargos adicionales por su presunta participación en la compra y venta de armas de fuego, de las cuales un rifle semiautomático FN 5.7 fue recuperado en México en agosto pasado, después de un crimen.

Según el fiscal, el acusado realizó estas transacciones en numerosas ocasiones entre 2005 y 2008 y presuntamente ofreció información falsa a los encargados de conceder las licencias del porte.

Para Salas este caso es representativo de lo que sucederá en las cortes federales en los próximos meses, ya que las autoridades estadounidenses trabajan con el gobierno de México para descubrir quiénes están comprando y vendiendo en el mercado negro estas armas.

El funcionario sostuvo que hay gran preocupación de que este armamento esté siendo utilizado en ciudades fronterizas como Juárez, donde los homicidios han superado ya este año los 1.400, la mayoría cometidos por el crimen organizado.

"Sabemos que si los criminales no consiguen las armas en Estados Unidos, se las arreglarán para obtenerlas en otro lado", expuso.

Salas señaló que la mayor parte de las armas son decomisadas durante cateos a viviendas, como fue el caso del ocurrido la semana pasada en Ciudad Reynosa, México, donde las autoridades recuperaron 484 armas en una vivienda.

Las mismas fueron rastreadas por las autoridades estadounidenses que determinaron que el 30 por ciento tenía ya tiempo de haber sido internadas a México, y el resto había sido adquirido recientemente, la mayoría en Houston, Texas.

El agente de la ATF dijo que debido a que un gran número de pistolas y rifles son adquiridos en ferias de armas en estados fronterizos, la dependencia designará a oficiales que acudan a las mismas para informar a los vendedores y vigilar quiénes adquieren varias de ellas.

"Lo que está ocurriendo en el sector mexicano de la frontera ha hecho más conscientes a los vendedores de armas de que éstas pueden ser utilizadas en ejecuciones del crimen organizado, y han comenzado a solicitar más información y a ser más estrictos para vender una pistola o un rifle", expuso.

Sin embargo, aseguró que el que las armas sean recuperadas en México únicamente después de cateos, hace difícil a las autoridades estadounidenses determinar cuántas se trasladan a territorio mexicano.