Representantes de la disidencia cubana manifestaron optimismo tras el triunfo de Barack Obama en las elecciones presidenciales de Estados Unidos y también confianza en que sean levantadas algunas restricciones que forman parte del embargo que aplica Washington a la isla desde 1962.

El partido Unidad Liberal difundió una carta dirigida a Obama que dice que él "representa como nadie la perspectiva de un cambio renovador", al tiempo que le pide eliminar las limitaciones para que los cubanos de Estados Unidos viajen a la isla.

Igualmente, le solicita autorizar el envío de remesas y dinero a los opositores cubanos desde ese país.

"El tema de Cuba ha sido más teórico que real ante las prioridades de Estados Unidos; ha sido un tema de confrontación y ahora va a ser un tema de conversación", dijo Héctor Palacios, coordinador general de esa organización y uno de los 75 disidentes condenados en 2003 en juicios sumarísimos.

"Es muy bueno que se reúnan con (el presidente cubano) Raúl Castro", comentó Palacios sobre el anuncio de Obama de que su gobierno hablará con todos los países.

"De lo que estoy seguro es de que (el gobierno de La Habana) no va a ceder en principio", porque "esa política de aislarse es lo que quiere el gobierno cubano", agregó el disidente, que tiene licencia extra penal por motivos de salud.

"Hay que hablar, al gobierno cubano hay que enseñarlo a hablar con su interlocutor, y si el gobierno cubano quiere resolver los problemas, ahora tiene la oportunidad, se ha encontrado con un hombre que quiere hablar", aseguró Palacios.

Oscar Espinosa Chepe, también preso del Grupo de los 75 e igualmente con licencia extra penal por razones de salud, declaró a Efe que para el gobierno cubano el triunfo de Obama supone la caída de "la coartada del racismo en Estados Unidos".

"Obama ha prometido que va a levantar las restricciones a los viajes de los cubano-americanos, el envío de paquetes y dinero, y eso tiene una connotación humana grande, abre la posibilidad de que las familias contacten. Desde el punto de vista político, eso va a hacer una inyección democrática a la isla", afirmó.

Según Espinosa, dada la disposición de Obama a dialogar y la reiterada afirmación del presidente cubano de que hablaría con quien resultara elegido, "la pelota la tiene Raúl Castro en su campo".

"Estamos conscientes de que aquí hay un grupo que va a hacer todo lo posible por boicotear ese mejoramiento de las relaciones, porque ellos se han valido de la crispación de las relaciones con Estados Unidos como justificación a la represión (...) y se les caería la coartada", explicó.

El socialdemócrata Manuel Cuesta Morúa, de Arco Progresista, subrayó que el resultado electoral estadounidense supondrá para Cuba "la eliminación más paulatina que acelerada de los pretextos que ha venido utilizando durante 50 años el Gobierno de plaza sitiada".

"Se requeriría de mucha imaginación de las autoridades cubanas, que creo que no tienen, para mantener la confrontación con los Estados Unidos", dijo a Efe.

Para Cuesta, el cambio de presidente en Washington también afecta a la oposición cubana, ya que "quien no redefina su estrategia internacional en relación con la Unión Europea y Estados Unidos estaría perdiendo la oportunidad de participar en el juego político de Cuba a mediano plazo".

Miriam Leiva, fundadora de las Damas de Blanco, que aglutina a familiares de los 75, recordó que "Obama ha prometido cambios en las absurdas medidas hacia Cuba, como el levantamiento de prohibiciones de viajes y envíos de remesas, y eso ayudaría mucho a las familias cubanas".