Si el colchón en que duerme ya está pidiendo relevo, cruje o le da dolores de espalda, no está solo. Un estudio reciente realizado por la Fundación Nacional del Sueño revela que la mitad de los participantes que no tenían antecedentes médicos reportados, experimentaron problemas con el sueño, derivando las causas de la mayoría de los trastornos del sueño al colchón donde dormimos.

De manera que, si el suyo se hunde o cruje, o si amanece con dolor de espalda, ya es hora de comprar uno nuevo. Después de todo, dedicamos un tercio de nuestras vidas a dormir. Entonces ¿por qué no hacerlo cómodamente?

Como sabemos que la búsqueda de un colchón puede llevar a confusiones, antes de ir a la tienda, considere los siguientes detalles importantes:

Comodidad: La mejor manera de poner a prueba los niveles de comodidad de un colchón es acostándose como si fuera a dormir en la noche. Seguramente tendrá que probar unos cuantos antes de encontrar el idóneo.

Soporte y cantidad de resortes: Esto tiene que ver con la "suavidad" o "firmeza" de un colchón. Cuando se acueste para probar uno, esté atento a cómo reacciona ante el peso de su cuerpo. Un colchón que sea demasiado firme no soportará su cuerpo uniformemente, y también puede provocar incomodidad en hombros y caderas. El incremento de la presión en estas partes del cuerpo reduce la circulación de la sangre y puede llevar a una noche revolcándose de un lado al otro. Por otra parte, un colchón demasiado suave no mantendrá la alineación correcta de la columna vertebral, provocando que el cuerpo se ponga rígido al tratar de mantenerla recta.

Pregunte por la "cantidad de resortes" del colchón, y su basamento (o box spring). Mientras más cantidad de resortes tenga, más soporte habrá. Busque una configuración de resortes uniforme en todo el colchón, especialmente en el centro. Los extremos deben ser sólidos, para que no experimente sensación de deslizamiento cuando se siente. Además, si comparte la cama con otra persona, asegúrese de que ambos prueben el colchón, pues eso garantiza que su compañero o compañera se mueva de un lado a otro del colchón lo menos posible.

Durabilidad: El colchón promedio debe durar entre ocho y diez años. El basamento (box spring) es el responsable de una mayor durabilidad. El colchón debe comprarse con su box spring correspondiente, para garantizar la máxima durabilidad en el basamento y relleno interior. También lea la etiqueta que dice "Prohibido arrancar" que viene adosada al colchón, la cual ofrece valiosas informaciones acerca del fabricante y la garantía.

Precio: No se case con un solo vendedor. Así podrá advertir que los colchones varían en precios, desde muy moderados a muy costosos, en dependencia del tipo, marca y características deseadas. No escatime recursos monetarios ni compre el más barato, si el que usted desea cuesta un poco más. Al comprar el que le ofrezca más comodidad le garantizará un excelente sueño nocturno. Sin embargo, tenga en mente que no siempre el precio implica calidad. Por eso, visite varias tiendas para lograr el mejor valor por su inversión.

Es importante también tener en cuenta que, aunque compre el mejor colchón del mercado, esto no constituirá una cura total en caso de condiciones médicas o trastornos del sueño preexistentes, como la apnea del sueño o el insomnio. Si padece un trastorno medico serio o experimenta frecuentes dolores de espalda, debe consultar con su médico.

Pero, para la mayoría de las personas, un buen colchón es el equivalente de mayor comodidad y alivio después de un extenso e intenso día de trabajo, pues se adaptará a su cuerpo para que pueda despertar cada mañana fresco y lleno de energía para iniciar un nuevo día, algo que todos debemos asegurar.