No importa si no son fanáticos del equipo o si ni siquiera tienen idea en qué consiste el béisbol; no importa si son de Filadelfia o si apenas llegaron a la ciudad.

Ni siquiera importa si tienen menos de 28 años, todos, aunque sean adolescentes, dicen que llevaban 28 años esperando este triunfo.

La alegría es de todos, incluso supera fronteras.

Los dominicanos en Filadelfia, pero también los de la República Dominicana hacen suyo el triunfo de uno de los suyos.

Cómo estarán los vecinos Azua con la victoria de Pedro Feliz, beisbolista que dio dicha a este pueblo dominicano como la dieron Carlos Ruiz a Ciudad David en Panamá, Greg Dobbs a la familia de su madre limeña en Perú, JC Romero al Puerto Rico de aquí y al de allá, y el entrenador de lanzadores Roly de Armas, a los cubanos de Cuba y  a los de Miami.

Romero fue el portavoz de la felicidad para boricuas que están orgullosos de sus 10 temporadas de experiencia en las Mayores, y qué emoción para los panameños ver el destacado trabajo de Ruiz, incluso hasta los venezolanos se alcanzarían a ilusionar pues los locutores en inglés siempre se referían a él como el venezolano.

"Habla con cualquier lanzador aquí y ellos te dirán que Ruiz es un tremendo ‘catcher’", dijo sobre su compañero Brad Lidge, rematador que ostenta una “temporada perfecta”. Ambos se dieron el primer abrazo de la victoria la no lluviosa noche del miércoles. Todos quieren un poquito de ese abrazo que ofrece el triunfo. Es por eso que la llamada Serie Mundial, aunque sólo jueguen equipos de Estados Unidos, es la Serie Latinoamericana, por tanto apellido hispano que quiere darle un trocito de felicidad a su tierra.