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Alce la mano un voluntario

Cientos de heroes desconocidos ayudan al prójimo en Filadelfia.

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Unos 33 voluntarios trabajan en el Centro para Personas de la Tercera Edad Carmen Aponte. Foto: David Cruz / AL DÍA.

Son diferentes las razones que motivan a una persona a trabajar sólo por la satisfacción de ayudar, y en Filadelfia hay muchos voluntarios que trabajan en diferentes ramas y muchos los lugares que requieren ayuda.

“El evento que tuvimos el pasado 18 de octubre fue de solo un día y participaron 6.000 voluntarios restaurando escuelas, pero durante todo el año nuestra organización se encarga de recibir a personas que desean ser voluntarios, les preguntamos cuáles son sus intereses y los referimos a cualquiera de los programas que en ese mes estemos promoviendo, cada mes cambian porque hay ocasiones en que las organizaciones no necesitan la ayuda; por ejemplo, ahora en octubre estamos trabajando con 65”, dijo Patricia Mackay, encargada de la oficina de Desarrollo de Philadelphia Cares.

Gracias a fondos de fundaciones, corporaciones e individuos, la asociación funciona desde hace 15 años con el objetivo de conectar voluntarios con el voluntariado que buscan: Puede ser trabajo con niños, con personas de la tercera edad, restauración de escuelas, enseñanza de inglés a inmigrantes o mejoramiento de parques.  Si tiene una habilidad especial, puede dar clases, por ejemplo, de computación a alguien que lo necesite para conseguir un mejor trabajo.

“Las personas quieren ser voluntarios porque quieren regresarle algo a su comunidad y a nosotros no nos importa quién seas tú, cualquier ayuda es útil, no hay límite de tiempo, así sea una hora a la semana o una hora al año”, dijo Mackay.

Daniela Romero, coordinadora del programa de Inglés de Nationalities Service Center, otra organización que trabaja con Philadelphia Cares, dijo que tienen desde 20 hasta más de 70 años de edad, el único requisito es que dominen bien el inglés y los entrenamos para dar las clases. “Normalmente son personas que están interesadas en la comunidad inmigrante”.

“Si no fuera por la ayuda que me brindan mis 33 voluntarios, aquí se tendrían que cerrar las puertas porque cada día vienen 136 personas de la tercera edad a recibir nuestros servicios y sólo somos tres los profesionales para atenderlos”, dijo Wanda Rodríguez, coordinadora de actividades del Centro para la tercera de edad Carmen Aponte en Norrisquare.

 “Soy voluntaria desde hace 4 años, vengo todos los días de 8:30 a.m. a 2:00 p.m., hago comida, la sirvo y me siento muy bien”, dijo Elva Magliano, quien llegó de Argentina hace 9 años y a sus 67 años se siente satisfecha de colaborar y ayudar al prójimo en dicho centro.

Otras heroínas anónimas son las mujeres de ‘Madrinas’, un programa organizado por la agencia católica Casa del Carmen.  “Las Madrinas vamos a la Casa del Carmen dos horas todos los miércoles y hacemos ropa para niños necesitados, casi siempre hijos de mujeres inmigrantes”, dijo Aída Luz Santiago, de 76 años, quien lleva 6 años en este programa.

“Lo hago con mucho amor, como si fuera para un nieto mío, es una satisfacción muy grande saber que estas ayudando a gente que tanto lo necesita y me llena de alegría cuando las madres me lo agradecen”, comentó Santiago. 

“Los voluntarios sirven comida, hacen guardia en la puerta, participan en las actividades y siembran vegetales que usamos para cocinar y ahorrarnos en el presupuesto que es muy poco. Yo me siento muy orgullosa de mi grupo de voluntarios”, explicó Rodríguez.  

Otro lugar con alta demanda de trabajo voluntario es la casa de Ronald McDonald, en donde ofrecen asilo a familias de menores de 21 años que deban permanecer en el área para recibir tratamiento médico en algún hospital de la zona.

“Son pocos los voluntarios hispanos que trabajan en la casa; sin embargo, son muchas las familias hispanas que se hospedan con nosotros, por eso la demanda de voluntarios bilingües en la casa es muy alta”, dijo Linda Parry, directora de voluntarios en la casa.

Los voluntarios en esta casa hacen comida para las familias, labores domésticas, ayudan a operar la casa contestando el teléfono o llenando papeleo”,  precisó Parry.

“En mi opinión ellos reciben más de lo que dan, hacer una diferencia en la vida de alguien es algo incomparable. Tenemos gente que ha voluntariado por 25 años, hay equipos de compañeros que trabajan juntos y al final se convierte en familia”, señaló Perry.

Si desea conocer dónde se requieren voluntarios en Filadelfia, visite :