La ONG española Ayuda en Acción indicó en México que los índices de propagación del VIH/Sida en Latinoamérica se pueden revertir con mejores programas de prevención y tratamiento de la enfermedad.

"En América Latina la epidemia se encuentra en un punto en que es posible revertirla, por lo que es fundamental trabajar en el VIH y en el desarrollo de la región antes de que sea tarde", afirmó en un comunicado Mayra Moro Coco, responsable de VIH/Sida y Desarrollo de Ayuda en Acción.

Moro señaló que entre los factores sociales que multiplican el riesgo de generalización de la epidemia se encuentra el hecho de que los sistemas de vigilancia epidemiológica son deficientes.

Además, existe reticencia a someterse a las pruebas por miedo a la discriminación.

"Si queremos medidas y políticas preventivas que funcionen en la región, éstas deben tener en cuenta y hablar de manera clara y franca sobre todo de los factores clave que multiplican el riesgo de expansión de la enfermedad en América Latina: la homofobia y el machismo" subrayó la activista.

Otro fenómeno alarmante es que la edad de mayor incidencia del VIH en la región se ha desplazado del grupo de 30 a 39 años al de entre 15 y 24 años, en el cual se registra la mitad de los casos.

Al respecto, Moro explicó que "los jóvenes no reciben una información lo suficientemente clara sobre el VIH: qué es, cuáles son los modos de transmisión, cómo protegerse frente a la enfermedad".

Estudios realizados en Nicaragua, Honduras, Bolivia y Ecuador muestran como en esos países entre el 7 y 13% de las mujeres jóvenes y entre el 15 y 19% de los hombres jóvenes inician su vida sexual antes de los 15 años.

Entre todos ellos sólo el 18% conoce métodos de prevención del sida, indican las investigaciones citadas por Ayuda en Acción.

Otro factor determinante en la expansión del virus es la insuficiencia de servicios de salud de calidad para hacer realidad un tratamiento adecuado.

En Nicaragua el sistema sanitario solamente alcanza al 16% de los enfermos del VIH/Sida, en Honduras al 35%, en Bolivia al 37% y en El Salvador al 59%.

Asimismo, la mayor parte de los casos se diagnostica tardíamente, cuando ya la enfermedad ha comenzado a manifestarse.