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Mitos y realidad de las construcciones "verdes"

Cada vez más personas reconocen las ventajas de la construcción “verde” tanto para sus finanzas como para el planeta.

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Si bien es beneficioso el uso de materiales reciclables también se deben emplear prácticas favorables al medioambiente.

Las edificaciones “verdes” se han transformado en una práctica muy extendida de construcción. La búsqueda de formas rentables y favorables al medioambiente para remodelar o construir una vivienda o negocio, ha dejado de ser el ideal de una sociedad marginal de ambientalistas.

Sin embargo, a pesar de lo generalizado de esta tendencia, persisten ciertos mitos cuando se trata el tema. Estos son los más comunes:

Mito: Las construcciones “verdes” son para los ecologistas.

Realidad: Según estimados del Environmental Home Center en Seattle, el mercado global de materiales sostenibles de construcción totaliza cerca de $20 mil millones al año, y se espera que esa cifra aumente anualmente en más del 10 por ciento. La construcción “verde” está más generalizada que nunca. No hay dudas de es de interés para los ecologistas. Sin embargo, también lo es para la gente común y corriente que quieren hacer su aporte a la protección del medioambiente.

Mito: Lo “verde” es caro.

Realidad: Al igual que ocurre con cualquier proyecto, el precio se basa con frecuencia en los materiales usados y la amplitud del proyecto. Las renovaciones y construcciones “verdes” se pueden ajustar a su presupuesto disponible, y los expertos aseguran que existen numerosas estrategias para lograr proyectos constructivos “verdes” económicos.

Mito: El término construcción “verde” se refiere a los materiales utilizados.

Realidad: La construcción “verde” tiene que ver con todo el proceso. Si bien es beneficioso el uso de productos con bajas emisiones o creados con materiales reciclables, ese beneficio es nulo si se emplean prácticas desfavorables al medioambiente cuando se utilizan los mismos. Por ejemplo, si se talan numerosos árboles para hacer una casa con madera reutilizada, ¿qué ventaja habrá con respecto a la protección del medioambiente?

Mito: Los productos “verdes” no tienen buen rendimiento.

Realidad: Las regulaciones e innovaciones han dado por resultado productos “verdes” con un rendimiento similar o aún mejor que los materiales tradicionales de construcción. Por ejemplo, los inodoros de bajo flujo se han considerado estereotípicamente como de poco rendimiento. Sin embargo, sus fabricantes han creado inodoros que funcionan mucho mejor que aquellos que gastan más agua en cada descarga. En la actualidad, se ha estipulado la utilización de inodoros que consumen 1.6 galones por descarga en las nuevas construcciones, una regulación impensable si este tipo de accesorios no tuviese el rendimiento óptimo.

Mito: Las construcciones “verdes” carecen de atractivo estético.

Realidad: En la actualidad, resulta con frecuencia imposible distinguir una edificación “verde” de otra que utiliza materiales tradicionales. Construir edificaciones “verdes” no equivale a vivir en una choza, ni tampoco a tener tantos paneles solares en el techo que la vivienda se asemeje a una nave espacial. Sin dudas, hay una amplia gama de productos “verdes” atractivos y ampliamente disponibles.