LIVE STREAMING

Abogado contra el abuso de ancianos

Stephen García lleva 15 años de lucha contra abusos en centros de cuidado.

MÁS EN ESTA SECCIÓN

¿Cuáles son las preocupacion

Protección Temporal

La economía está estancada

Buenas noticias empresarios

Adiós a un 'problem solver'

Combatiendo la adicción

Un problema sin vencimiento

Cultura latina dividida

COMPARTA ESTE CONTENIDO:

El abogado latino Stephen García ha dedicado más de 15 años de su carrera a defender a los ancianos de los abusos ocurridos en algunos centros, irónicamente establecidos para su cuidado.

García ha asesorado demandas de grupo en representación de los consumidores contra algunas de las más importantes empresas de centros de cuidado de ancianos y obtenido millonarias compensaciones para los ancianos abusados.

"Yo no busqué este campo. Él me buscó a mí", dijo en entrevista con a Efe el jurista de 50 años, que preside la firma García y Asociados en el condado de Los Ángeles.

Hace 16 años, cuando trabajaba como abogado criminalista, "llegó a mi oficina -en ese tiempo en Newport Beach- Jesús Noe, quien buscaba un abogado que hablara español para que atendiera el caso de su madre Zoyla, quien había sufrido quemaduras en más del 40 por ciento de su cuerpo, en un hogar de ancianos".

Aunque no era su campo en ese entonces, García se conmovió por la situación de abuso contra una anciana, además latina, y aceptó el caso. Con la asesoría de su tío Bill, otro de los abogados de la familia, llevó adelante el proceso y lo ganó, con lo que obtuvo una importante compensación para la víctima.

"Eso me llevó a conocer más sobre el cuidado de ancianos y a encontrar innumerables caos de abuso que me enojaron mucho. Y así he seguido enojado por 16 años", relató sobre cómo ese caso lo llevó a dedicarse a la defensa de los ancianos.

Su entrega a esta causa le han valido el premio de Abogado del Año 2009, otorgado en febrero pasado por la organización California Lawyer en la categoría Leyes para Ancianos.

Sin embargo, el triunfo no lo ha alejado de sus raíces mexicanas, señala este hijo de inmigrantes cuyo abuelo vino a EEUU a trabajar en los campos con tres hijos porque los otros habían muerto en México.

"Mi padre tenía tres años cuando vinieron de México y al poco tiempo murió mi abuelo", recordó. Fue entonces que el hermano mayor -el tío Humberto- ayudó a su madre a sacar adelante a los otros dos hijos y enviarlos a estudiar a la secundaria San Juan Bosco de Los Ángeles.

Pero la orfandad y la pobreza no fueron obstáculo para estos inmigrantes. Su tío Humberto fue a la Universidad de Loyola, con una beca por jugar fútbol. El segundo, Bill, terminó su secundaria, se alistó en el ejército y peleó en Corea, donde obtuvo dos medallas al valor por salvar a varios compañeros de la explosión de una granada.

Posteriormente, con la ayuda del juez de la Corte Superior de Los Ángeles Víctor Chávez, uno de los pioneros de la práctica de abogacía de mexicanos en California, obtuvo una beca y estudió leyes en la universidad de Loyola Marymount.

De la misma forma, el tío Bill ayudó a su hermano Richard (Bob), -padre de Stephen- a que estudiara leyes para completar así la primera generación de abogados en la familia.

"Tres hermanos, pobres, huérfanos y sin embargo eso no fue obstáculo para que los tres estudiaran leyes", destacó García.

De esas raíces y unión familiar que "se ha mantenido y seguirá manteniéndose por generaciones", también ha surgido un auténtico interés por los menos favorecidos.

Cada Navidad, "en una sociedad llamada 'Amigos', creada por Joe Rivera, quien murió el año pasado", se reúnen para entregar cerca de 250 canastas de alimentos a las familias pobres de Boyle Hights, donde ellos crecieron.

Pero a García le preocupa los cambios de valores entre la comunidad latina.

"Las familias latinas no dejan por lo general a sus padres en un centro de cuidado. Los cuidan ellos en sus propias casas. Sin embargo, la cultura está cambiando y las nuevas generaciones, con menos valores religiosos y con la presión económica poco a poco van a acceder más a que sus ancianos sean cuidados en esos centros", dijo.

Esta nueva situación obliga a futuras generaciones a aprender la importancia de estar atentos a lo que pasa en los centros.

"Visitarlos con frecuencia, ir a diferentes horas y si encuentran algo irregular, quejarse. Es importante hacer ruido para que los problemas se corrijan", sostuvo.