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Puertorriqueños acudirán a las urnas en plena recesión

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La recesión económica y los casos de corrupción política han marcado la campaña de las elecciones legislativas y a gobernador en Puerto Rico del próximo martes con un profundo debate sobre cómo llegar a un nuevo modelo político y económico.

Desde el año 2006, el crecimiento económico de Puerto Rico ha sido negativo y para el próximo año no se prevé ninguna mejora habida cuenta, además, del efecto de la crisis financiera de Estados Unidos, según coincidieron varios economistas.

La inflación de este año ronda el 12 por ciento, el índice de desempleo es del 12,1 por ciento y el endeudamiento de las finanzas públicas ha alcanzado niveles sin precedentes por lo que el nuevo gobernador y el Legislativo que salgan elegidos en las urnas el 4 de noviembre próximo se enfrentarán a una situación compleja.

Joaquín Villamil, presidente de la consultora Estudios Técnicos y considerado como uno de los economistas puertorriqueños más influyentes, afirmó que la recesión se debe al agotamiento de un modelo de crecimiento ya obsoleto y a la ineficacia de los políticos.

"Estamos con un marco institucional obsoleto y un modelo económico que ya no sirve", dijo Villamil a Efe.

La gravedad de la crispación política de los últimos cuatro años tiene su origen, en parte, en la división del poder ejecutivo y legislativo entre los dos partidos mayoritarios como consecuencia del resultado de las elecciones de 2004.

Hace cuatro años ganó la Gobernación el Partido Popular Democrático (PPD), pero en la Cámara de Representantes y en el Senado consiguió la mayoría el Partido Nuevo Progresista (PNP), que busca la integración de Puerto Rico en EE.UU. como estado 51.

Los desacuerdos entre el gobernador Aníbal Acevedo Vilá, partidario de fortalecer el actual estatus político de Puerto Rico como Estado Libre Asociado (ELA) a EE.UU., y el Legislativo, con el presidente de la Cámara de Representantes, José Aponte, empeoraron la situación.

La crisis atravesó su peor momento cuando en mayo de 2006 Acevedo Vilá se vio obligado a cancelar las actividades gubernamentales al impedir al Legislativo una emisión de bonos para cubrir el déficit público de mil millones de dólares.

Casi 100.000 empleados públicos se tuvieron que acoger a una licencia sin sueldo y medio millón de niños se quedaran sin escuela.

Las agencias clasificadoras del crédito de Puerto Rico degradaron los bonos del país y prácticamente obligaron al Ejecutivo y al Legislativo a ponerse de acuerdo para aprobar en noviembre de ese año un Impuesto sobre las Ventas y Uso (IVU) que graba la mayoría de bienes y servicios con el 7 por ciento de su valor.

Además del enfrentamiento político y la denominada "recesión económica criolla", agravada en los últimos meses por la crisis financiera mundial, los últimos cuatro años han estado marcados por dos sonados casos de corrupción.

La fiscalía de EE.UU. en Puerto Rico acusó a Acevedo Vilá de 19 cargos de corrupción el pasado marzo, a los que añadió otras 5 acusaciones en agosto, por la supuesta financiación ilegal de algunas de sus campañas políticas.

El gobernador ha insistido en la campaña electoral que el caso, cuyo juicio está previsto que comience el 9 de febrero, está "motivado políticamente" por las autoridades federales y que las acusaciones son "falsas".

Por otro lado, el senador Jorge de Castro Font, del PNP, fue acusado de 32 cargos en octubre por presuntamente pedir dinero y regalos a cambio de su influencia sobre medidas a consideración en la cámara alta. El juicio comenzará el 12 de enero.

Con este panorama, el próximo martes están llamados a las urnas cerca de 2,5 millones de puertorriqueños para elegir al nuevo gobernador, al representante del ELA en el Congreso de EE.UU., donde tendrá voz pero no voto, a los legisladores y los alcaldes de los 78 municipios boricuas.

Los próximos comicios tendrán, principalmente, tres novedades: por primera vez en la historia del ELA las papeletas de voto estarán impresas en español e inglés; los ciegos podrán votar sin asistencia de una persona de confianza a través de un sistema telefónico; y concurrirá un nuevo partido, Puertorriqueños por Puerto Rico (PPR).

Aunque todas las encuestas dan por ganador al candidato PNP, Luis Fortuño, las distancias se han acortado con un Acevedo Vilá que ha sabido sobreponerse a la pérdida de imagen por las acusaciones de corrupción.

Las encuestas indican también, que es posible que se repita la misma situación del resultado electoral de hace cuatro años con el Ejecutivo y el Legislativo repartido entre partidos diferentes.

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