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Phillies y la fe

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No es que no crea que el equipo de Filadelfia sea bueno o digno de ser Campeón Mundial, pero tampoco puedo tapar el cielo con la mano.

El equipo de Tampa Bay es fuerte. Sus bates son potentes y cuentan con tremendos pitcher zurdos: el antídoto contra el bateo de los Phillies.

Los Mantarrayas pegaron 22 jonrones en los 11 juegos de las primeras dos rondas de la postemporada. De esos 22 jonrones, 13 de ellos fueron como equipo visitante.

El cuerpo de lanzadores es liderado por el abridor de descendencia mexicana, Matt Garza, quien fue el Jugador Más Valioso de la Serie de Campeonato de la Liga Americana (2-0, 1.38, y 14 ponches en 13 entradas). El pelotón de fusiladores zurdos de su bullpen consiste de Trevor Miller (los zurdos le batearon .209), David Price (1.93 y 12 ponches en 14 innings) y J.P. Howell (6-1, 2.22 y 92 ponches en 89.1 episodios).

Los Phillies no han jugado el mejor béisbol durante la postemporada no obstante triunfaron en las dos primeras rondas.

Si, el pitcheo de Cole Hamels fue magistral (3-0, 1.88); Brad Lidge continuó siendo el rematador perfecto con 46 rescates en 46 oportunidades este año; Filadelfia anotó 40 carreras en las primeras dos rondas de la postemporada, y pegó 29 indiscutibles de bases extras en dichos encuentros.

Sin embargo, Jimmy Rollins, Chase Utley, y Ryan Howard estaban sufriendo de ‘slumps’ serios en la postemporada. Rollins bateó para promedio de .243. Utley bateó .250. Howard no había pegado cuadrangular.

Un equipo con una debilidad tan grande en el medio de su orden de bateo no puede darle buena pelea a un cuerpo de pitcheo que no da tregua como el de Tampa Bay.

Con tanta evidencia en contra de Filadelfia, el sentido crítico me llevó a la conclusión de que Los Mantarrayas ganará la Serie en seis juegos.

Perdonen la herejía. No me fue fácil hacer la declaración. Yo quiero creer en la Phiebre. Quiero ver a mis hijos, familiares, y amigos festejando un Campeonato Mundial pero es que los numeritos no me suman, la forma en que los Mantarrayas destrozaron a los Medias Rojas me dio miedo, y no sé cuál de las versiones de los Phillies se presentará al Clásico de Otoño.

Mientras yo peleaba con mi fe en la Phiebre los Phillies ganaron el primer juego de la Serie con una combinación de bateo anémico, pero oportuno, y buen pitcheo.

Utley pegó un jonrón después de fallar en un intento de toque en el mismo turno. Carlos Ruiz remolcó la carrera decisiva con una rodada de out. Filadelfia dejó 11 corredores en base y la ofensiva se fue de 13-0 con corredores en posición de anotar.

Hamels tiró siete entradas fuertes y solo le concedió dos carreras al trabuco de Tampa. Ryan Madson continuó moliendo bateadores como relevista mediano. Brad Lidge extendió su racha de rescates a 47.

El poder de la fe no es algo que se puede cuantificar, ver, o encontrarle el sentido. Pero los Phillies le están sacando el jugo a esa fuerza mágica.

La Serie Mundial nos hace recordar, de vez en cuando (por ejemplo, los Mets en el 1969, y los Cardenales en el 2006), la diferencia entre la razón y la fe.

Espero que los Phillies me den una buena lección sobre los poderes de la fe este otoño.

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