El gobierno mexicano consideró el miércoles que las investigaciones sobre el  siniestro del avión en el que murió el secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño, y otras 13 personas, durarán semanas ya que ni las grabaciones de las comunicaciones ni el radar arrojaron luz sobre las causas.

El ministro de Comunicaciones y Transportes, Luis Téllez, indicó el jueves que las dos cajas negras fueron trasladadas a Washington para ser analizadas porque allí se encuentran los mejores laboratorios del mundo en esa materia y porque México carece de uno especializado en la cuestión.

Las causas del suceso todavía no han sido definidas, aunque apuntan a que se trató de un accidente.

Los análisis irán desde la aplicación de pruebas de ADN y toxicológicas a los restos de la tripulación de la avioneta, una Learjet modelo 45, del año 1998, hasta la revisión a fondo de la bitácora de mantenimiento de la aeronave y de las condiciones meteorológicas en el momento del mortal incidente.

La conversación entre el piloto y la torre de control del Aeropuerto de Ciudad de México y las imágenes del radar que seguía los movimientos de las naves confirman que los tripulantes no realizaron llamadas de auxilio o de emergencia, que la aeronave mantuvo siempre la altura y ruta establecidas,
así como la distancia estándar.

En México algunos sectores especulan con que la causa pudo ser un ataque del narcotráfico o un error en la torre de control, lo que de nuevo fue desmentido el miércoles por el ministro, quien aseguró que las evidencias preliminares disponibles apuntan a que se trató de un accidente.

El Gobierno mexicano aseguró que antes del despegue la nave, que estaba en el aeropuerto de la ciudad central de San Luis Potosí, estuvo vigilada por agentes de seguridad, lo que descarta de momento las teorías sobre algún sabotaje.

La avioneta cayó a tierra sobre una concurrida avenida en el oeste de la capital mexicana.

Los nueve ocupantes de la aeronave murieron, además de al menos cinco personas que se encontraban en tierra. Cuatro de estas últimas víctimas aun
no han sido identificadas.

Además de Mouriño, perecieron su asesor para temas de seguridad, José Luis Vasconcelos; la directora de Información de la Secretaría de Gobernación,  Norma Diez; el portavoz de ese departamento, Miguel Monterrubio, y el coordinador de esa cartera, Arcadio Echeverría.

También fallecieron el piloto Martín Jesús de Oliva, el copiloto Álvaro Sánchez, el capitán Julio César Ramírez y la sobrecargo Gisel Carrillo.

El presidente de México, Felipe Calderón, anunció que el viceministro de Gobernación, Abraham González Uyeda, suplirá de manera interina y “temporalmente” a Mouriño.

Mouriño, quien nació en Madrid en 1971 y se nacionalizó mexicano a los 18 años, era hijo del empresario español Carlos Mouriño, presidente del club de fútbol Celta de Vigo.

Gobiernos de América y Europa manifestaron su consternación por la muerte de Mouriño y elogiaron su valentía y entrega en la lucha contra el crimen.