Las autoridades mexicanas dieron un importante golpe al tráfico de drogas entre Colombia y México al capturar a dos hombres clave en las relaciones entre el cartel del Norte del Valle y los mexicanos hermanos Beltrán Leyva, el segundo castigo contra esa sociedad criminal en menos de un año.

La policía federal anunció hoy la captura el jueves pasado de nueve presuntos narcotraficantes, entre ellos del colombiano Pablo Emilio Robles Hoyos, alias "El Chaparrito", representante en México del cartel del Valle del Norte.

En el grupo también estaba el principal operador financiero y logístico de los Beltrán Leyva, identificado como Gerónimo Gámez García, "coordinador del trasiego de cocaína" entre México y Colombia.

Robles Hoyos había suplido en ese cargo al también colombiano Ever Villafañe, quien fue capturado en la capital mexicana en julio del año pasado.

Los hermanos Beltrán Leyva son aliados del cartel del Golfo, el más poderoso y temible de los grupos del narcotráfico, después de que rompieron el año pasado su sociedad con el cartel de Sinaloa, al que combaten a sangre y fuego en varias regiones de México.

Además de sus acciones violentas, los hermanos Beltrán Leyva han exhibido su poder corruptor con la compra de servicios de altos mandos policiales, entre ellos presuntamente a Noé Ramírez Mandujano, quien fue zar antidrogas mexicano de diciembre de 2006 a julio de 2008.

Ramírez Mandujano fue detenido en noviembre pasado cuando se desempeñaba como representante de la Procuraduría General de la República (PGR, fiscalía) ante la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, con sede en Viena (Austria).

Según ha denunciado la Fiscalía general, Ramírez Mandujano recibía 450.000 dólares mensuales por pasar informes a los Beltrán Leyva, uno de cuyos hermanos, Alfredo, fue detenido el año pasado.

La captura del jueves pasado en la periferia de la capital mexicana implica "un severo golpe" a la capacidad de trasiego de droga de los Beltrán Leyva", detalló hoy en una rueda de prensa el comisionado de la Policía Federal Preventiva, Rodrigo Esparza Cristerna.

En la operación fueron decomisados un millón de dólares.

Gámez García, primo de los hermanos Beltrán Leyva, "era el encargado de comprar cocaína de alta calidad al Cartel del Valle del Norte, para ello viajaba frecuentemente a Panamá y Colombia, negociaba el precio y organizaba la entrega del estupefaciente", detalló la Secretaría de Seguridad Pública (SSP).

"La droga era trasladada desde Colombia a México, ingresaba por la frontera sur de nuestro país hasta el Distrito Federal, de donde era enviada a Sinaloa", estado del noroeste de México donde actúan los Beltrán Leyva, explicó la SSP.

Gámez García tenía como "contraparte" al colombiano Pablo Emilio Robles Hoyos y le reportaba directamente a Arturo Beltrán Leyva, alias "El Barbas".

Esta acción representa un golpe al flujo de cocaína entre ambos carteles, pero evidencia también que esos grupos tienen una gran capacidad para regenerar esos nexos, como se vio tras la captura de Ever Villafañe hace medio año, dijo a Efe el analista Alberto Islas.

También muestra el poder que tienen los carteles mexicanos en la región, donde su capacidad para operar e infraestructura les ha dado la posibilidad de fijar los precios de la cocaína y de materias primas como la pseudoefedrina, precursor para elaborar drogas de diseño, dijo Islas, de Risk Evaluation, empresas de análisis de riesgos.

Expertos internacionales han asegurado que los narcotraficantes mexicanos tienen presencia en 38 países, y sus tentáculos se han visto en Argentina, Perú, Guatemala, España, Estados Unidos e Italia.

Los capos mexicanos trafican cada año drogas por 20.000 millones de dólares, de los que obtienen un margen de utilidad de un 30%.

El Gobierno mexicano emprendió una guerra contra el narcotráfico enviando a varias regiones a unos 30.000 soldados y unos 20.000 agentes federales.

Los resultados de estas acciones han sido calificadas por las autoridades de exitosas porque han sido capturados varios capos y decomisado cantidades récord de cocaína (22 toneladas en 2007), dinero en efectivo (205 millones de dólares) y armas.