Este fin de semana va a ser uno muy difícil para los fanáticos del béisbol latino de la región de Filadelfia que no pueden viajar a la República Dominicana o a Puerto Rico para ver los juegos interligas que tomarán lugar el sábado y el domingo.

Los Lobos de Arecibo, Leones de Ponce, y Gigantes de Carolina viajarán de Puerto Rico a Dominicana para jugar encuentros en Quisqueya mientras las Águilas Cibaeñas, los Tigres del Licey, y las Estrellas Orientales brincarán el Canal de la Mona para jugar pelota en la Isla del Encanto.

Entre los encuentros buenos de la Serie están el partido entre Licey y los Cangrejeros de Santurce el sábado en el Hiram Bithorn de Hato Rey; el de las Águilas y los Indios de Mayagüez, el sábado, en Aguadilla, y el juego entre Arecibo y los Gigantes del Cibao, el domingo, en San Francisco.

Licey y las Águilas de Dominicana son franquicias legendarias y fuertes. Los Cangrejeros y los Indios tiene su propio historial aunque más relacionado con el siglo pasado. Arecibo y los Gigantes del Cibao lideran sus respectivas ligas.

Los partidos cuentan para propósitos de las tablas de posiciones de los circuitos. Esta es la primera vez que se celebran encuentros oficiales entre las dos ligas.

Mientras en Dominicana y Puerto Rico se goza de pelota buena, en vivo, nosotros aquí en Filadelfia estamos relegados a ver el DVD del campeonato de los Phillies o a oír bochinches de contratos y salarios.

Se sufre suficientemente aquí en el invierno con el frío, pero el clima es más agudo cuando se considera los millones de dólares que los equipos de Grandes Ligas gastan para contratar a peloteros durante la crisis financiara.

Los Phillies decidieron no ofrecerle a Pat Burrell y a Jamie Moyer la oportunidad de ir a arbitraje. Burrell fue pagado $14 millones el año pasado. Moyer recibió $7 millones. Si Filadelfia le hubiese dado a Burrell y a Moyer la oportunidad de un árbitro financiero decidir sus salarios, los Phillies hubiesen pagado mucho más este año ya que Burrell conectó 33 jonrones, remolcó 86 carreras, y bateó .250; y Moyer terminó la temporada con marca de 16-7, 3.71.

Burrell tiene 32 años de edad, su defensa del prado izquierdo es débil y su bateo va en picada. Los Phillies respetan el liderazgo de Burrell en su camerino pero necesitan a un mejor bateador derecho en la alineación para proteger a los bates zurdos de Chase Utley y Ryan Howard.

Al menos que Burrell decida aceptar una oferta baja de los Phillies no veo como este permanezca en Filadelfia.

Es posible que los Phillies encuentren a su nuevo leftfielder en las reuniones de invierno de los equipos de Grandes Ligas que comienzan la semana que viene.

En cuanto a Moyer, es más probable que el abridor zurdo de 46 años de edad regrese a los Phillies. Moyer nació y se crió en Sellersville, PA, a menos de dos horas del Citizens Bank Park y era un fanático apasionado de los Phillies cuando era niño. No creo que Moyer decida aventurar a jugar para otro equipo en el año o dos que le resta en su carrera como pelotero. Moyer y los Phillies llegarán a un acuerdo menos jugoso que el que un árbitro financiero le hubiese dado en el proceso de arbitraje.

Faltan cinco meses para que se cante ‘playball’ en un juego de pelota profesional en Filadelfia. Mientras tanto, tendremos que oír por el Internet los juegos interligas en el Caribe.